UCHILE Entre tres y cuatro veces al día, los satélites SUCHAI 2, SUCHAI 3 y Plantsat, desarrollados y operados por académicos/as y estudiantes de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la U. de Chile, orbitan cerca del territorio nacional, aproximadamente a 500 km de altura. El Laboratorio de Exploración Espacial y Planetaria (SPEL) monitoriza sus estados y les asigna las tareas de la jornada: desde fotografiar los extremófilos –microorganismos que viven en zonas extremas del planeta– que llevan a bordo hasta medir el campo magnético de la Tierra.
Los vehículos espaciales –parte del Programa Espacial de la U. de Chile– tienen programado desarrollar 15 experimentos en el espacio, tanto biológicos como relativos a física espacial, además de evaluaciones tecnológicas. A un año de su lanzamiento, han recolectando datos que permitirán estudiar la sobrevivencia de extremófilos en el espacio, verificar la factibilidad de medir el campo magnético de la Tierra con varios puntos de manera simultánea y evaluar desarrollos tecnológicos para futuras misiones, entre otros.
Marcos Díaz, académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la FCFM y coordinador del SPEL, evaluó positivamente esta experiencia, la segunda operando satélites fabricados en el país tras el desarrollo de SUCHAI 1. “En términos tecnológicos, hemos avanzado en la capacidad de desarrollar sistemas espaciales y entender bien cómo integrar varios experimentos y/o sistemas de forma ágil, razonablemente rápido y a un bajo costo, con una metodología de trabajo cada vez más consolidada. Con nuestro enjambre satelital hemos sido capaces de diseñar, integrar y operar tres nanosatélites simultáneamente”, destacó.
Hasta ahora, se ha avanzado en cerca del 70% de los objetivos de la misión. “Más allá de las cosas que son perfectibles y que pueden ir mejorándose incluso en órbita, porque muchos sistemas son reprogramables en el espacio, este aprendizaje sirve para las siguientes misiones que comienzan a tomar forma. Tenemos nuevos proyectos que nos van a llevar nuevamente al espacio y, por ende, tenemos cada vez más seguridad, no solo en el éxito de las misiones, sino que en términos investigativos, y que en cada nueva misión podemos proponer temas cada vez más cerca de la frontera del conocimiento en el ámbito espacial y aprender con un riesgo acotado”, aseguró.
“Tenemos que convencernos que podemos hacer tecnología avanzada en Chile y superar las barreras de una economía basada en la extracción de recursos para pasar a una economía basada en el desarrollo tecnológico. Creo que este país debe ser autónomo en la generación de tecnología”, declaró el decano de la FCFM, Francisco Martínez. La máxima autoridad de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile recordó que el éxito del SUCHAI 1 tuvo impacto internacional y atrajo visitas de instituciones extranjeras -incluyendo el presidente de la India- para conocer las potencialidades de este equipo humano.
Por otra parte, mencionó el interés del Congreso chileno por conocer las capacidades de la U. de Chile y luego de solicitar a esta Casa de Estudios un programa espacial, con participación de todas las universidades del país que tuvieran actividades afines, se presentó, en el lapso de un mes, un plan que reunió las capacidades nacionales. “Mostramos el potencial económico que tenía este programa para Chile, le llamábamos ‘la nueva dimensión inexplorada’. Presentamos el proyecto al país y luego vino una discusión que no ha sido fructífera. Invito a las nuevas autoridades a consensuar cómo vamos a desarrollar tecnologías y que tengan presente que todas las universidades pueden colaborar y participar en una gran visión de país”, concluyó el decano Martínez.
“Felicitaciones a todas las personas detrás de este programa. El decano dijo algo que es muy importante, a veces no creemos que somos capaces. Nosotros como Ministerio de Ciencia y Tecnología, recogemos el guante y estamos enfocados en buscar los mecanismos para potenciar y fomentar el desarrollo de tecnología chilena. Esto que se está haciendo con los satélites en la Universidad de Chile es un claro ejemplo del camino que podemos seguir”, expresó la ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Aisén Etcheverry.
Experimentando en el espacio
La pandemia y los cambios logísticos que enfrentó el equipo investigador debido al cierre de fronteras les obligó a replantearse las cargas a bordo del Plantsant. Si bien una planta (tillandsia) sería originalmente el experimento principal del satélite, la falta de luz a la que sería sometida previo al lanzamiento –un mes de espera en el cohete y otro en el sistema de despliegue en el espacio– dificultaban su supervivencia. Por esto, decidieron reducir el volumen destinado para ella, dejando lugar para que nuevos experimentos se sumaran, entre ellos, una carga de extremófilos, microorganismos que viven en zonas extremas del planeta y que hoy muestran signos de crecimiento en el espacio.
“Es una característica nueva el poder llevar sistemas biológicos y tratar de mantenerlos vivos, desarrollando sistemas cada vez más complejos, pero tratando de mantenerse de alguna forma simple, porque la simpleza es lo que evita los riesgos. Ese equilibrio es clave”, indicó Marcos Díaz.
En cuanto a la física espacial y evaluación de tecnologías, los tres satélites han realizado experimentos con sensores de física espacial (magnetómetros y sensores de plasma), los cuales han permitido evaluar la posibilidad de estudiar la dinámica del acoplamiento de la magnetosfera-ionosfera usando más de un punto de medición a diferentes distancias, pues los satélites se acercan y alejan entre sí.
Además, recolectan imágenes, videos e información interna de su estructura, como temperaturas, consumo de energía y estado de salud de las baterías. “Estamos viendo si se confirman algunos comportamientos que vimos en las baterías del SUCHAI 1 durante algunas tormentas geomagnéticas”, agregó el investigador.
“Lo relevante es que cada vez entendemos más cómo podemos aprender con los experimentos en el espacio, nos resulten o no. Es una manera de diseñar los sistemas de tal forma de poder identificar dónde está el problema. Eso es clave, porque el proceso de desarrollos cada vez más sofisticados requiere que seamos capaces de determinar en qué estamos fallando cuando nos enfrentamos a un problema, cuál es la complicación y cómo resolver en vuelo o en el futuro”, enfatizó.
Capital humano avanzado
Un punto importante de esta nueva etapa es la continuación de la formación de capital humano avanzado capaz de diseñar tecnología y software que permitan fabricar y operar satélites. “Hemos sido capaces de mantener un programa para formar profesionales con un alto nivel de conocimiento en este ámbito. Ejemplo de ello son algunos de los integrantes del laboratorio que ahora trabajan en el centro nacional de investigación astronáutica y espacial de Alemania (DLR)”, indicó Díaz.
“En lo que estamos fallando como país es que no somos capaces de retener a nuestros talentos. Es válido que escojan destinos internacionales, porque como Universidad formamos a las personas para que tengan buenas oportunidades de trabajo y si no están en Chile, la idea es potenciarles para que lleguen ahí, pero que el país no ocupe esos talentos es donde todavía tenemos falencias. No es que seamos una máquina de preparar capital humano avanzado, pero ya empezamos a tener una cantidad de gente de alto nivel que ha trabajado en este programa y la mayoría está en el extranjero”, sostuvo.
Próximos proyectos
“Un laboratorio como banco de pruebas para nuevas tecnologías espaciales: de la concepción al espacio”. Este es el proyecto que comenzará a ser ejecutado este 2023 y que por tres años realizará astronomía espacial a base de cubesats. La iniciativa, encabezada por la U. de Chile con la colaboración de instituciones nacionales y extranjeras, pretende consolidar un ciclo de desarrollo ágil de tecnologías espaciales que permitan misiones científicas diseñadas, construidas, evaluadas y operadas en el país.
“Para los próximos años ya están confirmadas dos nuevas misiones espaciales con el objetivo de consolidar lo aprendido hasta ahora, pero con la finalidad de empezar el desarrollo de un satélite de seis litros para estudios geofísicos, observando la Luna desde el espacio. Además, esperamos probar nueva tecnología que nos dé más capacidades a las universidades chilenas, ya que los proyectos son colaborativos entre varias instituciones, para desarrollar misiones cada vez más ambiciosas científicamente”, adelantó Marcos Díaz.
Estreno de documental SUCHAI 1: panorama familiar
En el marco del aniversario de los tres satélites en el espacio, este sábado 1 de abril a las 11:00 horas en la FCFM (Beauchef 851, metro Parque O’Higgins), se estrenará el documental SUCHAI 1. La pieza audiovisual de 37 minutos, muestra la génesis del Programa Espacial de la Universidad de Chile y constituye una memoria histórica para la ciencia chilena, en la que sus protagonistas comparten las motivaciones, sacrificios y trascendencia que ha tenido el proyecto en términos científicos y vinculación con la ciudadanía.
Al cierre de la exhibición, el público tendrá la oportunidad de conversar con el coordinador del programa satelital y parte del equipo, quienes responderán las preguntas del público, además de visitar el laboratorio en el que se desarrollan los satélites.