FaceApp: Los peligros de las redes y aplicaciones de moda

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FaceApp es una aplicación para teléfonos móviles que modifica la imagen de una persona en una fotografía para ver cómo luciría anciana.
El mayor riesgo detrás de estas aplicaciones está en el uso que terceros pueden hacer de los datos personales al aceptar los términos de servicio


UCHILE/DICYT Famosos y personas de todo el mundo han popularizado en los últimos días FaceApp, una aplicación que modifica la imagen de una persona en una fotografía para ver cómo luciría anciana. La herramienta de origen ruso se ha viralizado en redes sociales generando en todo el mundo un debate sobre los peligros asociados a la autorización que los usuarios hacen para el uso de su información personal a esta y otras tecnologías de la información.

El riesgo en el caso de esta aplicación es que el usuario autoriza a la compañía básicamente a que haga lo que quiera con nuestra información personal e imagen. “Esto es algo que tenemos bastante normalizado, es lo mismo que el Instagram o Facebook. Por eso la gente debiera empezar a poner un poco más de atención a quienes da autorización para utilizar sus datos, en este caso la imagen”, afirmó el académico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, y especialista en ciberseguridad, Daniel Álvarez. Desde el punto de vista legal, agregó, “no hay ningún poder de control sobre los datos y cómo estos van a ser usados”.

El mayor problema frente a este fenómeno es la poca comprensión que las personas tienen sobre el funcionamiento de estas herramientas que acumulan información nuestra y que terceros pueden aprovechar con fines desconocidos. “Detrás de la entretención momentánea, se están regalando datos que pueden tener consecuencias insospechadas en el futuro. Por ejemplo, los mismos datos o técnicas de reconocimiento facial pueden servir para seguir a una persona en lugares públicos”, advierte el profesor de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile e investigador del Instituto Milenio Fundamentos de los Datos, Jorge Pérez.

Educación tecnológica

El profesor Pérez plantea que no existe un riesgo inminente para las personas, pero que la ciudadanía debe tomar consciencia y educarse respecto al uso de las redes sociales y aplicaciones en las que entregamos información, muchas veces sin siquiera leer las políticas y condiciones asociadas. “Los peligros son los mismos que tiene Facebook, Instagram y todas las aplicaciones en las que subes datos sin pensar. Posiblemente, por su viralidad, FaceApp ha hecho que mucha gente en poco tiempo comparta fotos, pero no creo que sea distinta a las anteriores”.

Permitir el acceso a todas nuestras imágenes, documentos y audios en nuestro celular son parte de las autorizaciones que estas plataformas exigen como condiciones de uso. En Chile este problema cobra mayor relevancia por existir una legislación precaria respecto a la protección de los datos y su uso. En este escenario, recordando entre otros el caso de Cambridge Analytica, ambos expertos plantean la necesidad de educar y concientizar a la ciudadanía sobre la información que entregamos como usuarios para desarrollar una cultura en la materia. Sobre todo, leer y entender que estamos dando a cambio de estos servicios “gratuitos”.

Legislación precaria

El profesor Álvarez destaca además la vulnerabilidad actual de los chilenos ante estas empresas, en particular por la precariedad de la legislación vigente. “El costo de las multas por la utilización no autorizada de información o su mal uso es más bajo que los beneficios que obtienen por el uso comercial de estos datos. Hoy la multa máxima son 5 UTM”. En este sentido, plantea su esperanza en que el proyecto de Ley que se está trabajando en el Congreso permita acercarse a los estándares europeos con multas que puedan llegar hasta la 10.000 UTM.

En la misma línea, el profesor Pérez apuntó que el problema en nuestro país es que las empresas tienen más poder que el Estado. “Los objetivos de estas empresas es maximizar utilidades, no mejorar la vida de las personas. Esto pasa con todas las aplicaciones que llegan a Chile y pueden hacer lo que quieren, porque nuestra legislación, no sólo en datos, sino que económica, lo pequeño de nuestro Estado y su poca fuerza, nos convierte en un lugar ideal. Todo pasa por educación. No hay que ser alarmistas, pero tenemos que entender que se están regalando datos a estas empresas que buscan crear dependencia”, señaló.

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