Vía Chile Científico
Investigadores chinos alertaron sobre la presencia de material genético de Sars-CoV-2 en las heces de pacientes cuyos análisis nasales daban negativo y, por lo tanto, son calificados como sanos y sin peligro de contagio. Este descubrimiento nos hace preguntarnos una vez más, ¿estamos tomando todas las medidas necesarias para detener la infección?
La pilló desprevenida. En cuanto regresó a Chile de un viaje al extranjero, a mediados de marzo, Javiera se dirigió hasta un centro clínico para vacunarse contra la influenza. Dado que es asmática, su médico le recomendó ser precavida ante el brote de coronavirus que, hace apenas una semana, había llegado finalmente a Chile.
Pasó 3 días con un intenso dolor de cabeza, probablemente un efecto secundario de la vacuna, según le decían conocidos. No tenía síntomas respiratorios, pero a este cuadro común le siguió una progresiva pérdida del olfato y del gusto, hasta que ya no pudo oler ni saborear nada, junto a un cuadro agudo de indigestión. Resulta que, en casos raros, un paciente puede experimentar síntomas como diarrea prolongada, aun sin presentar dificultades para respirar.
Un artículo publicado en el American Journal of Gastroenterology observó que la mitad de los pacientes hospitalizados presentaron síntomas digestivos (103 de 204). Esto se debería a que el SARS-CoV-2 causa daño hepático al aumentar la expresión del receptor que utiliza para ingresar a las células humanas, especialmente en el hígado. El virus también también puede dañar el sistema digestivo, directa o indirectamente, a través de la respuesta inflamatoria del cuerpo o de la perturbación de la microbiota intestinal.
Y el problema no termina ahí. Nuevos estudios han identificado la presencia de material genético del SARS-CoV-2 en las heces de pacientes saludables en los que la enfermedad arrojaba negativa por vía respiratoria[3].
Si bien diversos estudios han corroborado que el contagio ocurre por contacto directo de una persona infectada con una sana a través de las gotas despedidas de la nariz o la boca al estornudar (OMS), ahora nos preguntamos: ¿es posible la transmisión oral-fecal? La evidencia indica que son las medidas de aseo las que juegan el papel protagonista para prevenirlo.
No es tan fácil deshacerse de él
En el estudio realizado por el grupo de Wu Y. en China (2020), las personas habían sido contagiadas, luego calificadas como recuperadas (coronavirus negativo en las muestras respiratorias), pero aún tenían el virus en sus heces. Este análisis se realizó con PCR, la misma técnica con la que se analizaron las muestras respiratorias.
Otro estudio pediátrico chino [4] observó la persistencia de la excreción fecal del virus en 8 niños que, a través de las muestras con los hisopos nasofaríngeos, se habían vuelto negativos nuevamente tras sufrir la enfermedad.
Del mismo modo un estudio aplicado a 205 pacientes adultos con Covid-19 [5], detectó por PCR la presencia del coronavirus en el 29% de las muestras fecales (44 de 153 analizados). También se observaron partículas virales viables a través de microscopios electrónicos (capaces de generar imágenes 3D de la estructura de células, microorganismos, cristales y metales), en cuatro muestras de heces de dos pacientes que no tenían diarrea.
Los artículos concluyen que el SARS-CoV-2 puede persistir en el sistema digestivo por más tiempo que en el respiratorio. Sin embargo, aún queda por explorar la relación entre la cantidad de virus de las muestras fecales y la frecuencia o gravedad de los síntomas digestivos.
Cuidado con lo que botas
La excreción persistente del virus en las heces aumenta la posibilidad de que pueda transmitirse por la ruta oro-fecal, especialmente si no se toman las medidas adecuadas. Si el paso por nuestro cuerpo no es suficiente para que el virus muera, ¿qué medidas adicionales podamos tomar?
Javiera no presentó la sintomatología característica del virus, pero una de las amigas que la acompañó en el viaje sí. Gracias a ello se activó el protocolo sanitario y se le realizó el examen que dio positivo. Al ser diagnosticada, el Servicio Epidemiológico de Los Lagos le indicó que debía avisar a su edificio para que activaran el protocolo sanitario de la Administración para evitar nuevos contagios, pero ella era la primera residente en presentar la enfermedad y esta guía no existía.
En el caso de los servicios de salud, se siguen protocolos habituales para evitar cualquier tipo de contaminación cruzada. Sin embargo, en el caso de aquellos pacientes coronavirus positivo no hospitalizados, los cuidados no son tan claros. Durante los primeros días Javiera debió mantener sus desperdicios en su departamento hasta que el edificio incorporó medidas como retirar su basura con guantes, mascarillas y bolsas especiales que son depositadas al fondo del contenedor y rociadas con cloro.
Estos resultados subrayan una vez más la importancia extrema de la higiene, en particular el lavado de manos, pero también del aseo del baño, superficies donde dejamos nuestra basura y también del cuidado de nuestros desechos que, como retrata la popular pieza de Juan Carlos Bodoque, recorre un largo camino, y con más personas involucradas, tras dejar nuestro cuerpo.
Además, el mismo artículo del American Journal of Gastroenterology advierte que actualmente el servicio médico sólo tienen en cuenta la sintomatología respiratoria para realizar el diagnóstico de Covid-19, por lo que pacientes como Javiera, que a 20 días de su diagnóstico continúa con una indigestión aguda, podrían continuar transmitiendo el virus sin saberlo.
Trabajo Periodístico: Paz Santander.
Ilustración: @Buguenoilustra
Contenido: Macarena Echeverria.
Referencias.
- https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/advice-for-public/q-a-coronaviruses
- https://www.minsal.cl/nuevo-coronavirus-2019-ncov/informe-tecnico/
- Wu, Y., Guo, C., Tang, L., Hong, Z., Zhou, J., Dong, X., Yin, H., Xiao, Q., Tang, Y., Qu, X., Kuang, L., Fang, X., Mishra, N., Lu, J., Shan, H., Jiang, G., & Huang, X. (2020). Prolonged presence of SARS-CoV-2 viral RNA in faecal samples. The lancet. Gastroenterology & hepatology, S2468-1253(20)30083-2