
En un hito que desafía los límites de la biotecnología, la empresa estadounidense Colossal Biosciences ha logrado modificar genéticamente ratones para portar características del extinto mamut lanudo. Este avance, que marca un paso más en los esfuerzos de “desextinción” de especies, podría tener aplicaciones clave en la conservación y la investigación genética.
Ratones con genes del mamut: el experimento
Los denominados “ratones lanudos” presentan un pelaje largo, grueso y rizado, con tonalidades rojizas similares a las del mamut lanudo, especie que desapareció hace unos 4.000 años. Para lograrlo, los científicos editaron simultáneamente siete genes en embriones de ratón utilizando la técnica CRISPR. Estos genes están asociados al crecimiento del pelo, su textura y color, y también al metabolismo de los lípidos, una adaptación clave para la supervivencia en entornos fríos.
El análisis previo incluyó el estudio de 121 genomas de mamuts y elefantes, lo que permitió identificar genes específicos que diferenciaban a los mamuts de sus parientes más cercanos, los elefantes asiáticos. Entre las modificaciones genéticas realizadas, destaca la inactivación del gen FGF5, que permite el crecimiento de un pelaje más largo, y del gen MC1R, que afecta la producción de melanina y da lugar al tono rojizo del pelo.
Implicaciones y desafíos
El experimento aún no ha sido revisado por pares ni publicado en una revista científica, pero los investigadores de Colossal Biosciences consideran que se trata de un primer paso fundamental en la validación de su enfoque. Según el cofundador de la empresa, Ben Lamm, esta investigación representa un “momento decisivo” para la desextinción de especies.

No obstante, la idea de “resucitar” especies extintas sigue generando un intenso debate en la comunidad científica. Love Dalén, genetista asesor de Colossal, explicó que el objetivo no es crear una copia exacta de un mamut, sino modificar elefantes asiáticos para dotarlos de rasgos similares a los de su pariente extinto. Sin embargo, transformar completamente el genoma de un elefante en el de un mamut implicaría modificar miles de genes, un desafío aún inalcanzable con las tecnologías actuales.
Más allá de la desextinción
Los expertos también plantean interrogantes éticas y ecológicas sobre estos experimentos. La bóloga evolutiva Louise Johnson advierte que, aunque se puedan modificar genéticamente animales para parecerse a especies extintas, esto no los convierte en esas especies desde un punto de vista biológico o ecológico.
A pesar de estas críticas, la edición genética multigénica podría tener aplicaciones más allá de la desextinción. Se podría utilizar para mejorar la conservación de especies en peligro, desarrollar animales más resistentes al cambio climático o incluso abordar enfermedades genéticas en humanos.

Con una inversión de más de 400 millones de euros y el respaldo de figuras como el productor de cine Thomas Tull y la empresaria Paris Hilton, Colossal Biosciences continúa con su ambicioso proyecto de desextinción. Su próximo desafío es aplicar estas técnicas a elefantes asiáticos, un proceso que podría llevar años o incluso décadas antes de dar frutos concretos.