La plantación de especies nativas como el huingán y el litre podrían mejorar los resultados en su restauración. Lo anterior, busca mitigar los efectos que la crisis hídrica produce en estas zonas.
En un esfuerzo por abordar las dificultades en la restauración de ecosistemas forestales nativos en el contexto de la megasequía, académicos y académicas de la Universidad de Chile, Pontificia Universidad Católica de Chile y Universidad Politécnica de Madrid, España, propusieron técnicas más efectivas y económicas para restaurar bosques esclerófilos de la zona central de Chile. Lo anterior, mediante la investigación «Técnicas silviculturales costo-efectivas para reducción de estrés hídrico de plantas en procesos de restauración de bosque esclerófilo», realizada entre 2018 y 2022.
De acuerdo con el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (Cr2), la persistencia temporal y la extensión espacial de la actual sequía en Chile, es extraordinaria en el registro histórico, siendo este evento denominado como “megasequía”. Desde 2010 el territorio comprendido entre las regiones de Coquimbo y de La Araucanía ha experimentado un déficit de precipitaciones cercano al 30%.
Este déficit ha provocado la degradación de los suelos, riegos ineficientes y otras dificultades para el cuidado y mantención de los bosques esclerófilos. Buscando ser aporte ante este escenario, durante tres años se llevó a cabo el proyecto «Técnicas silviculturales costo-efectivas para reducción de estrés hídrico de plantas en procesos de restauración de bosque esclerófilo». La iniciativa fue posible gracias al financiamiento del Fondo de Investigación del Bosque Nativo de CONAF, y el apoyo del Centro ANID CAPES.
Tras esta investigación, se generó un manual técnico para explicar los métodos utilizados para probar diferentes técnicas de plantación y el monitoreo de las respuestas en el terreno. Así, se identificaron diversas estrategias claves para mejorar la efectividad de los planes de restauración del bosque esclerófilo.
La iniciativa contó con la participación de los investigadores CAPES Juan Ovalle, de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza UCH, Eduardo Arellano y Pablo Becerra, además de Marcelo Talamilla, Cesar Figueroa y Nadia Rojas-Arévalo de la Universidad Católica. Juan Oliet, de la Universidad Politécnica de Madrid, fue el representante internacional del equipo.
En el marco de la iniciativa, prontamente se realizará el lanzamiento del libro “Restauración de Ecosistemas Forestales”. Ejemplar que en 28 capítulos presentará gran parte de los resultados que se obtuvieron en el proyecto, junto con una amplia diversidad de temas en torno a la restauración de ecosistemas redactados por un selecto grupo de especialistas en el tema, esperando que sea un texto de cabecera para las futuras generaciones de restauradores en Chile.
Puntos clave de la investigación
En el estudio se destacaron diversos aspectos fundamentales para mejorar la efectividad de la restauración del bosque esclerófilo. Entre ellos, se encuentra la selección de fuentes semilleras de procedencia local o cercana al sitio de restauración; la utilización de acondicionadores de suelo, como los hidrogeles y el compost; y el uso de riego de establecimiento durante la primera temporada seca. Cada uno de estos puntos se destacan como pilares fundamentales para una reforestación costo-efectiva, “aunque no garantiza el éxito”, señaló el profesor Ovalle.
Asimismo, el académico destacó que «la necesidad de disminuir la incertidumbre en los proyectos de reforestación con especies nativas se ha transformado en un aspecto cada vez más urgente de abordar desde la investigación, debido a que producto de las recurrentes anomalías climáticas (olas de calor, sequías) ya no es posible garantizar el éxito de una plantación a corto y mediano plazo en la zona Central de Chile».
Junto a lo anterior y en busca de mejores resultados, la investigación sugiere la inclusión de especies poco tradicionales en las prácticas de reforestación. El huingán (Schinus polygamus) y el litre (Lithraea caustica) emergen como opciones útiles y necesarias. «Diversificar el uso de especies nativas puede mejorar significativamente los resultados de los esfuerzos de restauración, dado que diversificas también los rasgos funcionales en la comunidad vegetal, y con esto, las estrategias de uso de recursos en ambientes limitantes», señaló el académico.
En la batalla contra el estrés hídrico, el riego también se revela como una herramienta fundamental. Según el profesor Ovalle, «el riego en las etapas iniciales es esencial, y nuestros datos respaldan un uso mínimo de 4 litros por planta al mes durante la temporada seca estival del primer año post-trasplante». No obstante, indicó que es necesario seguir investigando sobre la dosis óptima de riego en programas de reforestación ya que, estas deben ajustarse a la demanda de la especie y a la dinámica del agua en el perfil de suelo del sitio de plantación.
De este modo, la investigación no solo proporciona claves valiosas para la restauración del bosque esclerófilo, sino que también refuerza la importancia de la adaptación y la innovación en la conservación de los ecosistemas naturales en medio de un entorno en constante cambio.
Fuente: CAPES