UCHILE/DICYT En enero de este año la revista Science publicó un estudio de científicos de Alemania sobre el desarrollo de un nuevo tratamiento para la esclerosis múltiple. La propuesta, basada en el mismo diseño de la vacuna contra el COVID-19 que elaboraron los laboratorios de Pfizer y BioNTech, presentó resultados promisorios, ya que en modelos de ratón retrasó la progresión de la enfermedad, redujo su gravedad y no se observaron evidencias de inmunosupresión general como en otras terapias.
Actualmente se registran más de 2’5 millones de personas con esclerosis múltiple en el mundo, una patología caracterizada como una enfermedad inflamatoria, crónica y autoinmune del sistema nervioso central que provoca alteraciones en la sensibilidad del cuerpo, dificultades para coordinar movimientos y afecciones a la visión, entre otros síntomas. Hasta noviembre de 2020 la Corporación de Esclerosis Múltiple de Chile ha identificado cerca de 3.000 casos en el país, la mayor parte mujeres.
El académico del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, Dr. Rodrigo Naves, explica que este nuevo tratamiento se basa en la generación de un ácido ribonucleico (ARN) mensajero, material genético que lleva el mensaje de un gen para producir una proteína. “En el caso de la vacuna para COVID-19, el ARN mensajero lleva la información codificada para fabricar la proteína Spike del coronavirus. En cambio, para esclerosis múltiple se usa un diferente ARN mensajero que codifica para una proteína que actúa como inductora de la enfermedad en un modelo experimental o preclínico, conocido como Encefalomielitis Autoinmune Experimental (EAE)”, señala.
El avance de la ciencia ha desarrollado modificaciones en el ARN mensajero con el fin de incrementar su capacidad de producir proteínas y disminuir su inmunogenicidad, evitando la activación de respuestas inmunes que conduzcan a su eliminación. Otra importante modificación consiste en el encapsulamiento del ARN mensajero en nanopartículas de lípidos que le otorgan protección y favorecen su entrada en células del sistema inmune como las dendríticas y los macrófagos. Parte de este trabajo se evidencia en una investigación publicada en 2008 por Katalin Karikó, científica del laboratorio de BioNtech y co-autora de este nuevo tratamiento para la esclerosis múltiple.
Asimismo, el equipo investigador detectó que este nuevo tratamiento presenta mejoras significativas en los síntomas de EAE, abriendo la posibilidad de hacer una entrega segura y eficiente de antígenos bien definidos farmacéuticamente en un contexto no inflamatorio. “La base de estos resultados se debe a que el diseño de la nanoformulación es capaz de activar las células dendríticas en ausencia de señales inflamatorias. Esto conduce a la eliminación de los linfocitos que están generando la respuesta autoinmune contra la mielina que recubre los axones de las neuronas. Los investigadores encontraron que la protección lograda para una proteína determinada en el modelo EAE, también otorga protección para otras proteínas inductoras de la enfermedad, lo que podría ser una muy buena señal como potencial aplicación para los pacientes. Por eso se requieren más estudios, pero es un muy buen inicio”, señala el Dr. Naves.
Respecto a otras aplicaciones de este tratamiento, el equipo investigador y otros pares de Alemania publicaron en 2016 los resultados de un estudio exitoso para dos modelos experimentales de cáncer, el que está basado en ARN mensajero codificando para proteínas tumorales. “Actualmente están probando esta alternativa a nivel de ensayo clínico en pacientes con melanoma. Esto podría tener muchas aplicaciones para aquellas enfermedades en que se conoce cuál es la proteína que las induce”, agrega.
El Dr. Rodrigo Naves también desarrolló un tratamiento para tratar la esclerosis múltiple, el que se caracteriza por ser no invasivo, autoadministrable y con menos efectos adversos. En 2019 se dieron a conocer los resultados de esta investigación que utilizó nanopartículas cargadas con la molécula interferón-beta para administrarla a través de la vía intranasal. De esta manera, se logra la entrega directa de medicamentos en el sistema nervioso central necesitando menos dosis y frecuencia, lo que disminuye los costos totales de la terapia.
“El tratamiento intranasal es mucho menos invasivo que la terapia inyectable para los pacientes que padecen esclerosis múltiple. Estos resultados fueron publicados en una revista científica internacional de alto impacto en el campo de investigación de las nanopartículas y, además, hemos tramitado una solicitud de patente. Para avanzar hacia el desarrollo de una terapia aplicable en humanos necesitamos más recursos económicos, razón por la cual seguimos postulando a proyectos de investigación y buscando el apoyo de empresas privadas y farmacéuticas que puedan apoyar el financiamiento de estos estudios”, comentó el profesor.