Animales de visita en la ciudad

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Vía Explora Conicyt

En las últimas semanas hemos visto animales silvestres transitando por espacios urbanos  mientras grandes poblaciones alrededor del mundo cumplen cuarentena como medida de prevención ante el avance del coronavirus. El fenómeno, sin embargo, podría ser algo pasajero según los especialistas.

La presencia de animales en lugares poco usuales se debe a que, sin la presencia de seres humanos ni el habitual ajetreo de las zonas urbanas, pueden transitar con mayor libertad y seguridad, conducta que, según Diego Peñaloza, vocero del Colegio Médico Veterinario de Chile (Colmevet) y experto en fauna silvestre, podría asociarse a dos factores, dependiendo de las especies. “En la mayoría de los casos, se debe a una disminución de la contaminación acústica que, especialmente en las aves, altera sus estrategias en el establecimiento de nichos ecológicos. En el caso de mamíferos o animales más grandes como pumas y cóndores, podría ser una respuesta a la escasez de alimentos en sus hábitats producto de la fuerte sequía que atraviesa nuestro país, sumado a la disminución de la presión humana en lugares aledaños”, comenta.

En la misma línea, Claudio Azat, Director del Doctorado en Medicina de la Conservación y Centro de Sustentabilidad de la U. Andrés Bello, agrega que “muchas especies son de naturaleza curiosa y probablemente pierden el miedo a las personas y se sienten más seguros de deambular libremente ante la disminución del tráfico y ruido. Las ciudades pueden ser una fuente de alimento para muchas especies”.

Visita transitoria

Algunos plantean que la fauna silvestre se ha visto “favorecida” por el confinamiento humano surgido a raíz de la crisis sanitaria por el coronavirus. Esto, dada  desde el punto de vista de la presión negativa que ejercen los hábitos de las personas con el entorno.

En ese sentido, Peñaloza considera que “hemos tenido buenas noticias debido a que se han disminuido las emisiones de CO2 en la atmósfera, la contaminación acústica y ambiental tanto terrestre como marina, por ejemplo” y agrega que “en materia ambiental tenemos muchos temas pendientes, pero la principal motivación para generar el cambio es que somos la única especie dañina que conoce el daño que realiza, por lo tanto, está en nuestras manos la posible solución”.

Sin embargo, el avistamiento de pumas en Chile, jabalíes en España, patos en Francia o venados en Japón, que se han registrado a semanas del inicio de las cuarentenas, serán fenómenos pasajeros, según los especialistas.

“Cuando la ciudad recupere su actividad,  las especies que inusualmente se divisaron en las ciudades durante este período, probablemente volverán a estar relegadas a los ambientes peri-urbanos. Para que existan especies silvestres de forma permanente en la ciudad, éstas deben primero transformarse en ciudades sustentables, amigables con la naturaleza, contar por ejemplo con grandes parques, conectados entre sí, con menos tráfico de autos, techos verdes, y una sociedad respetuosa del medio ambiente”, aclara Azat.

Respeto por el medio ambiente

Al ser testigos de estas imágenes alrededor del globo, donde distintos animales transitan con total tranquilidad por la ciudad, se abre la reflexión de cómo se deben relacionar el ser humano, la sociedad y la naturaleza .

“El surgimiento del COVID-19 y otras enfermedades emergentes como el Ébola, Zika, VIH, Hanta, tienen su origen en la destrucción de los ambientes naturales, el consumo de fauna silvestre y la globalización de transporte aéreo. De la misma forma los eventos inusuales de avistamiento de animales en distintas ciudades del mundo y la drástica disminución de la contaminación atmosférica en grandes urbes, nos deben dejar la lección de que otra forma de desarrollo es posible”, concluye Claudio Azat.

En esa línea, el médico veterinario Diego Peñaloza agrega que “debemos vernos como una especie más en el planeta, no una superior ni inferior, sino que parte de la biodiversidad y por lo mismo ser respetuosos con el entorno natural, ya que no somos ajenos a factores ecológicos como pandemias, el cambio climático ni destrucción de hábitats, por nombrar algunos”.

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