Advierten que los pacientes conectados a ventilador mecánico pierden masa muscular

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Una vez conectado al ventilador mecánico, el paciente es sedado y por ello el kinesiólogo debe mover sus extremidades, para evitar el desarrollo de trombosis venosas.
Con sólo 12 horas de conexión a un ventilador mecánico se perdería hasta un 15 por ciento del área de sección transversal de la fibra muscular

UC/DICYT En un escenario crítico con alta carga asistencial por el covid-19, las Unidades de Pacientes Críticos tienen como prioridad salvar la vida de los pacientes más afectados mediante el uso de ventiladores mecánicos. En relación con la forma de mejorarse, Patricio García, coordinador del área cardiorrespiratoria de la carrera de Kinesiología UC, analiza el rol de la terapia respiratoria y motora, poniendo en alerta las eventuales secuelas que conlleva la pérdida de masa muscular en los pacientes dados de alta, principalmente adultos mayores.

Patricio García es también Terapeuta Respiratorio Certificado por el Consejo Latinoamericano para la Certificación Profesional en Terapia Respiratoria, y Especialista en Kinesiología Intensiva (DENAKE), además de instructor clínico en manejo respiratorio de paciente crítico. El especialista asegura que recién estamos aprendiendo de las secuelas de la pandemia y explica que la literatura indica que con solo 12 horas de conexión a un ventilador mecánico, se puede perder hasta un 15 por ciento del área de sección transversal de la fibra muscular respiratoria y 96 horas de inmovilización puede generar atrofia significativa de los músculos de las extremidades.

“Esta condición es aún más grave en adultos mayores, ya que tienen una masa muscular basal aún más baja en comparación a sujetos jóvenes, lo que nos permite anticipar que si sobreviven a la hospitalización, tendrán un largo tiempo de rehabilitación, lo que implica un alto nivel de dependencia para actividades cotidianas como caminar, vestirse y bañarse”, asegura.

La evidencia clínica demuestra que los niveles de autonomía se recuperan en meses e incluso en años, por ello la necesidad de intervenir mediante terapia kinesiológica funcional en cuanto ingresa el paciente a la Unidad de Paciente Crítico (UPC). García señala que en un comienzo la intervención kinesiológica se centra en el armado, chequeo y funcionamiento del ventilador mecánico, asistencia durante la intubación, manejo de las terapias de alto flujo y sistemas de humidificación, constituyendo la llamada terapia ventilatoria; aunque también existe un trabajo kinesiológico respiratorio para evitar la acumulación de secreciones y una mejor aireación del pulmón.

Una vez conectado al ventilador mecánico, el paciente es sedado y por ello el kinesiólogo debe moverlo de forma pasiva, sus extremidades, para evitar el desarrollo de trombosis venosas, mantener los rangos osteoarticulares y prevenir una mayor pérdida de masa muscular. “El trofismo muscular cumple un rol determinante en la fase de recuperación, por ello la importancia de mantener una mirada integral del paciente hospitalizado, anticipando escenarios futuros que le permitan tener una mejor calidad de vida”, añade.

Otro aspecto importante es el trabajo multidisciplinario con el personal de enfermería y técnicos de enfermería, dedicado a dar cuidados clínicos y además cambiar de posición frecuentemente al paciente sedado, de modo de prevenir el desarrollo de úlceras por presión que prolonguen la hospitalización o agreguen el riesgos de una infección. Asimismo, con ayuda del fonoaudiólogo, también se trabaja en revertir las secuelas producidas por la intubación, ya sea en las cuerdas vocales como en la laringe, lo que a futuro podría desencadenar problemas de deglución y voz, e incluso una neumonía por micro-aspiración de alimentos.

“Sin duda queda mucho trabajo por hacer y esto no va a pasar cuando baje la carga asistencial. Serán meses de recuperación de muchos pacientes dados de alta con secuelas que atender. Por esta razón estamos capacitando a los kinesiólogos para su intervención en pacientes de nivel intermedio y unidad de paciente crítico, de modo que sepan atender aspectos urgentes y otros orientados a la prevención de complicaciones que afecten el reintegro funcional y la calidad de vida de los pacientes”, concluye Patricio García.

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