De acuerdo al informe entregado por el Ministerio del Medio Ambiente que da cuenta de que 2023 sería el mejor año en calidad del aire desde que se implementó el PDA, expertos señalan que hay matices en relación a cifras de años anteriores, que serían mucho mejores.
Según el MMA, este 2023 sería el mejor año en cuanto a la calidad del aire en Santiago, desde que en 1997 fue implementado el Plan de Descontaminación Atmosférica. ¿Por qué entonces los expertos discrepan con los positivos datos entregados por la cartera?.
La ministra Maisa Rojas, señaló que el período abordado entre el 1 de mayo y el 30 de agosto, se registraron 243 horas en episodio crítico por material particulado 2,5 (MP2,5), cifra 25% menor al año 2022. Durante 2020 sumaron 270 horas con episodios críticos en la capital.
Pero, Ernesto Gramsch difere, porque si bien 2023 es un buen año, no es el mejor en los últimos 25 años, ya que el año 2013 no hubo premergencias y el año 2017 hubo dos premergencias por MP2,5, al igual que este año. Además, indica el académico de USACH, que “por otro lado, si uno mira los promedios mensuales y cómo ha estado la contaminación en general, no sólo las preemergencias, uno ve que es similar a los años anteriores, e incluso mayor que el año 2016 y 2017″
La investigadora del Instituto de Ciencias Aplicadas de la Universidad Autónoma, Karina Bravo, complementa la información, señalando que “efectivamente el año 2013 hubo cero alertas ambientales. Sin embargo, la bioquímica sí confirma que de todas maneras es una muy buena noticia; ya que si se compara este 2023 al 2020, efectivamente hubo menos contaminación por material particulado”.
Por su parte la ministra del medio ambiente, destacó que “si consideramos solo el material particulado fino, el más dañino para la salud de as personas, tuvimos la menor cantidad de horas en episodio crítico. En simple, hubo menos tiempo en que los santiaguinos nos enfrentamos a mayores niveles de contaminación, fue el menor registro desde que se tiene registro”.
La investigadora valora que “el sistema de emergencia se ha mejorado bastante. Y también tiene que ver con la regulación que se ha hecho de las fuentes emisoras a través de decretos”.
Es así como el investigador admite que este año ha sido bueno, en el sentido de que hay menos horas de premergencia, y eso es bueno para la salud”.
Es importante señalar que las regulaciones en la materia, apuntan a las fuentes más usuales: “Domiciliarias, que se regula cuando hay alerta ambiental y restricción del uso de leña y otras estufas; los automóviles a través de la restricción y, principalmente, la industria”, detalla.
En cuanto a otros motivos que expliquen la disminución en la contaminación este año, el académico de la USACH señala que una de ella es que “probablemente aún estamos viviendo las consecuencias de la pandemia“, y estima que “que mucha gente no retomó el trabajo presencial y ha seguido trabajando desde la casa. Por lo tanto el tráfico pudo bajar”.
Acerca de lo anterior, Karina Bravo valora la incorporación de las comunas de Puente Alto y San Bernardo a la restricción vehicular. “Esto es muy positivo, porque tienen mayor riesgo socioeconómico, favorece una equidad para toda la población de la Región Metropolitana se exponga menos a otros factores, como las enfermedades respiratorias asociadas“.
Por parte de Gramsch, añade que en cuanto a “la gestión de episodios de transporte, esas son iguales todos los años, así que probablemente no es la razón por la cual han mejorado los índices este año“.
Plan de descontaminación atmosférica PDA
Para la ministra Maisa Rojas “estos buenos resultados se relacionan con mejores condiciones de ventilación. Y también porque hemos seguido con la implementación del Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica“.
Es en este sentido que el experto se refiere a que “las lluvias sí tienen un efecto, porque cuando llueve la contaminación baja mucho. Y cuando deja de llover vuelve a subir, pero aún así en los promedios hay una mejoría“, sostuvo.
Respecto a la existencia de otras herramientas que no se hayan incorporado en Chile y que se usan en otras partes del mundo para reducir la contaminación en Santiago, la investigadora mencionó la necesidad de establecer “un índice de calidad del aire interior. Es algo que existe en países europeos y en Estados Unidos. Consiste en medir los niveles de CO2 y material particulado al interior de recintos cerrados como casas y oficinas“.
Fuente MMA y El Dínamo