Hasta hace unos 30 años -y en muchos ámbitos aún hoy en día-, la educación científica en la escuela media era considerada una etapa preparatoria para la formación universitaria.
El español José Antonio Acevedo, describe una situación con la que muchos docentes nos sentimos identificados:
“Allá por los años setenta, cuando me iniciaba en la docencia como profesor de física y química de bachillerato, a veces algún alumno preguntaba con bastante sinceridad para qué servían aquellos conocimientos que impartía en el aula de ciencias. Cuando agotaba el repertorio de justificaciones prácticas o, quizás con más frecuencia, académicas -o si no tenía del todo claro qué decirle-, la respuesta indefectiblemente era: “ya lo verás más adelante o en los próximos cursos”. No era esta una respuesta cínica ni tampoco la de un profesor indocumentado, sino que implícitamente estaba reflejando una concepción de la finalidad de la enseñanza de las ciencias que, en esa época – ¿solo entonces?-, era dominante y casi incuestionable.
En efecto, por aquellos años las enseñanzas básicas, medias y preuniversitarias de las ciencias, al menos en España- pero seguramente también en la mayor parte del mundo-, estaban absolutamente supeditadas.
EDUCAR EN CIENCIAS – Meinardi – PAIDOS (1)