La propagación vegetativa es una forma en que las plantas se reproducen sin necesidad de semillas. En vez de usar flores y semillas, las plantas pueden crecer a partir de partes de sí mismas, como una rama, una hoja o una raíz. El injerto es uno de los métodos de propagación vegetativa de plantas, en el que una porción de tejido procedente de un árbol semillero se une sobre otra planta de la misma especie de tal modo que, en conjunto, de ambos crezcan como una sola planta mejorada. Este proceso de apoyo a la reproducción de árboles y plantas, implica insertar púas (pequeños pedazos de tallo) de árboles que crecen en el territorio y que han demostrado entregar buenas semillas cada temporada, en plantas jóvenes de la misma especie.
Con esto se espera que una vez que los injertos prendan, las plantas mejoradas utilizando esta técnica, otorguen semillas en un plazo de 2 a 3 años, acelerando la disponibilidad de semillas para iniciativas de reproducción de plantas con fines de restauración ecológica en el sector. La gracia de utilizar este tipo de proceso es que la planta resultante tiene la información genética de la planta adulta desde donde se obtuvo la púa. En esta iniciativa se usa esta forma de trabajo para potenciar la reproducción raulí en su propio nicho ecológico en la Cordillera de los Andes de la comuna de Panguipulli.
Esfuerzos compartidos
Este proceso se está llevando adelante gracias al proyecto “Fortaleciendo la Restauración Ecológica del Bosque Nativo de la comunidad Loncochihuaicura en Panguipulli” financiado por el Programa Ciencia Pública del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (MinCiencia) en la línea Proyectos Comunitarios. Esta línea de apoyo de la política pública busca la apropiación social de conocimientos científicos, sin embargo no sería posible su implementación sin la actividad participación de integrantes de la Comunidad Mapuche de Pullinque Alto que por varios años han venido acumulando experiencia en la técnica de injertos de raulí. De hecho entre los planes está generar un huerto semillero justamente de esa especie.
Dicha comunidad tiene trayectoria en el tema de propagación y multiplicación de plantas nativas. Éstas se producen con miras a abastecer iniciativas de restauración ecológica, recuperación de bosques degradados y reforestación de bosques del territorio de la Cuenca del Lago Panguipulli. Los resultados de estos esfuerzos se focalizarán en ir en apoyo de otras iniciativas mapuches como un modo de reforzar el habitar de quienes por generaciones han hecho vida y cuidado estas latitudes.
Este ha sido un proceso que ha implicado un duro trabajo de los líderes de Pullinque alto, quienes con apoyo de profesionales I+D+i y la cooperativa Huenuwinkul. han trabajado como socios y socias para llevar adelante estas ideas comunes.
Teresa Parada Jiménez, ingeniera forestal y Doctora en Ciencias forestales, científica acompañante de este quehacer sostiene “Este es un proceso que comienza con la prospección en marzo porque ahí es cuando el Raulí (Nothofagus alpina), una especie perteneciente al género Nothofagus tienen semillas. Ahí detectamos los árboles semilleros y de ellos obtenemos púas en los meses de julio y agosto para hacer los injertos. Luego de este proceso ahora estamos viendo los resultados” sostuvo la experta.
La comunidad indígena Loncochihuaicura, considera que es urgente hacer hincapié en acciones tangibles para prevenir la extinción de la especie y por ello se ha empeñado en trabajar en el rescate de las semillas de raulí.
La Línea Proyectos Comunitarios del programa de Ciencia Pública del MinCiencia busca generar una cultura científica en todo el país y ampliar el acceso y la participación de todas y todos los habitantes en actividades de comunicación de los conocimientos científicos, humanísticos, artísticos y tecnológicos para su apropiación social. Esto, con miras a la promoción de una cultura de la curiosidad y el pensamiento crítico que basa sus decisiones en evidencias y resultados concretos. Este proyecto en particular que se está ejecutando en la Comuna de Panguipulli, en la Región de los Ríos, finaliza a fines de diciembre de 2024 y la Comunidad Mapuche está trabajando sostenidamente para concretar los compromisos adquiridos.
El Raulí ¿especie amenazada?.
El Raulí tiene una madera muy apreciada por sus excelentes características físicas y mecánicas. Es resistente y de adecuada estabilidad dimensional. Se le clasifica como una madera fácil de secar artificialmente y posee una larga durabilidad en usos exteriores. Es fácil de aserrar, cepillar y tornear, lográndose excelentes terminaciones. Estas características determinan una madera con alta demanda para mueblería y construcción, convirtiéndola en un producto caro y escaso. Esto último, a su vez, ha provocado que se explote bajo una lógica económica, en desmedro de su conservación y su manejo sostenible.
El Raulí es un árbol muy querido por la calidad de su madera, ya que es fuerte, duradera y se mantiene bien con el tiempo. Su madera es fácil de trabajar, lo que la hace perfecta para hacer muebles y construcciones. Se le clasifica como una madera fácil de secar artificialmente y posee una larga durabilidad en usos exteriores. Es fácil de aserrar, cepillar y tornear, lográndose excelentes terminaciones. Sin embargo, por ser tan valorada y cada vez más difícil de encontrar, muchas veces se tala pensando más en el dinero que en cuidar el árbol y asegurar que siga existiendo para las futuras generaciones.
Aunque el Raulí está clasificado como una especie de “Preocupación menor” en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), las comunidades locales han sido testigos directos de su explotación desmedida. A lo largo del tiempo, han visto desaparecer los extensos bosques de raulí, donde antes se encontraban árboles imponentes y longevos. Este contraste entre la clasificación global y la realidad local subraya la urgencia de abordar la situación del raulí en territorios donde su presencia está en declive, a pesar de no figurar como especie en peligro a nivel internacional.