Recuperar los bosques de algas y avanzar hacia su cultivo, es el objetivo de una iniciativa pionera entre el sindicato de pescadores de caleta Horcón, el Centro ANID, Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (SECOS) y Bitecma Ltda.
Durante los próximos años cultivarán dos tipo de macroalgas pardas en Áreas de Manejo: el huiro flotador y huiro negro. Con esto, buscan recuperar las poblaciones naturales de estas especies claves para los ecosistemas costero-marinos.
En estudios recientes de las algas se han develado como bioindicadores, organismos que acumulan contaminantes en sus tejidos, y que por lo tanto entregan información relevante sobre los impactos de las actividades humanas en el mar. Sin embargo, en las últimas décadas en Chile se ha evidenciado una importante disminución en las poblaciones naturales de algas debido a su explotación desmedida.
Así, para hacer frente a la disminución de los bosques de algas y mantener la salud del ecosistema marino, el Sindicato de Pescadores Artesanales de Caleta Horcón, organización que cuenta con un Área de Manejo y Explotación de Recursos Bentónicos (AMERB), junto al Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (SECOS) y la empresa Bitecma Ltda., decidieron realizar un proyecto de repoblamiento de algas en la caleta.
De acuerdo a un anterior estudio del Instituto Milenio SECOS, que realizó un análisis histórico sobre técnicas de repoblamiento en Chile y el mundo, este proyecto es el primero de repoblamiento en la zona central. Su objetivo es realizar un esfuerzo activo para recuperar los bosques naturales de algas, lo que incluye la adición de algas a través de trasplantes, semillas o formación de hábitat al ambiente marino.
“Chile, al igual que el resto del mundo, debe avanzar en la acuicultura de algas marinas. Esa es la experiencia que nos debe guiar en los próximos años, junto con el desarrollo de productos y mercados con mejor valor, que puedan pagar los costos del cultivo. Los bancos naturales deberían ser resguardados, para asegurar su funcionamiento como reservorios de biodiversidad y velar por el mantenimiento de los servicios ecosistémicos que estos ambientes prestan”, explica la directora del proyecto, Dra. Loretto Contreras-Porcia, académica de la Universidad Andrés Bello e investigadora de SECOS y CAPES.
Para este proyecto se sembrarán ejemplares juveniles provenientes de la misma área de manejo, de dos especies diferentes de macroalgas pardas: Huiro flotador (Macrocystis pyrifera) y Huiro negro (Lessonia spicata). Lo anterior, considerando que son dos de las algas bases de la exportación de algas chilenas.
Co-creación de conocimientos
Para poder desarrollar este proyecto no solo se necesita la ciencia, sino también el conocimiento local de la zona. Por ello, el objetivo central es co-crear junto a la organización de la caleta de pescadores de Horcón una estrategia de manejo de algas pardas.
“La socioecología consiste en cultivar relatos colectivos. Esta reunión de ideas y memorias nos muestra una ruta para entender e implementar visiones comunes y basadas en la mejor ciencia que integre y reúna saberes: lo nuevo y los más antiguo. Adjudicar e implementar un proyecto de repoblamiento con la comunidad que conoce el ecosistema, junto con la participar de la invitación de colegas de disciplinas diferentes es un desafío muy atractivo”, reflexiona Bernardo Broitman, académico de la Universidad Adolfo Ibáñez e investigador SECOS y UPWELL.
Durante la ejecución del repoblamiento de algas se realizarán capacitaciones a los miembros de la organización, con la finalidad de que los pescadores mantengan conocimiento teórico relacionado con las especies a sembrar. Hasta ahora, se han desarrollado ya tres actividades que incluyen una primera capacitación y un primer terreno, donde se realizaron labores de reconocimiento de las poblaciones y colecta de material reproductivo con lo que se llevarán a cabo los cultivos in vitro que posteriormente serán instalados en el área.
Impactos del repoblamiento y perspectivas a futuro
Este proyecto de repoblamiento es pionero en su área y se espera dar los primeros pasos para restaurar estos ecosistemas, trabajo que permitirá cuantificar los múltiples beneficios que puede tener el manejo integrado de la zona costera.
“Este proyecto es emblemático en términos no sólo de las técnicas a utilizar, sino en el aprendizaje que se llevará a cabo como resultado de la cooperación entre investigadores participantes y la organización, en orden de establecer y aplicar buenas prácticas de repoblamiento. El registro y la documentación de éxitos, desaciertos y dificultades propios de la incertidumbre de la ejecución del proyecto, con un fenómeno del Niño en pleno desarrollo, marejadas, entre otros fenómenos, serán de gran utilidad en la conceptualización de dichas prácticas en un escenario de cambio permanente”, finaliza Ana María Mora, doctorante del programa de Doctorado en Conservación y Gestión de la Biodiversidad de la UST y becaria SECOS.
Fuente: SECOS