La orca Tahlequah, conocida por la comunidad científica como J35, se ha convertido en un símbolo de resiliencia y duelo tras haber perdido otra cría. Apenas en 2018, esta orca en peligro de extinción se hizo mundialmente famosa por cargar a su ballenato muerto durante 17 días, en un acto de aparente luto que conmovió al mundo. Ahora, en los primeros días de 2025, Tahlequah vuelve a ser noticia, pero por una razón igualmente desgarradora: la pérdida de su cría hembra, que había nacido recientemente.
Una pérdida devastadora en Año Nuevo
El Centro de Investigación de Ballenas (CWR, por sus siglas en inglés) confirmó que la cría de Tahlequah, identificada como J61, fue encontrada muerta el 31 de diciembre de 2024. Funcionarios de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) observaron a J35 cargando nuevamente el cuerpo de su cría, como lo hizo hace casi siete años, utilizando su nariz y, en ocasiones, su boca.
La cría había sido avistada por primera vez el 20 de diciembre en las aguas del estrecho de Puget, en Washington, junto a su madre. Aunque inicialmente se esperaba que este nacimiento pudiera ser un símbolo de esperanza para la población de orcas residentes del sur, en peligro de extinción, los expertos ya habían expresado preocupación por su bienestar en vísperas de Navidad.
Un comportamiento profundamente emotivo
El duelo de Tahlequah no es único en el mundo animal. Según el Dr. Joe Gaydos, director científico del programa SeaDoc en la Universidad de California, este comportamiento ha sido observado en animales con fuertes vínculos sociales y largas esperanzas de vida, como primates y delfines. Sin embargo, el caso de Tahlequah es particularmente simbólico debido a su historia personal y al contexto crítico de su especie.
La mortalidad en las crías de orcas es alarmantemente alta. El CWR indica que solo el 50% de las crías sobreviven su primer año, y una de cada cinco orcas no logra alcanzar esa etapa inicial. La pérdida de esta cría es especialmente devastadora para Tahlequah, quien ya ha enfrentado la muerte de dos de sus cuatro crías documentadas.
Un futuro incierto para las orcas residentes del sur
La población de orcas residentes del sur, conocida por alimentarse de salmón en lugar de mamíferos marinos, está incluida en la lista de especies en peligro de extinción tanto en Estados Unidos como en Canadá. Actualmente, se estima que quedan solo 73 individuos en esta comunidad, una dramática caída desde su máximo de 98 ejemplares en los años 90.
El problema se agrava debido a la contaminación química, que afecta la salud reproductiva de las madres, y a la disminución de las poblaciones de salmón, su principal fuente de alimento. Las hembras, como Tahlequah, acumulan toxinas en su grasa corporal que se liberan durante periodos de hambre, debilitando su salud y la de sus crías.
Esperanza entre la tristeza
A pesar de la tragedia, hay señales de esperanza. Este año se registraron cifras récord en la migración de salmón rojo y chum, lo que podría mejorar la disponibilidad de alimento para esta población crítica. Sin embargo, expertos como Tamara Kelley, de Orca Conservancy, enfatizan la necesidad de acciones urgentes para garantizar la supervivencia de estas emblemáticas ballenas.
La historia de Tahlequah es un recordatorio de los desafíos que enfrentan las orcas residentes del sur y de la urgente necesidad de proteger su hábitat y su fuente de alimento. Aunque su duelo actual es devastador, su legado podría inspirar mayores esfuerzos de conservación para asegurar un futuro más prometedor para estas majestuosas criaturas.