Un reciente estudio, llevado a cabo por un equipo internacional de astrónomos, ha desafiado las nociones previas sobre la formación planetaria. Observaciones de alta resolución del Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) han mostrado que los planetas pueden formarse incluso en entornos de intensa radiación ultravioleta, condiciones previamente consideradas inhóspitas para estos procesos.
El equipo centró su investigación en ocho discos protoplanetarios ubicados en el cúmulo Sigma Orionis, una región estelar que recibe una intensa radiación UV de una estrella masiva cercana. Sorprendentemente, las imágenes revelaron la presencia de anillos y surcos en la mayoría de los discos, estructuras típicamente asociadas con la formación de planetas gigantes como Júpiter.
“Esperábamos que los altos niveles de radiación en este cúmulo inhibieran la formación de planetas en las zonas externas de los discos,” comentó Jane Huang, autora principal del estudio. “Sin embargo, encontramos evidencia de posibles planetas formándose a distancias tan cortas como decenas de unidades astronómicas, un fenómeno que también hemos observado en entornos menos extremos”.
Los estudios previos habían enfocado sus esfuerzos en discos ubicados en regiones con niveles bajos de radiación ultravioleta. Este nuevo trabajo, sin embargo, aprovecha la capacidad única de ALMA para observar con alta resolución en condiciones más extremas. Los resultados sugieren que los procesos que subyacen a la formación planetaria son notablemente resilientes, capaces de operar incluso en entornos adversos.
“Este descubrimiento refuerza la idea de que los planetas pueden formarse en muchas más regiones de la galaxia de lo que pensábamos,” señaló Huang. “Incluso en condiciones que alguna vez consideramos poco propicias”.
El hallazgo también abre una ventana al pasado de nuestro propio Sistema Solar. Se estima que este evolucionó en un entorno con niveles similares de radiación, lo que conecta directamente estas observaciones con la comprensión de nuestros orígenes. Además, sugiere que podría haber una gran cantidad de planetas formándose en regiones de la galaxia que previamente se descartaron como potenciales semilleros planetarios.
Utilizando la configuración de antenas más amplia de ALMA, el equipo logró obtener imágenes detalladas de los discos, alcanzando una resolución de aproximadamente 8 unidades astronómicas. Esto permitió identificar y analizar los patrones de anillos y surcos presentes. Aunque su naturaleza exacta aún está bajo discusión, los investigadores creen que estas estructuras podrían ser etapas preliminares de la formación de planetas o indicios de interacciones dinámicas entre planetas en formación y el material del disco.
Un hito para la astronomía planetaria
Este estudio no solo subraya la versatilidad de ALMA para investigar discos protoplanetarios en condiciones extremas, sino que también amplía significativamente el alcance del conocimiento astronómico sobre los orígenes planetarios. Cada nuevo dato acerca de la formación de planetas en distintos entornos proporciona a la comunidad científica piezas fundamentales para comprender mejor los orígenes de la Tierra y evaluar la probabilidad de encontrar planetas alrededor de otras estrellas.
El próximo paso será aplicar estas técnicas para observar discos en regiones estelares aún más hostiles. Al hacerlo, los astrónomos podrán explorar hasta qué punto los procesos de formación planetaria son universales y cómo influyen las condiciones extremas en el diseño de los sistemas planetarios. Este avance marca un hito crucial en la búsqueda por entender los diversos caminos que conducen a la formación de planetas en nuestra galaxia.