La infertilidad afecta entre el 8% y el 12% de las parejas en edad reproductiva en todo el mundo, generando un impacto profundo en quienes ven interrumpido su proyecto de vida basado en la formación de una familia. Si bien los avances en medicina han permitido el desarrollo de tratamientos de reproducción asistida, estos pueden ser física y emocionalmente desgastantes, afectando no solo la relación de pareja, sino también la dinámica laboral y social de los involucrados.
Un reciente estudio realizado en Brasil por la Faculdade de Medicina do ABC (FM-ABC), con el apoyo de la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de São Paulo (FAPESP), ha explorado por primera vez el impacto de estos tratamientos en los conflictos entre trabajo y familia. La investigación, publicada en la revista Psychology, Health & Medicine, analizó a 242 parejas en tratamiento de reproducción asistida en el Instituto Ideia Fértil, revelando que los hombres presentan un mayor nivel de conflicto entre sus responsabilidades laborales y familiares, mientras que las mujeres son más propensas a experimentar estrés intenso.
El desgaste emocional y sus consecuencias
Los tratamientos de reproducción asistida requieren tiempo, esfuerzo y una considerable inversión económica, lo que genera un impacto en la vida cotidiana de los pacientes. La frustración por los intentos fallidos, el desgaste emocional, la incertidumbre y la presión social pueden desencadenar ansiedad, depresión, estrés y tensión en la pareja. Estos factores afectan no solo la relación entre ambos, sino también su desempeño laboral y sus interacciones familiares y sociales.
Según el estudio, los pacientes infértiles en tratamiento pueden enfrentar la pérdida de sus empleos debido a las constantes ausencias para consultas médicas y exámenes. En muchos casos, las mujeres intentan ocultar su tratamiento a los empleadores, solicitando certificados médicos sin logos de clínicas de fertilidad. A su vez, el estrés y la fatiga derivados del proceso pueden reducir la productividad, afectar la concentración y generar dificultades en la gestión del tiempo y las emociones.
El conflicto trabajo-familia se intensifica cuando las responsabilidades laborales y personales entran en tensión, lo que puede derivar en agotamiento emocional, trastornos del sueño, problemas conyugales e insatisfacción en el ámbito profesional. Además, aquellos con mayores ingresos reportaron niveles más altos de interferencia del trabajo en la familia, evidenciando que la presión económica y el deseo de éxito profesional pueden aumentar el impacto del tratamiento en la vida cotidiana.
Herramientas de evaluación y hallazgos clave
Para analizar el impacto de la infertilidad en la dinámica laboral y familiar, los investigadores aplicaron cuestionarios en línea utilizando cuatro escalas validadas internacionalmente:
- Escala de Estrés Relacionado con la Infertilidad: Evalúa el impacto del problema en el bienestar físico y emocional, así como en las relaciones interpersonales.
- Escala de Resiliencia Connor-Davidson 10 (CD-RISC 10): Mide la capacidad de adaptación ante dificultades y cambios significativos.
- Escala de Soporte Social Percibido (PSSS): Determina el nivel de apoyo emocional y práctico recibido por la pareja, la familia y los amigos.
- Escala de Conflicto Trabajo-Familia: Analiza la interferencia entre el ambiente laboral y familiar en dos direcciones: cómo el trabajo afecta la vida familiar y viceversa.
El análisis reveló que los hombres muestran mayor resiliencia y menores niveles de estrés que las mujeres, pero presentan mayores dificultades para conciliar su vida laboral con el tratamiento de fertilidad. Por otro lado, las mujeres experimentan un mayor nivel de estrés, atribuible a las expectativas sociales en torno a la maternidad y el papel de la mujer en la reproducción.
Resiliencia y apoyo social: claves para sobrellevar el proceso
El estudio destaca que el estrés por sí solo no es el único factor que determina los conflictos entre trabajo y familia. Si una persona tiene altos niveles de estrés, pero cuenta con un sólido soporte social y una buena capacidad de resiliencia, es menos probable que enfrente problemas graves en su entorno laboral y familiar. En cambio, la falta de apoyo y estrategias de afrontamiento puede generar un círculo vicioso de estrés y conflicto, afectando todas las áreas de su vida.
Desde una perspectiva clínica, estos hallazgos pueden guiar a los profesionales de la salud en la implementación de estrategias que fortalezcan la resiliencia y el apoyo emocional de las parejas en tratamiento. Mejorar la comunicación, fomentar el apoyo mutuo y brindar herramientas para manejar el estrés puede contribuir a una mejor adaptación al proceso y reducir el impacto negativo en la vida cotidiana.
El acceso a la reproducción asistida y sus desafíos
La infertilidad se define como la incapacidad de concebir después de al menos un año de relaciones sexuales regulares sin protección. Los tratamientos de reproducción asistida representan una alternativa para muchas parejas, pero su acceso está limitado por costos elevados y restricciones en los sistemas de salud públicos. En Brasil, por ejemplo, solo 11 de las 192 clínicas de fertilidad son públicas, y los costos de un ciclo de fertilización in vitro pueden oscilar entre 15.000 y 100.000 reales, dependiendo del procedimiento y la ubicación de la clínica.
A pesar de los avances médicos, los tratamientos de fertilidad siguen siendo una experiencia desafiante que impacta en la salud mental, las relaciones familiares y la estabilidad laboral de los pacientes. La comprensión de estos efectos es fundamental para desarrollar políticas de apoyo y bienestar que permitan a las parejas afrontar el proceso de manera más equilibrada, sin que ello comprometa su calidad de vida ni su futuro profesional.