Descubren un planeta gigante alrededor de una estrella diminuta: el hallazgo que desafía las teorías actuales sobre formación planetaria

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Exoplaneta.

El exoplaneta TOI-6894b, de gran tamaño y sorprendentemente frío, orbita una enana roja que apenas alcanza un 20% de la masa del Sol. El hallazgo, publicado en Nature Astronomy, abre nuevas preguntas sobre cómo se forman los planetas en sistemas extremos.

En un descubrimiento que podría cambiar lo que sabemos sobre la formación de planetas, un equipo internacional de astrónomos identificó un planeta gigante gaseoso orbitando una estrella enana roja de muy baja masa: TOI-6894. Este tipo de estrella, con solo una quinta parte de la masa del Sol, no debería tener la capacidad de formar un planeta tan grande, según las teorías actuales.

El exoplaneta, denominado TOI-6894b, fue detectado gracias a los datos de la misión TESS de la NASA, y confirmado con observaciones desde telescopios terrestres, incluyendo el del Observatorio de Sierra Nevada en España. El planeta tiene un tamaño similar al de Saturno, pero con apenas la mitad de su masa, lo que lo convierte en un objeto de baja densidad y con una atmósfera particularmente fría: cerca de 420 kelvin (unos 140°C), en contraste con los miles de grados que alcanzan los conocidos “Júpiteres calientes”.

El hallazgo es inusual, ya que las estrellas más pequeñas tienden a tener discos protoplanetarios con menos material, lo que limita la formación de planetas gigantes. “Este descubrimiento desafía nuestras teorías. No deberíamos encontrar planetas tan grandes en sistemas tan pequeños”, señala Francisco J. Pozuelos, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y coautor del estudio.

Además, el tránsito del planeta frente a su estrella bloquea un 17% de su luz, lo que permitirá estudiar su atmósfera con gran detalle. Esta característica lo convierte en un candidato ideal para futuras observaciones con el telescopio espacial James Webb (JWST).

Una de las grandes incógnitas es cómo se formó TOI-6894b. ¿Se acumuló lentamente a través de la acreción de gas y polvo, o colapsó de forma abrupta a partir de una región inestable del disco? Su composición atmosférica podría aportar pistas clave. Investigaciones preliminares sugieren que la atmósfera está dominada por procesos químicos relacionados con el metano, e incluso podría contener amoníaco, un compuesto nunca antes detectado en exoplanetas.

“La baja temperatura de este planeta lo hace único. Podríamos estar ante el primer exoplaneta donde se detecte amoníaco en su atmósfera, lo que lo transformaría en un laboratorio natural para estudiar atmósferas frías y ricas en carbono, nitrógeno y oxígeno fuera del Sistema Solar”, explica Pozuelos.

El planeta TOI-6894b no solo amplía los límites de nuestra comprensión sobre la diversidad de sistemas planetarios, sino que también pone en entredicho uno de los supuestos clave de la astrofísica moderna: que las estrellas pequeñas no tienen lo necesario para formar mundos gigantes. En palabras de Pozuelos, “este tipo de hallazgos son una invitación a revisar nuestras teorías y a seguir observando el universo con una mente abierta”.

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