La iniciativa financiada por el concurso HORIZONT-RIA de la Comunidad Económica
Europea, será ejecutada por instituciones de nueve países, incluyendo a la UCM, con el
propósito de poner agua residual reciclada al servicio de la acuicultura.
En contraste a los alimentos que viajan cientos e incluso miles de kilómetros desde su
lugar de recolección y producción hasta el supermercado, los llamados Productos
Kilómetro Cero se caracterizan por la proximidad con la despensa del consumidor final.
La Comunidad Económica Europea (CEE) apostó a la producción acuícola con una
huella de carbono reducida, a través de un proyecto que ejecutarán nueve instituciones
científicas y académicas. La Universidad Católica del Maule (UCM) es la única entidad
colaboradora fuera de la CEE.
“La iniciativa nace de una colaboración entre la Universidad Católica del Maule y la
Universidad de Salento en Italia, donde la contraparte, el profesor Gian Pietro Di
Sansebastiano, nos invitó a participar. El proyecto agrupa a un total de veinte laboratorios,
distribuidos en distintos países de Europa. El Centro de Biotecnología de los Recursos
Naturales, CENBio, es la única entidad fuera de la comunidad”, afirmó el investigador
responsable del proyecto en la UCM, Ariel Arencibia.
Biotecnólogo de profesión y miembro de CENBio, perteneciente al plantel, Arencibia
trabajará en este esfuerzo junto a su colega Rodrigo Morales y la microbióloga
Aparna Banerjee, integrante del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Maule,
también de la UCM.
“Es un enfoque original que se inserta en una estrategia de economía circular e involucra
el procesamiento de aguas residuales en lugares habitados, no solo en grandes ciudades,
sino también ciudades pequeñas. La iniciativa tiene una novedad, porque el
aprovechamiento de aguas residuales es más común en la agricultura, pero veremos su
utilidad para la producción de proteína animal, en este caso a partir del cultivo peces”,
manifestó.
El estudio, que comenzará en septiembre en Italia, tendrá un plazo de cuatro años para
validar una propuesta de uso de aguas residuales en la acuicultura urbana.
“La idea es no utilizar agua de ríos o de lagos. Es un concepto muy de moda en Europa,
que tiene que ver con alimentación kilómetro cero; o sea que la fuente de alimentación,
en este caso la proteína, se produzca y se consuma en lugares aledaños, para evitar las
huellas de carbono dejadas por el combustible que se usa en la transportación”, explicó
Arencibia.
Para que un alimento sea considerado como “Producto Km 0” debe cumplir una serie de
requisitos. Así, su producción y consumo han de encontrarse a menos de 100 kilómetros
de distancia y en general, corresponder a productos de temporada y ecológicos. También
aportan a una alimentación más saludable y fomentan una economía más justa y solidaria,
pues potencian la agricultura, ganadería y acuicultura locales.
“Ya existe el punto donde se recolectan, purifican y se reciclan las aguas en la localidad de
Fassano en Italia. Nosotros participaremos en el estudio microbiológico de las aguas en el
proceso de desarrollo de los peces. En general la idea sería compararlas con aguas
residuales de la región del Maule y estudiar la carga microbiológica según la zona,
ciudades y ambientes, para en algún momento poder extrapolar la experiencia a la
agricultura y piscicultura regional”, dijo el investigador.