Descubren en la Antártida el huevo blando más grande jamás conocido

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Interpretación artística de un bebé mosasaurio naciendo de un huevo en el mar Antártico/Francisco Hueichaleo, 2020.

Científicos creen que pertenece a un reptil marino de seis metros de longitud que vivió en la zona hace aproximadamente 66 millones de años

DICYT – En 2011, científicos chilenos descubrieron un misterioso fósil en la Antártida que parecía un balón de fútbol deshinchado. Durante más de una década, el hallazgo permaneció sin etiquetar y sin estudiar en las colecciones del Museo Nacional de Historia Natural de Chile, conocido solo por su apodo, inspirado en la película de ciencia ficción ‘La Cosa’ (‘The Thing’).

Ahora, investigadores de la Universidad de Texas en Austin han descubierto que el fósil es un huevo gigante de cáscara blanda, de hace aproximadamente 66 millones de años. Con una medida de unos 28 por 18 centímetros, se trata del huevo de cáscara blanda más grande jamás descubierto y el segundo huevo, de cualquier tipo, más grande conocido.

Diagrama que muestra el huevo fósil, sus partes y su tamaño relativo/Legendre et al. (2020)
Diagrama que muestra el huevo fósil, sus partes y su tamaño relativo/Legendre et al. (2020)

Asimismo, es el primer huevo fósil encontrado en la Antártida. Además de su tamaño asombroso, el fósil es significativo porque los científicos creen que fue puesto por un reptil marino gigante extinto, como un mosasaurio, lo que desafía el pensamiento predominante de que tales criaturas no pusieron huevos.
“Es de un animal del tamaño de un dinosaurio grande, pero es completamente diferente a un huevo de dinosaurio”, asegura el autor principal Lucas Legendre. “Es muy similar a los huevos de lagartos y serpientes, pero es de un pariente verdaderamente gigante de estos animales”, avanza.

El coautor David Rubilar-Rogers, del Museo Nacional de Historia Natural de Chile, fue uno de los científicos que descubrió el fósil en 2011. Se lo mostró a todos los geólogos que vinieron al Museo, esperando que alguien tuviera una idea, pero no encontró a nadie hasta que Julia Clarke, profesora del Departamento de Ciencias Geológicas de la Universidad norteamericana, lo visitó en 2018. “Se lo mostré y, después de unos minutos, Julia me dijo que podría ser un huevo desinflado”, recuerda Rubilar-Rogers.

Usando un conjunto de microscopios, Legendre encontró varias capas de membrana que confirmaron que el fósil era un huevo. La estructura es muy similar a los huevos transparentes de eclosión rápida que ponen algunas serpientes y lagartijas hoy en día, dijo. Sin embargo, debido a que el huevo fósil está eclosionado y no contiene esqueleto, Legendre tuvo que usar otros medios para conocer en el tipo de reptil que lo puso.

Recopiló un conjunto de datos para comparar el tamaño del cuerpo de 259 reptiles vivos con el tamaño de sus huevos, y descubrió que el reptil que puso el huevo fósil habría tenido más de 6 metros de largo desde la punta de su hocico hasta el final de su cuerpo, sin contar con una cola, lo que se aproximaría a un antiguo reptil marino. Además de esa evidencia, la formación rocosa donde se descubrió el huevo también alberga esqueletos de bebés mosasaurios y plesiosaurios, junto con especímenes adultos.

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