Más de 200.000 hectáreas de boque nativo se perdieron en 16 años

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Imágenes satelitales evidencian severa eliminación y remoción de bosque nativo en microcuenca hidrográfica del Valle de Aconcagua, para plantación de paltos.

El 2020 Ciper Chile publicó un artículo que daba cuenta de las prácticas que han beneficiado a grupos económicos en cuanto a los planes de manejo con fines agrícolas aprobados por CONAF y que han sido perjudiciales para la avanzada de la desertificación. En el reportaje se reveló que entre 2008 y 2020, la Corporación Nacional Forestal, permitió talar más de 22 mil hectáreas de bosque nativo, sin obligar a sus propietarios a reforestar. El año 2020, la Contraloría dictaminó incompatibilidad con la Ley de Recuperación de Bosque Nativo, luego de que en 2019 una Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados no diera con cifras ni beneficiarios de la reforestación institucionalizada. Este hecho, es considerado un factor determinante, dentro de varios otros, para la avanzada acelerada de la desertificación en el territorio nacional.

Por otro lado, una investigación realizada por un equipo multidisciplinario internacional, y que fue publicada el mismo año 2020, en la revista Environmental Research Letters comprueba que Chile sigue perdiendo bosque nativo.

Entre los períodos de 2000 y 2016, en la zona Centro Sur del país, los bosques nativos se han reducido críticamente, lo cual es preocupante, pues este territorio representa un importante hotspot de la biodiversidad mundial. La investigación continúa con un estudio de campo en Chile, Brasil y Argentina, y es liderado por el Laboratorio de Ecología del Paisaje y Conservación de la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Forestales de la Universidad de La Frontera. Su autor principal es el doctor en Ciencias Forestales y decano de esa unidad, Adison Altamirano.

La investigación combinó el empleo de una base de datos global de cambios en la cubierta arbórea, imágenes satelitales de alta resolución Landsat y de Google Earth, como también el conocimiento de expertos locales. De esta manera, el análisis permitió diferenciar los bosques naturales de las plantaciones forestales de especies exóticas con una exactitud general del 99% a través de una extensión de 40 millones de hectáreas entre Valparaíso y Aysén.

La pérdida total de cobertura arbórea ha sido continua en el tiempo. Es así como durante los 17 años en los que se prolongó el estudio, se estima que la pérdida de bosque natural alcanzó a 206.142 hectáreas, mientras que la pérdida promedio fue de 12.884 hectáreas anuales.

De acuerdo a lo señalado por la investigación, la mayoría de los bosques naturales que se perdieron (75%) se convirtieron en matorrales, tierras desnudas o pastizales. Una proporción importante de estos eventualmente ha terminado como terrenos agrícolas o plantaciones, sustitución que puede socavar los objetivos de un mayor almacenamiento de carbono y protección de la biodiversidad.

Fuente Ciper Chile

 

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