Un nuevo proyecto de colaboración científica internacional buscará evaluar indicadores de temperatura y pH en cuerpos de agua de los Alpes franceses y la cordillera de los Andes, con el objetivo de comprender mejor los efectos del cambio climático en ecosistemas lacustres de zonas remotas.
El Dr. Sergio Contreras, académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), se adjudicó recientemente un proyecto del Programa de Cooperación Científica ECOS-ANID, impulsado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y el Comité de Evaluación y Orientación de la Cooperación Científica ECOS-Sud. Esta iniciativa promueve la colaboración entre equipos de investigación de Chile y Francia.

En esta nueva etapa, el Dr. Contreras continuará su trabajo conjunto con el Dr. Arnaud Huguet de la Sorbonne Université, enfocándose en el desarrollo de herramientas para reconstruir condiciones climáticas del pasado y proyectar escenarios futuros. El proyecto contempla, además, la realización de un curso especializado para estudiantes de postgrado en Chile, centrado en biogeoquímica y en la identificación de indicadores ambientales y climáticos.
“El curso combinará teoría y práctica, con clases en aula y una salida a terreno. En esta fase nos enfocaremos en indicadores de temperatura y, probablemente, también de pH, a partir de sedimentos lacustres”, explicó el Dr. Contreras.
Indicadores en sedimentos: una ventana al pasado climático
El estudio se centrará en lagos de alta montaña que comparten características similares: son cuerpos de agua someros, de poca profundidad y que no se congelan completamente durante el invierno. “La idea es comparar alrededor de diez lagos ubicados en el Parque Nacional Conguillío, en Chile, y en los Alpes franceses”, señaló el investigador.
Los indicadores de temperatura y pH serán obtenidos a partir del análisis de material orgánico que se deposita en el fondo de los lagos. Este enfoque permite recopilar información climática sin necesidad de estaciones meteorológicas, que suelen ser costosas y difíciles de mantener en zonas remotas.
“El material particulado que se acumula en el sedimento superficial de los lagos contiene valiosa información sobre las condiciones ambientales del pasado. Esto nos permite generar series temporales que ayudan a comprender cómo ha variado el clima y qué podemos esperar a futuro”, añadió Contreras.
Intercambio de conocimientos y experiencias
Uno de los pilares del proyecto es el fortalecimiento del intercambio académico. Se contemplan pasantías de un mes para un estudiante chileno en Francia y un estudiante francés en Chile, quienes se integrarán a los respectivos equipos de investigación. Asimismo, ambos investigadores realizarán visitas de dos semanas para dictar cursos de postgrado y ofrecer charlas en torno a las temáticas estudiadas.
“La colaboración presencial e intelectual es clave. Este tipo de iniciativas no solo fortalecen los lazos entre instituciones, sino que también permiten formar nuevas generaciones de investigadores con una mirada global”, destacó el Dr. Contreras.
El proyecto tendrá una duración de tres años, durante los cuales se recopilarán y analizarán muestras en diferentes periodos para comparar cómo varían los indicadores de temperatura y pH en función del tiempo y del entorno geográfico.
Esta iniciativa no solo representa un importante avance científico, sino también una apuesta por el conocimiento aplicado a la comprensión de los cambios ambientales que afectan a nuestros ecosistemas más frágiles.