Desde 2017, la organización sin fines de lucro Future of Fish Chile (FoF Chile) opera en el país con el fin de promover la sostenibilidad en las pesquerías y el bienestar de las comunidades que dependen de ellas. Actualmente, cuenta con programas en distintos lugares, destacándose la labor que llevan a cabo con la pesca artesanal de merluza austral en la región de Aysén.
En esta entrevista para Ecociencias, Iván Greco, líder en implementación de FoF Chile, nos habla sobre el trabajo que están realizando para “apoyar a las comunidades pesqueras en la creación y fortalecimiento de cadenas de valor más equitativas y eficientes” y, al mismo tiempo, fomentando “prácticas sostenibles y responsables”. Uno de los pilares de FoF es el trabajo colaborativo que involucra a pescadores y pescadoras, empresas, gobiernos y otras organizaciones.
¿Qué hace Future of Fish en Chile?
La Fundación Future of Fish (FoF) en Chile se dedica a acompañar la mejora comercial y productiva de organizaciones de pescadores/as artesanales en diversas regiones del país. Ahora lo estamos haciendo en las regiones de Aysén y en el norte de Valparaíso, a través de esquemas de diseño que involucran a múltiples actores y que integran la colaboración entre pescadores, gobiernos locales, ONGs, y otros para fortalecer las capacidades locales en la gestión sostenible de los recursos pesqueros.
Además, FoF Chile acompaña los esfuerzos del gobierno en la implementación de tecnologías que promuevan la sustentabilidad de los recursos pesqueros, integrando sistemas de información que permiten cumplir con las normativas legales y fomentar prácticas de pesca responsable.
¿En qué consiste el trabajo que está realizando FoF en Puerto Gala y Puerto Gaviota en la región de Aysén? ¿Cuál es el objetivo de este trabajo?
En Puerto Gala y Puerto Gaviota, FoF participa en un programa orientado a implementar pilotos de comercialización legal en la pesca artesanal de merluza austral. El objetivo es otorgar mayor autonomía comercial a las comunidades, mejorar la transparencia y sostenibilidad en la cadena de valor, y, en consecuencia, aumentar el valor comercial de los productos pesqueros locales. Esto incluye la realización de pilotos con nuevos prototipos comerciales, logrando productos con valor agregado, la capacitación de los pescadores en tecnologías innovadoras, la promoción de prácticas de pesca responsable, y la creación de nuevas oportunidades de mercado. Se busca que la ciudadanía valore la trazabilidad y la calidad del producto, con un énfasis especial en fomentar la demanda local.
¿Qué evaluación hacen de ese programa?
Es positiva, pero falta mucho. Los productos desarrollados a través de los pilotos de comercialización legal, como los filetes de merluza austral congelados y envasados al vacío, han mostrado potencial de incremento en el valor comercial comparado con la venta en fresco, generando interés en mercados locales y regionales. La capacitación en tecnologías innovadoras y la promoción de las prácticas de pesca responsable, que ya existen dentro de las comunidades, han sido bien recibidas, lo que ha fortalecido la capacidad de adaptación a las exigencias del mercado actual. Además, la transparencia en la cadena de valor ha mejorado, permitiendo a la ciudadanía conocer el origen y las prácticas asociadas a los productos que adquieren.
No obstante, aún existen aspectos que requieren atención y mejora en el programa. Es necesario profundizar en la difusión y sensibilización sobre la importancia de la trazabilidad y la calidad de los productos, tanto entre los consumidores locales como en mercados más amplios. Asimismo, se deben continuar fortaleciendo las capacidades tecnológicas y organizacionales de los pescadores para asegurar una implementación efectiva y sostenible de los sistemas de trazabilidad en el largo plazo. Para ello es necesario apuntalar y escalar el programa.
¿Cuáles son los pasos que vienen?
Estamos trabajando para escalar el proyecto a nivel regional, con el objetivo de fortalecer el desarrollo del sector productivo pesquero artesanal en la región de Aysén. Para lograrlo, es crucial incentivar y priorizar la inversión regional, complementando los esfuerzos ya en marcha en colaboración con Oceana y el Proyecto de Gobernanza Marino Costera FAO&GEF. Además, es esencial escalar y refinar las experiencias de comercialización locales, aprovechando los canales alternativos desarrollados entre 2023 y 2024. En paralelo, es necesario diseñar soluciones en conjunto con el Gobierno para que más actores de la pesca artesanal accedan a los recursos bajo esquemas que permitan la consolidación de cadenas de valor sostenibles, trazables y legales.
Es igualmente importante fortalecer la capacidad de gestión y administración locales, así como el desarrollo de tecnologías que agreguen valor, como el procesamiento y la trazabilidad en el sector pesquero artesanal. Finalmente, la articulación de alianzas interinstitucionales de cooperación es clave para promover la comercialización y la demanda local de productos de merluza austral con valor agregado, impulsando marcas regionales y hubs de distribución, y abordando los desafíos logísticos propios de la región.