AGENCIA FAPESP/DICYT – No existe un predominio nítido de varones o mujeres entre las personas diagnosticadas con COVID-19 en el mundo. Sin embargo, la mayoría entre aquellas que son hospitalizadas o fallecen, es decir, las que desarrollan la enfermedad en su forma más grave, está constituida por varones. De acuerdo con la organización Global Health 50/50, mantenida por el University College London (en el Reino Unido), “en la mayor parte de los países, los datos disponibles indican que los varones tienen un 50% más de probabilidades de morir después del diagnóstico que las mujeres.”
Dicha afirmación es corroborada por las estadísticas actualizadas de la ciudad de Nueva York (Estados Unidos). Y por un estudio realizado en China, según el cual: “el sexo masculino constituye un factor de riesgo de peor resultado en pacientes con COVID-19, independientemente de la edad y la susceptibilidad”.
Con base en esta constatación epidemiológica, como así también en datos existentes en la literatura, un gran equipo multidisciplinario de científicos del estado de São Paulo, en Brasil, está investigando el papel de los estrógenos, las hormonas femeninas, en la protección fisiológica contra el nuevo coronavirus.
El proyecto intitulado “Evaluación de compuestos con potencial terapéutico para SARS-CoV-2: enfoque en compuestos con actividad estrogénica, moduladores de la autofagia y ECA2”, coordinado por Rodrigo Portes Ureshino, docente de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), cuenta con el apoyo de la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo – FAPESP en el marco del pliego “Suplementos de Rápida Implementación contra el COVID-19”.
“Estudios anteriores, realizados con el coronavirus SARS-CoV [causante del síndrome respiratorio aguda grave], indicaron diferencias de género en la infección y la progresión de la enfermedad, con mayor susceptibilidad de los individuos del sexo masculino, y apuntaron que los estrógenos podrían estar asociados a la mayor protección fisiológica de las mujeres. Pretendemos testear si lo propio sucede con el SARS-CoV-2, el nuevo coronavirus, para arribar a compuestos con potencial terapéutico”, declaró Portes Ureshino.
El equipo ya superó la etapa de revisión de la literatura y ha entrado en la fase experimental propiamente dicha. “Infectamos linajes de células con cepas silvestres de coronavirus y testearemos en ese modelo más de 40 compuestos con actividad estrogénica para observar los resultados”, comenta el investigador.
Los procedimientos con el SARS-CoV-2 se llevan a cabo en un laboratorio de nivel de bioseguridad 3 (NB3) de la Unifesp, coordinado por el profesor Mário Janini, colaborador del proyecto.
Entre los compuestos que se pondrán a prueba, Portes Ureshino destaca el 17β-estradiol (el estrógeno más abundante en el organismo), el tamoxifeno (un modulador selectivo de los receptores estrogénicos) y la agenisteína (un fitoestrógeno). Los tres ya han sido aplicados con éxito en modelos de otras enfermedades virales.
Además del enfoque estrictamente terapéutico, con las pruebas de compuestos con potencial para el tratamiento contra el COVID-19, el proyecto cuenta también con otro enfoque molecular. En este caso, el objetivo consiste en investigar la expresión del receptor ACE-2 (enzima convertidora de angiotensina 2, por sus siglas en inglés), que hace posible la entrada del virus en las células. “Sabemos que, en los pacientes hipertensos, un grupo de riesgo para COVID-19, se registra una mayor expresión de ACE-2, y esto favorece el ingreso del virus a las células. Por eso estamos estudiando la sobreexpresión de ese receptor en distintos tipos celulares”, afirma el investigador.
En este eje, el grupo elaboró un artículo que se encuentra en fase de prepublicación, titulado “SARS-CoV-2 and the Possible Connection to ERs, ACE2 and RAGE: Focus on Susceptibility Factors”, cuya primera autora es la doctora Roberta Sessa Stilhano, docente de la Facultad de Ciencias Médicas del Hospital Santa Casa (FCMSCSP).
Dicho trabajo contó con la colaboración de la profesora Carla Máximo Prado, de la Unifesp, quien estudia el proceso inflamatorio pulmonar, y de investigadores de instituciones internacionales tales como la University of California – Davis (Estados Unidos) y la University of Cambridge (Reino Unido).
“Ese artículo apuntó a correlacionar tres factores: ACE-2, receptores de estrógenos e inflamación. Por este motivo, además de las vías moleculares de la ACE-2 y de los estrógenos, también detallamos las vías del RAGE [receptor para productos finales de glucosilación avanzada], que está relacionado con la inflamación. Creemos que el estudio de esas vías abrirá perspectivas terapéuticas para el tratamiento del COVID-19”, dice Sessa Stilhano.
Aparte del equipo de la Unifesp, el proyecto cuenta con la colaboración de los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (FM-USP) Ana Cristina Breithaupt-Faloppa y Luiz Felipe Pinho Moreira.