Alina Gabriela Monroy-Gamboa y Sergio Ticul Álvarez-Castañeda/DICYT A través de la piel, los organismos secretan diferentes sustancias en composición y función por medio de estructuras llamadas glándulas. Algunos peces secretan moco, veneno o fotósforos (emite luz). Ciertos sapos y ranas expulsan veneno a través de las glándulas parótidas. Las aves poseen glándulas uropígeas, las cuales producen una sustancia aceitosa para mantener sus plumas “peinadas” e impermeables.
La piel es la capa protectora externa de todos los vertebrados, la podemos encontrar desde los peces hasta los mamíferos, la más simple estructuralmente la visten los peces y reptiles y está cubierta por escamas, en las aves por plumas y en los mamíferos por pelo o desnuda.
Las glándulas de la piel de los mamíferos tienen dos patrones anatómicos principales: las glándulas apócrinas y holocrinas sebáceas. Las glándulas apócrinas son las más primitivas, se caracterizan porque pueden secretar una gran gama de productos y lo realizan al hacer estimuladas, de ellas derivan las glándulas mamarias.
También dieron origen a las ecrinas sudoríparas, cuya función principal es contribuir a la termorregulación del individuo. Esto implica que debe de existir un mecanismo que permita bajar la temperatura de la piel cuando el calor externo es muy alto y evitar que pase al cuerpo o el exceso de calor producido por actividad muscular pueda ser dispersado, el organismo no se descompense térmicamente y se sobrecaliente. En las especies que tienen glándulas sudoríparas, al aumentar la temperatura corporal se libera agua con sales minerales a la superficie de la piel. El agua al tener una capacidad de adsorción del calor se evapora rápidamente, secuestrando el calor de la piel, en consecuencia, la temperatura del organismo se reduce, quedando las sales minerales y toxinas del organismo en la piel como parte del proceso de desecho. Es por ello que la sudoración además de regular la temperatura sirve para expulsar elementos que se encuentren en exceso en el organismo o que no aportan algún beneficio.
Las glándulas sudoríparas no se encuentran en todos los mamíferos, esto quiere decir que no todos los mamíferos pueden sudar. Los primates superiores (humanos, gorilas y chimpancés), artiodáctilos (antílopes, venados) y perisodáctilos (caballos), entre otros, sí poseen estas glándulas, por lo que pueden sudar y de este modo bajan la temperatura corporal después de un ejercicio extremo en un lugar con altas temperaturas. En cambio, los carnívoros (perros, gatos y osos, por decir algunos), los roedores (ratones, ratas y ardillas) no presentan glándulas sudoríparas, pero han desarrollado otros mecanismos como el jadeo, para regular su temperatura corporal.
Las glándulas sudoríparas son una de esas estructuras de los organismos que son una peligrosa moneda de cambio, esto se debe a que su acción y eficiencia puede contribuir a una descomposición fisiológica a mediano plazo. Cuando un organismo con glándulas sudoríparas tiene que compensar el incremento de la temperatura solamente con el producto da las glándulas ocasionará un exceso de traspiración que de momento bajará la temperatura corporal o evitará que esta continúe ascendiendo. El problema queda solucionado de manera inmediata, pero si se continúa con una transpiración excesiva, se producirá una importante disminución en la cantidad de agua disponible en el cuerpo, provocando un proceso de deshidratación que afectará a todo el organismo y que puede concluir con el deceso del individuo. Es por ello que la regulación de la temperatura también debe de ser conductual reduciendo la insolación para optimizar el proceso de sudoración. Por esta razón, se deben mantener hidratados para contribuir a la reposición de agua en el organismo.
En el humano las glándulas se dividen en dos grupos según su ubicación. En las de las palmas de las manos y de los pies que responden adicionalmente a estímulos psicológicos, como el miedo y el cólera. El segundo engloba al conjunto de las demás que se distribuye por todo el cuerpo y son prácticamente solo termorreguladoras.
Si bien las excreciones son componentes químicos y tienen un cierto olor, éste puede variar dependiendo de la alimentación y del ciclo hormonal. El sudor es en realidad una sustancia inodora que es expulsada a la superficie de la piel, pero sirve de medio y alimento para la flora bacteriana que convierte esta sustancia en fétida. El olor también es producto de la producción de ácidos alifáticos de cadena corta y entonces su función es como señal de comunicación.
El sudor es una magnífica solución fisiológica para contrarrestar el exceso de temperatura corporal por causa ambiental o de generación de calor por exceso de ejercicio, así que siempre hay que tener en cuenta que hay sudores que pueden matar.