CONICET/DICYT El de los paquicórmidos fue un grupo de peces óseos que vivieron entre el Jurásico temprano y el Cretácico tardío, de 182 a 66 millones de años atrás, que tiene singular importancia para el estudio de la historia evolutiva y las relaciones filogenéticas, es decir, de parentesco entre los peces, ya que se lo considera “transicional” entre dos grandes grupos con los que comparte rasgos: los holósteos –que fueron abundantes durante el Mesozoico, de 251 a 66 millones de años atrás– y los teleósteos, que dominan los mares y ríos actuales abarcando al 96 por ciento de las especies de peces existentes.
La paleontóloga del CONICET Soledad Gouiric-Cavalli, quien se desempeña en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata (FCNyM, UNLP), y su colega Gloria Arratia, del Instituto de Biodiversidad y Departamento de Ecología y Sistemática Biológica de la Universidad de Kansas, Estados Unidos, estudiaron numerosos materiales fósiles provenientes de la formación geológica Vaca Muerta, en la Cuenca Neuquina, en un arduo y exhaustivo trabajo que dejó como resultado un minucioso análisis morfológico de los ejemplares que fueron encontrados en el país y les permitió reportar el hallazgo de una nueva especie de paquicórmido. Las conclusiones acaban de ser publicadas en la revista científica Journal of Systematic Palaeontology.
“Uno de los puntos de interés que tiene el trabajo es que pone de relieve la importancia de la Formación Vaca Muerta para la paleoictiología, es decir el estudio de los peces fósiles, por su importante contenido fosilífero y porque la preservación allí es tanto o más exquisita que en algunas regiones del hemisferio Norte. La paleoictiología en nuestra región, con excepción de Brasil, está en pleno desarrollo, y en Argentina en particular recién ahora se están empezando a analizar más en detalle los materiales existentes y a realizarse campañas paleontológicas con el foco puesto en la colecta de peces. De hecho, el estudio que presentamos es el primero en el que se describen varios ejemplares para este grupo de peces, todos muy bien preservados e incluso algunos en tres dimensiones”, resalta Gouiric-Cavalli.
El trabajo comenzó durante la tesis doctoral de Gouiric-Cavalli y se basó en el análisis de la anatomía de los ejemplares del grupo hallados en Argentina tanto con luz normal como con luz ultravioleta (UV), que permite apreciar características difíciles de encontrar o interpretar, por ejemplo contactos entre huesos que no se ven a simple vista, o la preservación de tejidos blandos: “Es una tarea muy ardua, porque la anatomía de estos peces no se conoce con precisión. Durante el desarrollo de la tesis pude viajar a Alemania, donde hay materiales muy bien preservados, y comparar ejemplares de allí y de acá para reinterpretar algunas estructuras que, en el caso de los europeos, estaban descriptas en publicaciones previas. En base a mis observaciones, pude comprobar que algunas concordaban y otras no”, explica la autora.
“El proceso fue largo, y logramos terminarlo recién durante la pandemia por COVID-19. En esa etapa pudimos revisar toda la filogenia de los paquicórmidos, y a partir de una serie de rasgos muy particulares, como huesos suborbitales, de la boca, la mandíbula y la región posterior del cráneo, proponer la existencia de una nueva especie para este grupo: Kaykay lafken. Esta es la primera reconstrucción de un pez para la Formación Vaca Muerta”, agrega.
El nuevo taxón descripto por las autoras es un pez carnívoro, de una longitud total superior a los dos metros, que habitó la Patagonia argentina durante el Jurásico superior, hace alrededor de 150 millones de años. Con aleta pectorales en forma de guadaña, escamas muy pequeñas y delgadas, “por su forma, tamaño y tipo de nado podría decirse que era similar a algunos peces teleósteos actuales, como los atunes, o los peces vela y espada”. La evidencia indica, además, que era ictiófago, es decir que se alimentaba de otros peces; de hecho, entre las curiosidades del hallazgo se destaca que uno de los ejemplares encontrados presenta una presa en el interior de su cavidad estomacal: la columna de un teleósteo.
“Lo más interesante es lo detallado de nuestro análisis sobre los rasgos anatómicos de estos peces. La publicación incluye una extensa y pormenorizada lista de caracteres anatómicos ilustrados, los que en su mayoría fueron corroborados uno por uno en cada ejemplar de los que usamos para construir la filogenia, acompañados de fotografías y dibujos que grafican las observaciones. Esa matriz de rasgos morfológicos muy detallada de cada estructura ósea que fuimos viendo es el principal aporte y es, a la fecha, la base de datos más actualizada y exhaustiva que se ha realizado”, subraya la investigadora.