Si bien la ingesta de Vitamina C (ácido ascórbico) es considerada un indispensable en la dieta por sus diversas funciones, entre ellas, proteger a las células del daño oxidativo causado por los radicales libres; aún estaba en duda el rol que desempeña en células tumorales.
Esta interrogante fue resuelta por investigadores de la Universidad de Concepción, liderados por la doctora Coralia Rivas, quienes en un artículo publicado en la prestigiosa Revista Free Radical Biology and Medicine, anunciaron el descubrimiento del mecanismo por el cual diferentes tipos de cáncer logran satisfacer su necesidad de grandes cantidades de nutrientes, esto a través del reciclaje de Vitamina C.
Hasta ahora, se había establecido que existen dos formas de vitamina C en el organismo: la oxidada (ácido deshidroascórbico o DHA), que se encuentra en altas concentraciones en ambientes pro oxidantes alrededor de tumores; y la reducida (AA, ácido ascórbico), que posee la beneficiosa función antioxidante.
El mecanismo descubierto consiste en que las células tumorales adquieren este DHA, que se encuentra en grandes cantidades a su alrededor, lo transportan a su interior y lo convierten en Vitamina C reducida, la molécula antioxidante que le permite continuar viviendo.
La doctora Rivas explicó la relevancia de los descubrimientos realizados.
En tanto, la doctora en Ciencias Biológicas y miembro del equipo de investigación, Carola Muñoz Montesino, explicó cómo en este contexto la célula tumoral logra continuar creciendo y resistiendo, incluso, a la acción de los tratamientos contra el cáncer.
Este descubrimiento permitiría generar nuevas líneas de tratamiento para bloquear el ingreso de Vitamina C a la mitocondria y, de esta forma, obligar la apoptosis o suicidio de la célula tumoral.
El vehículo de la sobrevivencia de los tumores
Según esta investigación, la clave de la sobrevivencia de diferentes tipos de cáncer no sólo estaría en la capacidad aumentada de los tumores de adquirir la forma oxidada de la vitamina C, sino además en un evento clave y específico de la célula tumoral. Se trata de la presencia de un transportador de vitamina C mitocondrial denominado SVCT2, que sería el “vehículo” que le permitiría a la mitocondria del tumor trasladar la vitamina a su interior y, de esa forma, evitar su propia muerte.
La doctora Rivas explicó que “nuestros estudios demostraron que los tejidos tumorales sobreexpresan este transportador, mientras que está ausente en los tejidos normales”..
En este sentido, la doctora Carola Muñoz Montesino agregó que este transportador se ubica dentro de la célula y no en la superficie, como era esperable. “Para nuestra sorpresa, al analizar la localización de SVCT2, éste se ubicaba en la mitocondria, un organelo fundamental para la sobrevivencia celular”, expuso.
Es por ello que el SVCT2 Mitocondrial se constituiría en la clave en la sobrevivencia de los tumores. “Nuestro estudio sugiere que (los tumores) con mayor expresión de este transportador presentarían mayor protección frente al daño celular, lo cual podría tener implicaciones en la capacidad de supervivencia de las células cancerosas frente a los ambientes pro-oxidantes”, puntualizó Muñoz Montesino.
Respecto a las proyecciones de este descubrimiento, la doctora Coralia Rivas indicó que “nuestras perspectivas son seguir en la búsqueda de moléculas que pudieran servir para bloquear el ingreso de vitamina C a la mitocondria”. Esto abre enormes posibilidades de desarrollar nuevos blancos terapéuticos orientados a impedir que este mecanismo permita la sobrevivencia de diferentes tipos de cáncer.
¿Consumir o no consumir Vitamina C?
La vitamina C es considerado un nutriente esencial, es decir que no puede ser sintetizado en forma natural por nuestro organismo; por lo que debe ser ingerido a través de la dieta. La falta de este componente puede causar enfermedades como el escorbuto e, incluso, la muerte.
Sobre la relación entre Vitamina C y cáncer descubierta recientemente por el equipo de investigadores de la UdeC, la doctora Carola Muñoz Montesino aclaró no se trata de eliminar dicha sustancia de la dieta.
En este sentido, agregó que “la identificación del transportador mitocondrial de la Vitamina C SVCT2, que no está en las células normales y si en las tumorales; nos permite desarrollar una terapia farmacológica específica para el cáncer. Lo que hay que hacer es eliminar de la célula la capacidad para sobrevivir con ese mecanismo”, especificó la investigadora.
En Chile, los datos indican 28.443 fallecidos y 53.365 nuevos casos por cáncer, donde el cáncer al pulmón, estómago, colon, próstata y mama se clasifican dentro de los cinco principales en términos de mortalidad e incidencia.