Animales que ven con las orejas

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Cuando la luz es escasa se pierde la capacidad de poder ver con claridad, pero permanece la de poder escuchar y “ver” las cosas a pesar de no usar los ojos

Alina Gabriela Monroy-Gamboa y Sergio Ticul Álvarez-Castañeda/CIBNOR/ Los mamíferos en su proceso de evolución y de utilización de un ambiente diferente al de los reptiles empezaron a ocupar el mismo hábitat, pero en horarios diferentes. Los mamíferos comenzaron a realizar sus actividades por la noche, en una primera instancia en el crepúsculo y después cuando existía algo de luz, sus ojos se adaptaron a esta cantidad de luz y entonces la visión se optimizó, utilizando las células captadoras de luz que se encuentran en los ojos (bastones). Algunos de los grupos de mamíferos incursionaron a ambientes prácticamente con oscuridad total, en la que la cantidad de fotones era mínima, por lo que la visión seguía siendo limitada. Estos grupos desarrollaron de manera independiente un sistema de orientación y localización de objetos y presas por medio de sonidos a la que se le ha llamado ecolocalización.

La ecolocalización en principio es muy básica, el individuo emite un sonido que se refleja en las diferentes superficies regresando a él como eco. El diferencial entre la emisión y la recepción permite la ubicación y distancia de las superficies localizadas. Los organismos han desarrollado la ecolocalización para los ambientes aéreos y acuáticos, cada uno de ellos con sus problemáticas y soluciones diferentes.

En ambos ambientes la producción de sonidos se origina por pulsos que se clasifican en tres tipos. Los de Frecuencia Modulada (FM) en la que los llamados (sonidos) empiezan con frecuencias muy altas y descienden en un periodo de tiempo muy corto y rápidamente. Los sonidos FM producen la determinada firma espectral que permite a los individuos determinar la forma de un objeto y discriminar entre los tipos de objetos. Este tipo de sonido sirve principalmente para navegar y evitar los obstáculos. La segunda es la Frecuencia Constante (FC), este tipo de frecuencia no varía por lo que permite detectar con precisión objetos (presas) en un espacio determinado, así como su tamaño, y la detección de los desplazamientos por el fenómeno denominado Doppler (de manera sencilla, las ondas de los sonidos son más próximas cuando un objeto se acerca y más espaciadas cuando se aleja, lo que permite evaluar la direccionalidad del movimiento), con lo que el organismo puede obtener la dirección y velocidad de su presa, haciendo su cacería más eficiente.. El tercer tipo es el Pulso Combinado (mezcla de FC-FM y FM-FC): son una combinación de las dos frecuencias anteriores. El uso de las dos al mismo tiempo permite la ubicación, tamaño, dirección y velocidad de la presa en un ambiente con varios obstáculos de densidades diferentes que deben de ser esquivados.

La representación por excelencia de la ecolocalización en ambientes aéreos son los murciélagos, pero no todos disponen de ella, hay un gran grupo de ellos, los llamados Megachiroptera que son de hábitos diurnos y habitan en África, Asia y Oceanía que carecen de la capacidad de ecolocalización. El resto de los murciélagos de actividad nocturna y que son la mayoría sí lo presentan. Las especies que usan la ecolocalización producen por medio de la laringe el sonido que es emitido a través de la nariz o por la boca abierta. Los sonidos se producen en frecuencias (14,000 y 100,000 Hz) por encima de las audibles por el humano. La intensidad y frecuencias de los llamados entre especies de murciélagos es diferente, lo que nos permite su identificación por medio de los sonidos. Cuando los murciélagos están de cacería utilizan sonidos de muy baja frecuencia (10-20 Hz). Durante el periodo de búsqueda de presas, el sonido emitido está en sincronía con la respiración y con la frecuencia de aleteo, para evitar interferencias. Al localizar la presa realizan los llamados Buzz en los que pueden incrementar la frecuencia hasta los 200 Hz, lo que puede hacer una ubicación más precisa en el espacio.

Como se mencionó, los murciélagos pueden desplazarse en la oscuridad total pero no todos tienen la misma dieta, algunos se alimentan de los insectos que se encuentran durante su desplazamiento, otros pueden comer frutas, polen, sabia de las plantas y otro tipo de alimentos fijos, por lo que no siempre los efectos Doppler y Buzz son necesarios y por consiguiente el desarrollo de sus orejas y pliegues asociado pueden ser más sencillos.

El segundo ambiente es el acuático, en el que las ondas sonoras viajan mucho más rápido y las “orejas” son anti-hidrodinámicas por lo que tuvieron que desaparecer. En este caso los principales representantes son los delfines y especies afines. La manera en la que estas especies generan el sonido es haciendo pasar el aire desde la cavidad nasal a través de los labios fónicos. Las ondas sonoras se reflejan en el hueso denso cóncavo del cráneo; cabe aclarar que el cráneo de los delfínidos no es completamente simétrico, es decir, el lado derecho es diferente al izquierdo, se ha inferido que esta característica es para tener una recepción disímil del sonido y de esta manera ayudar a la discriminación del origen del eco. El haz sónico es enfocado y modulado por el órgano graso que se encuentra en la frente, llamado melón. La recepción del eco en lugar de ser captado por las orejas, es por las dos ramas de la mandíbula inferior, como sucede con los reptiles y de ahí el sonido se transmite al oído interno. Esta es la causa por la cual los delfines mueven la cabeza lentamente a un lado y al otro constantemente al nadar, lo que les permite una mejor diferenciación de la procedencia del eco. Alrededor de los ojos tienen unos lóbulos con una densidad muy similar a la del hueso y es les permite detectar los sonidos laterales.

Debido a que los mamíferos habitan en diferentes ambientes, han desarrollado diferentes características que los han ayudado a adaptarse a los requerimientos que cada uno de los hábitats les presentan, como es el de un sistema de ecolocalización que les permite ver sin tener que usar el sentido de la vista y así poder alimentarse y desplazarse sin usar la visión a través de medios como aire o agua.

Autores: Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S. C. Instituto Politécnico Nacional 195, CP. 23205, La Paz, Baja California Sur, México. Email beu_ribetzin@hotmail.com (AGM-G), sticul@cibnor.mx (STA-C).

 

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