Un reciente estudio publicado en Nature Climate Change ha confirmado que las granjas de algas marinas capturan carbono a tasas comparables a los manglares y praderas marinas. La investigación, liderada por Oceans 2050 bajo la dirección de Alexandra Cousteau y el científico jefe Carlos Duarte, representa la primera evaluación empírica global sobre el almacenamiento de carbono en sedimentos bajo cultivos de algas. Entre los 20 sitios analizados en cinco continentes, Chile tuvo una participación clave, con aportes de la Dra. Marcela Ávila, directora del Centro Acuícola Pesquero de Investigación Aplicada (CAPIA) de la Universidad Santo Tomás Puerto Montt, y su equipo.
El estudio destaca que las granjas de algas más antiguas y extensas presentan un mayor almacenamiento de carbono. “Hicimos un muestreo en distintos centros de cultivo y demostramos que las granjas de algas efectivamente secuestran carbono”, afirmó la Dra. Ávila. Este hallazgo sugiere que, con una adecuada planificación espacial marina y prácticas sostenibles, el cultivo de algas podría convertirse en un pilar fundamental de la Economía Azul Regenerativa.
Un Amazonas Submarino en Chile
Chile alberga extensos bosques de macroalgas desde Melinka hasta la isla Diego Ramírez en la ecorregión subantártica. Estos ecosistemas, comparables en importancia a la Amazonía en la captura de carbono, son estudiados por el Dr. Andrés Mansilla (UMAG/CHIC) y su equipo. Según Mansilla, las grandes algas pardas, como el Macrocystis pyrifera (huiro), desempeñan un papel clave en el secuestro de carbono a largo plazo debido a su naturaleza perenne y su capacidad de transportar carbono al fondo marino por miles de años.
Actualmente, investigadores de la Universidad de Magallanes (UMAG) y el Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC), como la Dra. Johanna Marambio, estudian las vías fisiológicas del carbono capturado por los bosques de kelp y su flora asociada. En paralelo, expertos en matemáticas e informática de la UMAG, como el Dr. José Mansilla y el Dr. Nicolás Zumelzu, están desarrollando modelos matemáticos para cuantificar con precisión el carbono secuestrado. Complementando estos estudios, el Dr. Jorge Amaya, del Centro de Modelamiento Matemático (CMM) de la Universidad de Chile, está utilizando imágenes satelitales para mejorar la cuantificación del almacenamiento de carbono en estos ecosistemas.
Bonos de Carbono Azul: Una Oportunidad para Chile
Uno de los grandes desafíos es la certificación de bonos de carbono azul basados en algas, un mecanismo que podría transformar la conservación marina en una solución climática viable y económicamente atractiva. “Chile tiene compromisos internacionales para reducir los gases de efecto invernadero, y estos bosques submarinos representan una oportunidad única”, enfatizó el Dr. Mansilla.
La creación del Parque Marino Islas Diego Ramírez-Paso Drake, impulsada por propuestas científicas locales, ha posicionado a Chile como líder en conservación oceánica. Sin embargo, los investigadores coinciden en que es fundamental transformar estos hallazgos en políticas públicas concretas y estrategias de manejo sustentable. La investigación abre la posibilidad de posicionar a Chile como referente en captura de carbono azul, con un impacto positivo en la biodiversidad marina, la economía local y la mitigación del cambio climático.