Los países emergentes pueden aportar casi la mitad de la meta global de reducción de CO2 en el transporte

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Cultivos destinados a biocombustibles.

El uso de biocombustibles en países emergentes como Brasil, China, India y Sudáfrica podría evitar entre 300 y 400 millones de toneladas de emisiones de CO2 en el sector del transporte hasta 2030. Esto representa casi la mitad de la meta fijada por la Agencia Internacional de Energía (AIE), que busca reducir 800 millones de toneladas de CO2 en el transporte a nivel global en los próximos seis años.

El rol clave de los biocombustibles en los países emergentes

Un informe del grupo de trabajo sobre bioenergía de la AIE, liderado por científicos del Programa FAPESP de Investigaciones en Bioenergía (BIOEN), destaca que estos países podrían reducir hasta un 84% la huella de carbono en el transporte mediante el uso de etanol y biodiésel, empleando poca tierra adicional. Según la Dra. Glaucia Mendes Souza, coordinadora del BIOEN, tan solo convertir el 5% de las áreas de pasturas disponibles sería suficiente para duplicar la producción de biocombustibles y evitar 120 millones de toneladas de CO2 anuales en países de Latinoamérica como Brasil, Argentina, Colombia y Guatemala.

El estudio demuestra que en América Latina, región que produce el 30 % de los biocombustibles del mundo, existe un amplio potencial para expandir su producción sin competir con el cultivo de alimentos o afectar áreas forestales. Este modelo podría replicarse en otros países emergentes como China, Etiopía, Indonesia y Tailandia, que también poseen terrenos adecuados para el desarrollo sostenible de bioenergía.

Beneficios y desafíos en Asia y África

El sudeste asiático y Brasil comparten similitudes en términos de recursos diversificados y la búsqueda de autonomía energética mediante biocombustibles. Sin embargo, cada región enfrenta desafíos específicos. En Malasia, los subsidios a combustibles fósiles dificultan la competitividad económica de los biocombustibles. En China, la competencia con alimentos eleva el costo de la materia prima, pero se plantea la opción de importarlos.

En África y Asia, el ciclo de vida de los biocombustibles muestra una reducción de hasta un 81 % en emisiones de GEI en comparación con los combustibles convencionales, valores similares a los observados en Latinoamérica. En India, los biocombustibles tienen una intensidad de carbono muy baja, mientras que en Indonesia el alto contenido de azufre del gasoil fósil hace que los biocombustibles sean una alternativa más limpia.

El potencial de los biocombustibles en la transición energética

Actualmente, la producción global de biocombustibles equivale al 4 % de la demanda del sector transporte, y la AIE proyecta que será necesario triplicar este volumen en los próximos años. Según Bharadwaj Kummamuru, director ejecutivo de la World Bioenergy Association, los países emergentes tendrán un papel fundamental en este desafío debido a su creciente necesidad energética y sus compromisos de descarbonización.

Los biocombustibles ofrecen una alternativa viable para reducir las emisiones de CO2 en países emergentes, combinando sostenibilidad ambiental con beneficios económicos y sociales. Sin embargo, es crucial superar barreras relacionadas con el financiamiento, la tecnología y las políticas públicas para aprovechar plenamente su potencial en la lucha contra el cambio climático. Este enfoque no solo contribuirá a las metas globales de reducción de emisiones, sino que también permitirá a los países emergentes fortalecer su autonomía energética y su desarrollo sostenible.

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