El Salar de Uyuni, ubicado en el altiplano boliviano, alberga la mayor reserva de litio conocida en el planeta. Esta vasta extensión de salina, que cubre miles de kilómetros cuadrados, es famosa por sus deslumbrantes paisajes blancos y sus reflejos casi perfectos durante la temporada de lluvias. Sin embargo, bajo su superficie yace una riqueza mineral que podría ser clave para la transición energética global.
Un recurso estratégico bajo la superficie y el impacto ambiental de la extracción de litio
Lo que los turistas no perciben es la enorme cantidad de litio disuelta en la salmuera subterránea. Este elemento, fundamental para la fabricación de baterías recargables, se encuentra atrapado en capas de sedimentos y sales a profundidades que van desde unos pocos metros hasta más de 50 metros bajo la superficie.
Ante la creciente demanda de litio para tecnologías limpias, un equipo de científicos liderado por Avner Vengosh, de la Universidad de Duke, ha analizado las posibles consecuencias ambientales de su extracción. Junto a su colega Gordon Williams, publicaron recientemente en Environmental Science & Technology Letters el primer estudio químico exhaustivo sobre las aguas residuales generadas por la explotación piloto en Uyuni.
El proceso de extracción de litio consiste en bombear la salmuera desde el subsuelo hasta grandes estanques de evaporación. A medida que el agua se evapora, las sales indeseadas precipitan, mientras que la concentración de litio aumenta progresivamente hasta que el material se traslada a plantas de procesamiento para convertirlo en carbonato de litio.
Aunque la explotación en Uyuni aún está en fases iniciales, la experiencia en otros salares, como el de Atacama en Chile, ha mostrado efectos preocupantes: descenso de los niveles de agua subterránea, hundimiento del terreno y alteraciones en los ecosistemas locales.
Altos niveles de contaminación en la salmuera residual
El estudio de Vengosh y Williams analizó la composición química de la salmuera natural, los estanques de evaporación y las aguas residuales del procesamiento. Sus resultados revelaron niveles alarmantes de arsénico: en la salmuera natural, las concentraciones oscilaban entre 1 y 9 partes por millón (ppm), pero en los estanques finales alcanzaban casi 50 ppm, superando en 1.400 veces el umbral ecológicamente seguro según la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU.
“Este nivel de arsénico es extraordinariamente alto”, advirtió Vengosh. “Hemos trabajado en África, Europa y Asia, y nunca habíamos registrado concentraciones tan elevadas”.
El equipo también detectó un incremento significativo en los niveles de boro, otro elemento que puede generar efectos adversos en la salud humana y ambiental. En contraste, las aguas residuales del procesamiento mostraban niveles relativamente bajos de estos elementos, lo que sugiere que parte de los contaminantes quedan atrapados en las fases iniciales de evaporación.
Riesgo para la biodiversidad y comunidades locales
Uno de los principales riesgos ambientales es la bioacumulación de metales pesados en la cadena trófica. Por ejemplo, los flamencos que habitan el salar se alimentan de artemias, pequeños crustáceos sensibles al arsénico en concentraciones superiores a 8 ppm. La contaminación del hábitat podría afectar gravemente a estas especies y alterar el equilibrio ecológico del ecosistema.
Otro aspecto en evaluación es el impacto sobre las comunidades indígenas que dependen del agua de la región. Junto con la investigadora Erika Weinthal, el equipo de Duke está investigando cómo la explotación del litio podría afectar su salud y bienestar, en un contexto donde el acceso a recursos hídricos ya es limitado.
Alternativas y desafíos para una minería más sustentable
Para mitigar los impactos, se ha propuesto reinyectar las salmueras usadas en el subsuelo. Sin embargo, los análisis indican que esta técnica podría generar nuevos problemas, como la alteración del flujo de salmuera natural o la dilución del recurso de litio.
Como alternativa, los científicos sugieren desarrollar estrategias para equilibrar químicamente las salmueras residuales antes de su reinyección, aunque advierten que se requieren más estudios para evaluar su viabilidad.
Por ahora, el equipo de investigación continúa profundizando en el origen del litio en Uyuni. “Estamos construyendo un modelo geoquímico para entender por qué el litio se concentra en estas salmueras y cuál es su fuente principal”, explicó Williams.
Con el auge de la movilidad eléctrica y el almacenamiento de energía renovable, la minería de litio se perfila como un sector clave para el futuro. Sin embargo, su explotación debe considerar no solo la viabilidad económica, sino también la preservación del frágil equilibrio ecológico del altiplano sudamericano.