La ciencia: El apoyo a las comunidades en la defensa del Archipiélago de Humboldt

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Por Carolina Bahamondes, presidenta del Movimiento en Defensa del Medio Ambiente de La Higuera (Modema)

Quienes habitamos la provincia del Elqui, al norte de la región de Coquimbo, nos hemos lamentablemente acostumbrado a vivir en alerta permanente por los sucesivos proyectos industriales de alto impacto que han querido instalarse en nuestro territorio frente a cuyas costas se ubica el Archipiélago de Humboldt. Hace unos 15 años fueron distintas centrales termoeléctricas a carbón las que estuvieron a punto de construirse.

Carolina Bahamondes, presidenta MODEMA de La Higuera

El Archipiélago de Humboldt es un ecosistema único en el mundo, hogar de especies marinas emblemáticas como ballenas, pinguinos, delfines y chungungos; una rica biodiversidad marina y terrestre. Este frágil entorno, que se extiende por las costas de las regiones de Atacama y Coquimbo, enfrenta, sin embargo, amenazas existenciales: el proyecto Dominga, una mega iniciativa minera y portuaria que pone en riesgo la integridad ambiental de este paraíso natural, y a pocos kilómetros el Puerto Cruz Grande, de CAP Minería.

En este contexto, la ciencia ha sido una herramienta crucial para respaldar a las comunidades locales en su lucha por proteger el archipiélago. Estudios científicos independientes han demostrado que este ecosistema es altamente vulnerable a los impactos de proyectos de gran escala. Investigaciones sobre corrientes marinas, conectividad biológica y biodiversidad han aportado datos clave que sustentan el rechazo a los proyectos Dominga y Cruz Grande, reafirmando que éste es incompatible con la conservación del territorio.

La ciencia ha fortalecido la voz de las comunidades que defienden la sustentabilidad como un modelo de desarrollo viable y respetuoso. Actividades como el turismo de avistamiento de fauna marina y la pesca artesanal no solo son ejemplos de economías locales sustentables, sino que también dependen directamente de la buena salud del ecosistema. La evidencia científica sobre los impactos del cambio climático y las alteraciones humanas subraya la necesidad de proteger estos recursos, tanto para el presente como para las futuras generaciones.

Modema nace hace 17 años, precisamente en el Archipiélago de Humboldt, con el firme propósito de defender el ecosistema que nos rodea. Es para nosotros un privilegio habitar este espacio y reconocer en él, a simple vista, su riqueza extrema. Somos habitantes que apreciamos ello en el día a día, pero además está la ciencia, que no es tan solo una aliada técnica, sino también un puente que conecta la experiencia local con las decisiones a nivel nacional y global, y la lucha por el Archipiélago de Humboldt se ha transformado no solo en un asunto ambiental, sino que también en un ejemplo del poder que tiene el conocimiento para movilizar a la sociedad.

Es hora de que los tomadores de decisión escuchen la voz de la ciencia y reconozcan el valor incalculable de conservar el archipiélago como patrimonio natural. Porque, en definitiva, lo que está en juego no es solo un ecosistema, sino la posibilidad de un futuro donde la naturaleza y las comunidades puedan coexistir en equilibrio.

Desde Modema agradecemos el permanente apoyo que a lo largo de los años hemos recibido desde el mundo científico; gracias a quienes nos visitan para estudiar este laboratorio natural, a quienes nos acompañan con argumentos técnicos en tribunales y comisiones parlamentarias, y gracias aquellos científicos y científicas amantes del océano que, además, encontraron en este territorio su hogar y se han hecho parte de nuestras comunidades.

La ciencia nos muestra el camino. Es nuestra responsabilidad seguirlo.

 

 

 

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