La importancia de no interrumpir la lactancia materna en caso de COVID-19

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Lactancia materna.
Aunque la investigación sobre lactancia en casos de contagio por esta enfermedad es escasa, las recomendaciones internacionales y la evidencia científica señalan que no existe transmisión mediante la leche materna

UCHILE/DICYT Durante la semana del 27 de abril se inició el proceso de vacunación para embarazadas con más de 16 semanas de gestación, utilizando el esquema otorgado por Pfizer, debido a que fueron incluidas gestantes en los estudios clínicos previos de esta vacuna. Al igual que al resto de la población, el objetivo de la vacuna es proteger, tanto a la embarazada como al feto, de complicaciones asociadas a la enfermedad provocada por el SARS CoV2.

El esquema de vacunación ha demostrado que la inoculación permite generar una inmunidad para el bebé, a través del traspaso de anticuerpos, lo que se ve potenciado por la lactancia. Durante los primeros minutos de vida, el lactante debe recibir el calostro de la leche materna, un compuesto recargado en vitaminas y otros nutrientes que son fundamentales para el recién nacido. Además, durante estos primeros minutos se genera el apego, el cual, desde la neurociencia, resulta muy importante para el desarrollo cognitivo y afectivo del bebé.

Para el académico del Departamento de Atención Primaria y Salud Familiar, Dr. Johnny Acevedo, la vacunación durante el embarazo resulta crucial para prevenir cualquier riesgo de enfermedad grave, y -de esta forma- no interrumpir la lactancia durante los primeros seis meses del recién nacido. “Ha habido casos de enfermedades graves en gestantes, pero que han estado en UCI y se han recuperado, y en aquellas que se han vacunado entonces eso no se ha producido, de manera que la evidencia, siendo escasa, recomienda de que la gestante se vacune”, afirmó el Dr. Acevedo.

Recomendaciones

A través de estudios realizados en diversos países relacionados con el seguimiento de casos, se ha señalado que el riesgo de enfermedad grave es muy bajo (inferior al tres por ciento) en el caso de la madre. Por su parte, no hay registro de fallecimiento en recién nacidos, y muy bajos casos de contagio, que no están asociados con el parto ni el embarazo. La evidencia además, señala que no existe transmisión del virus a través de la placenta, ni tampoco a través de la leche materna.

Para el integrante del equipo “APS al día”, Diego Morales, las recomendaciones resultan ser las mismas que para el resto de la población, en relación con las medidas de higiene y cuidados. “No existe evidencia científica que diga que se transmite el virus a través de la leche materna, eso sí, es necesario recalcar que se deben cumplir los protocolos sanitarios, como el uso de la mascarilla y el lavado de manos para evitar al máximo el riesgo de contagio al bebé”, señaló Morales.

Por su parte, el Dr. Acevedo agregó que es fundamental extremar las medidas sanitarias en el cuidado del recién nacido en la lactancia, además de mantener la calma debido a que la evidencia ha demostrado que la sintomatología es la misma, adecuada al contexto de cada embarazada. “Recomendar la lactancia materna desde el mismo momento en que se produce el nacimiento. En tanto la mujer pueda y esté en condiciones de hacerlo, es lo que va a proteger al niño, con el calostro y con la leche que va a empezar a generar”, agregó.

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