Más de tres horas al día en actividades sedentarias aumentan el riesgo de malestar psicológico en adolescentes

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Un estudio realizado con más de 3.600 jóvenes entre 14 y 17 años reveló que pasar más de tres horas diarias en actividades sedentarias —como videojuegos, lectura recreativa o uso de pantallas con fines de ocio— se asocia a un mayor riesgo de sufrir malestar psicológico en la adolescencia.

La investigación, publicada en Journal of Adolescent Health y liderada por el King’s College London, también detectó que el uso moderado de pantallas (entre 60 y 119 minutos diarios) para actividades educativas —como tareas escolares o clases en línea— puede actuar como un factor protector de la salud mental.

Las conductas sedentarias en la adolescencia se han convertido en una preocupación global por sus efectos negativos tanto en la salud física como mental. Si bien la falta de actividad física ya se ha relacionado con problemas como obesidad y enfermedades cardiovasculares, cada vez hay más evidencia sobre su impacto en la salud psicológica, aumentando síntomas de ansiedad y depresión.

Un análisis detallado del tiempo sedentario
El estudio utilizó datos del Millennium Cohort Study, que hace seguimiento a niños nacidos entre 2000 y 2002 en el Reino Unido. Los adolescentes registraron sus actividades diarias en diarios personales a los 14 años, detallando cada 10 minutos qué hacían durante el día. Estas actividades se categorizaron en áreas como ejercicio físico, sueño, pantalla recreativa, ocio sin pantallas y sedentarismo educativo.

Tres años después, a los 17 años, los mismos participantes respondieron un cuestionario de seis ítems sobre su estado emocional reciente, conocido como la escala de Kessler. Se evaluaron aspectos como sensación de inutilidad, nerviosismo o desesperanza.

Los resultados mostraron que los adolescentes dedicaban en promedio cuatro horas al día a actividades sedentarias educativas y alrededor de tres horas a actividades sedentarias recreativas. Aquellos que pasaban más de 180 minutos diarios en pantallas con fines recreativos presentaban un mayor riesgo de malestar psicológico.

Lectura recreativa y su impacto inesperado
Un hallazgo llamativo fue que los varones que pasaban más de tres horas leyendo por ocio también reportaban mayores niveles de sufrimiento psíquico. Aunque leer suele considerarse una actividad saludable, el exceso podría estar reemplazando momentos valiosos de interacción social o actividades al aire libre, lo que contribuiría al aislamiento.

Además, parte de la lectura se realiza en dispositivos electrónicos, lo que podría acentuar efectos negativos como alteraciones del sueño debido a la exposición a la luz azul.

“El principal mensaje de nuestro estudio es que el uso prolongado de pantallas por ocio, especialmente videojuegos, está claramente vinculado a un mayor malestar emocional, mientras que el uso con fines educativos puede ser beneficioso”, explicó el doctorando André de Oliveira Werneck, autor principal del artículo, actualmente investigador en la Universidad de São Paulo (Brasil).

Según Brendon Stubbs, director del estudio, por cada hora adicional de videojuegos, el riesgo de malestar psicológico aumentó un 3%. “El tiempo frente a las pantallas no es necesariamente negativo, pero sí es crucial entender el contexto en que se utilizan”, destacó.

Recomendaciones para mitigar los riesgos
Con base en estos hallazgos, el equipo de investigación propone algunas medidas preventivas:

  • Limitar el tiempo de pantalla recreativa a menos de tres horas diarias, ya que es el umbral en que se incrementa el riesgo psicológico.
  • Fomentar el uso de pantallas con fines educativos, como apoyo a las tareas escolares o aprendizaje guiado.
  • Promover actividades recreativas con interacción social o al aire libre para equilibrar el tiempo frente a pantallas.
  • Diseñar estrategias diferenciadas según género, considerando que los varones usan más videojuegos y las mujeres tienden a navegar más por internet.
  • Asegurar un entorno educativo estimulante, ya que el tiempo moderado dedicado al estudio se relacionó con menor malestar emocional.
  • Gestionar el tiempo de pantalla en lugar de eliminarlo, priorizando el contenido y contexto.

El estudio refuerza la importancia de mirar más allá de las cifras totales de sedentarismo y analizar en detalle cómo y en qué se ocupa ese tiempo. “No se trata sólo de reducir el sedentarismo, sino de repensar qué tipo de actividades sedentarias estamos promoviendo”, concluyó Werneck.

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