Un reciente estudio titulado “High rate of ship strike to large whales off Chile: Historical data and proposed actions to reduce risk” (“Alto índice de choques de barcos con grandes ballenas frente a Chile: datos históricos y acciones propuestas para reducir el riesgo”), publicado en Marine Policy, ha identificado a Chile como el país con la mayor tasa de mortalidad de ballenas por colisiones con embarcaciones en la última década. Este trabajo, que reúne a 22 expertos en mamíferos marinos, marca un hito al caracterizar por primera vez la magnitud de este problema en las costas chilenas, revelando un alarmante solapamiento entre rutas de tráfico marítimo y hábitats críticos para las ballenas.
Un problema global con impacto local
A nivel mundial, las colisiones de barcos son una de las principales amenazas para las ballenas tras el fin de la caza comercial. Según un análisis publicado en Science, el tráfico marítimo cubre el 92% de las áreas de distribución de cuatro especies de ballenas estudiadas, mientras que menos del 7% de estas áreas cuenta con estrategias de gestión para prevenir colisiones.
En Chile, el panorama es especialmente crítico. De las 226 ballenas varadas registradas entre 1972 y 2023, el 28% de las muertes con causa identificable se debieron a colisiones, superando a otras causas como el enmallamiento (7%) o la depredación natural (3%). Este porcentaje sitúa a las colisiones como la principal causa de muerte no natural para las ballenas en el país.
Especies más afectadas y regiones críticas
Las ballenas más afectadas por los choques en Chile son la ballena fin (37% de los casos), la ballena jorobada (21%), y las ballenas azul y sei (ambas con 11%). La región de Magallanes lidera en mortalidad por colisiones (21%), seguida por Los Lagos (18%), Antofagasta (13%), y Valparaíso y Coquimbo (8% cada una).
El impacto de estas colisiones es devastador, afectando a especies que ya enfrentan la amenaza de extinción. Por ejemplo, la ballena azul, el animal más grande del mundo y clasificada en peligro de extinción, tiene sus mayores colisiones registradas en Los Lagos, debido al intenso tráfico marítimo en Puerto Montt y el mar interior de Chiloé.
Causas y desafíos de este aumento
El aumento en las colisiones de ballenas en Chile responde a tres factores principales:
- Incremento del tráfico marítimo: La intensificación del comercio marítimo ha convertido el océano en una “carretera de alto tránsito”.
- Recuperación de poblaciones de ballenas: Aunque algunas poblaciones muestran signos de recuperación tras la prohibición de la caza comercial en los años 80, su aumento podría estar contribuyendo al incremento de colisiones.
- Mejoras en la capacidad de diagnóstico: Desde 2013, se realizan necropsias más sistemáticas, permitiendo una identificación más precisa de las causas de muerte.
Un problema mayormente subestimado
Frederick Toro, médico veterinario y autor principal del estudio, señala que las cifras son probablemente una subestimación: “Muchos cadáveres nunca llegan a varar en las playas, y otros se pierden en áreas remotas o en mar abierto”. Toro, quien ha realizado más de 40 necropsias en ballenas, describe los signos claros de colisión, como hematomas, cortes de hélices y hemorragias internas, y advierte que incluso las ballenas vivas con lesiones están afectadas año tras año.
Recomendaciones y acciones urgentes
El estudio enfatiza la necesidad de tomar medidas inmediatas para reducir las colisiones y proteger a las ballenas. Entre las recomendaciones destacan:
- Planificación marítima: Identificar y proteger hábitats críticos de ballenas para evitar solapamientos con rutas marítimas.
- Reducción de velocidad y modificación de rutas: Implementar límites de velocidad y ajustes en las rutas de tráfico en áreas de alto riesgo.
- Fortalecimiento institucional: Financiar adecuadamente la unidad de varamientos de SERNAPESCA y coordinar esfuerzos con instituciones de investigación y autoridades como DIRECTEMAR.
- Tecnología de monitoreo: Usar boyas acústicas, monitoreo diurno y observadores en embarcaciones cercanas a puertos congestionados.
Un llamado a la acción
“Chile lidera las colisiones de ballenas en la última década, una estadística desoladora que demanda una respuesta urgente”, afirma Susannah Buchan, oceanógrafa y coautora del estudio. “El océano no debe ser una carretera mortal para nuestras ballenas. Es hora de actuar con determinación para garantizar que estas especies, muchas de ellas en peligro crítico, tengan un futuro”.
Con los datos de este estudio, los expertos esperan que Chile asuma un rol de liderazgo en la protección de sus ecosistemas marinos y avance hacia una coexistencia más sostenible entre la actividad humana y la biodiversidad.