URJC/DICYT Los modelos climáticos actuales predicen un aumento generalizado de la aridez de los ecosistemas terrestres como consecuencia del cambio climático resultante de las actividades humanas. Se había demostrado ya que la aridez afecta a ciclos biogeoquímicos de elementos de vital importancia como el carbono, el nitrógeno o el fósforo.
Sin embargo, aún se desconocía su influencia sobre micronutrientes que, como el hierro, zinc, cobre y manganeso, son vitales para procesos tan importantes como la fotosíntesis vegetal o el crecimiento y la reproducción de los animales.
“Dichos micronutrientes están poco disponibles en el suelo para las plantas y otros organismos, y por su importancia debemos conocer cómo les influirán el cambio climático porque podría afectar finalmente a la salud humana y a procesos ecológicos fundamentales”, afirma Eduardo Moreno, investigador de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) que ha liderado el trabajo.
Para evaluar cómo el cambio climático puede afectar a estos elementos químicos tan importantes, los investigadores recolectaron 143 muestras de suelos procedentes de ecosistemas áridos de todos los continentes excepto la Antártida y analizaron los contenidos de micronutrientes disponibles y totales en el suelo, además de una serie de variables edáficas y climáticas importantes en la geoquímica de los metales en suelos.
Esta extensa colección de muestras, única en el mundo, ha sido posible gracias al proyecto BIOCOM, concedido al Catedrático de Ecología de la URJC Fernando T. Maestre por el programa Starting Grants del Consejo Europeo de Investigación (ERC por sus siglas en inglés) y a la extensa red internacional de colaboradores que han participado en el desarrollo de este proyecto. Por su parte, el análisis de los suelos ha sido posible gracias a un Proyecto de la Red Leonardo de jóvenes investigadores de la Fundación BBVA concedido a Eduardo Moreno.
“La solubilidad de los micronutrientes en el suelo y, por lo tanto, su disponibilidad biológica depende de propiedades edáficas como el pH y los contenidos de materia orgánica y arcilla”, afirma César Plaza, investigador del Instituto de Ciencias Agrarias del CSIC que participó en el estudio. El análisis pormenorizado de los datos evidenció que según aumenta la aridez a escala global, disminuye la disponibilidad de micronutrientes, condicionado sobre todo por sus efectos negativos sobre la materia orgánica del suelo y positivos sobre el pH.
Estos efectos, junto al hecho de que los metales no están muy disponibles en muchos suelos áridos, podrían causar serias limitaciones para satisfacer las demandas nutricionales de cultivos y ganado que habitan estas zonas de las que dependen un elevado porcentaje de la población mundial. Por tanto, los efectos del cambio climático sobre los micronutrientes deben ser tenidos en cuenta en las predicciones que realicemos ya que pueden impactar sobre la calidad y cantidad de los bienes naturales y alimentarios al aumentar la aridez a escala global. “Solamente entendiendo bien los efectos observables actuales podremos tomar medidas futuras para contrarrestar los impactos negativos que pueda causar un aumento de la aridez en el futuro”, concluye Eduardo Moreno.
Este trabajo pone de manifiesto la importancia de la colaboración entre científicos de distintas disciplinas para llevar a cabo investigación puntera capaz de responder al cambio climático y sus consecuencias.
“Agencias de financiación como el ERC permiten la realización de estudios a escala global como los realizados en el marco del proyecto BIOCOM, donde la constitución de una red de colaboradores internacionales ha sido fundamental. Los datos y muestras de estos muestreos, unidos a los nuevos análisis realizados por el grupo del Dr. Moreno, nos están permitiendo conocer mejor cómo el aumento de aridez que está ocurriendo en estos momentos está afectando a aspectos básicos que determinan la capacidad de los ecosistemas áridos de proporcionar servicios clave para nuestra propia supervivencia, como la producción de alimento y la regulación del clima. Estos esfuerzos son claves para poder comprender mejor los impactos del cambio climático en nuestros ecosistemas y poder mitigar sus efectos negativos en los mismos”, afirma el Profesor Maestre. En el estudio ha participado también Hugo Saiz, investigador Juan de la Cierva de la URJC.