Oportunidad para enfrentar la sexta extinción masiva: el caso del humedal de la desembocadura del río Lluta y la deuda de conservación en los valles del extremo norte de Chile.  

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“La biodiversidad es el resultado de billones de años de evolución, moldeado por procesos naturales y, cada vez más, por la influencia de los humanos. Forma la trama de vida de la que somos parte integral y dependemos plenamente. Abarca toda variedad de ecosistemas, dentro de los cuales criaturas vivientes, incluidos los humanos, forman una comunidad interactuando entre sí, con el aire, el agua y el suelo que los rodea” (The Convention on Biological Diversity CBD, 2020)

Autor: Marcelo Vargas Ortiz, Ing. Agrónomo, Mg. en Biología Animal, Dr. (c) en Sistemática y Biodiversidad, Universidad de Concepción.
Dr. (c) Marcelo Vargas Ortiz

Crisis global de la biodiversidad:

Las extinciones de especies han sido siempre parte de la vida sobre la tierra y, dependiendo de la tasa y magnitud de la pérdida, pueden ser definidas como extinciones masivas. Se estima que la vida en la tierra ha experimentado, al menos, cinco pérdidas de tal envergadura 1–3 causadas por diversos eventos climáticos y geológicos, como períodos glaciares – interglaciares, cambios drásticos en la composición atmosférica, erupciones volcánicas, aumento de temperaturas (calentamiento global), acidificación del océano, etc.    

Hace más de dos décadas se ha propuesto, desde el mundo científico, un escenario poco favorable para la diversidad de especies, además de poco alentador para el desarrollo humano. Es que la posibilidad de una nueva gran extinción ha ido sumando evidencia sustancial y se ha propuesto como un proceso que ya está en marcha, denominándose como la sexta extinción masiva 4,5. A diferencia de las cinco grandes extinciones ocurridas anteriormente, la sexta extinción masiva es actual (es decir, está ocurriendo) y múltiples fuentes indican una causa particular: el humano y su desarrollo 6–8

No es difícil encontrar, en la literatura científica, información con un mayor detalle del escenario que representa la actual extinción masiva y que permita entender el porqué de esta denominación. Como ejemplo, se puede mencionar el escenario que representan especies de animales vertebrados. A partir de datos de distribución de 27.600 especies de todo el mundo obtenidos de la lista roja de especies amenazadas de la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), investigadores 9 han podido demostrar un escenario bastante preocupante. Ellos descubrieron que 8.851 especies de vertebrados (32% del total analizado) ha disminuido en tamaños y rangos poblacionales. Además, a partir de una submuestra de 177 especies de mamíferos se logró determinar que la totalidad ha perdido, al menos, el 30% de su área de distribución geográfica. 

Escenarios similares han sido observados en insectos 10–12 y plantas 13,14. Toda esta información indica que el planeta está perdiendo biodiversidad, tal como lo reafirma el Informe Planeta Vivo 2020 del Fondo Mundial para la Naturaleza en colaboración con la Sociedad Zoológica de Londres 15. El informe ejemplifica la situación mediante un desplome medio del 68% en poblaciones de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces entre los años 1970 y 2016, situación preocupante debido a que las tendencias poblacionales de las especies constituyen un indicador de la salud de los ecosistemas. Según esto, los ecosistemas terrestres y marinos ¡se están enfermando! 

A partir de esta información surgen algunas preguntas: ¿Podemos disminuir estos efectos negativos?, ¿Estamos aún a tiempo? Como habitantes de la región de Arica y Parinacota podemos aportar haciéndonos cargo de nuestra crisis local de la biodiversidad.  

El caso del humedal del río Lluta y la deuda en los valles costeros: 

El humedal de la desembocadura del río Lluta constituye un reservorio ecológico de la escasamente conocida biota del desierto de Atacama. Numerosos son los registros fotográficos de aves, muchas de ellas migratorias, que utilizan el humedal como parte fundamental de sus rangos de distribución para tener éxito en su supervivencia. Menciono “fundamental” porque para algunas especies de aves constituye no sólo una zona de descanso y alimentación (que ya es muy importante), sino también de reproducción (apareamiento, nidificación y crianza). Los registros y el conocimiento, cultural y científico, que existe sobre las aves de este humedal sin duda es un poco más detallado que el de otros organismos. Podría ser porque culturalmente encontramos a las aves organismos con una belleza digna de ser retratada, la enorme variedad de plumajes que presentan y sus dinámicas estrategias de vuelo (entre otras cualidades) constituyen motivos de admiración. Sin embargo, estos organismos son solo una pequeña parte de la biota que alberga la superficie del humedal, y a la hora de hablar de estrategias de conservación resulta indispensable abarcar un panorama general de la constitución de la biota. 

La importancia ecológica del humedal no radica meramente en el espacio que este abarca, sino que constituye un lugar en el cual coexisten especies con poblaciones locales y especies con individuos o poblaciones migrantes. En este sentido, es importante abarcar la biota de los valles aledaños, Lluta y Azapa, e idealmente, precordillera. La composición del paisaje humedal-valles-precordillera debe ser visto como una interconexión de ecosistemas que cumplen un rol en el equilibrio de, al menos, la biota presente entre los márgenes oeste-este del desierto de Atacama del extremo norte de Chile, y no como ecosistemas apartados. Considerando que cada uno de estos presenta condiciones y riesgos de extinción diferentes, desde el punto de vista de la genética de la conservación es indispensable promover el flujo génico (migración) entre poblaciones como régimen de gestión para minimizar los riesgos de extinción 16, y esto se hace considerando una interconexión entre localidades.

Pese a la escasez de literatura, científica y de divulgación, que existe sobre la biodiversidad de esta zona, ideas de conservación biológica pueden ser propuestas. Por ejemplo, como es característico en ambientes desérticos, la distribución de la vegetación está principalmente restringida a parches asociados a cursos permanentes o intermitentes de agua superficial, los que conocemos como ríos Lluta y San José. Las desembocaduras de ambos cauces están conectadas por vegetación asociada al humedal (si consideramos que, antiguamente, el humedal abarcaba una zona mayor), implicando que éste estaría actuando como un corredor biológico entre ambos valles (imagen 1). La distribución de algunas especies de mariposas y polillas (mariposas nocturnas) presentes en humedal, valles y precordillera, respaldan este escenario (imagen 2). Según esto, una idea de conservación biológica sería establecer áreas protegidas con vegetación nativa en distintas localidades de los valles para permitir la supervivencia de individuos que migren dentro del paisaje humedal-valles-precordillera. Si los valles no mantienen ecosistemas aptos para la persistencia de la biota nativa, no será posible la migración de especies de baja capacidad de dispersión entre la precordillera y el humedal, aumentando el riesgo de extinciones locales. 

Implicancias sociales y políticas

Basta con salir a observar los distintos ecosistemas del paisaje humedal-valles-precordillera para poder apreciar que ninguno de ellos está libre de algunas de las grandes amenazas que han llevado a la sexta extinción masiva, como la destrucción y fragmentación de hábitat (ej. carreteras y cultivos agrícolas en humedal y riberas en los valles), y presencia de especies invasoras (ej. perros abandonados en la zona del humedal y abejorros destinados a la polinización en la agricultura). El daño ha comenzado, parte de este es irreparable, y la solución requiere una integración entre los mundos social, político y científico.   

Trabajar en planes de conservación dentro de los valles implicaría llegar a acuerdo con el sector agrícola para determinar cuáles podrían ser las áreas destinadas a proteger, pues la agricultura ha sido la principal causa de destrucción de hábitat en estos sectores. Un proyecto que argumente características de las áreas protegidas (ej. ubicaciones y dimensiones) puede ser elaborado por un equipo de profesionales del área de la biología y especialistas en biodiversidad, sin embargo, se necesita un marco legal mediante el cual esta medida pueda ser implementada. En este sentido, resulta necesario el desarrollo de políticas que fomenten el establecimiento de superficies mínimas destinadas a áreas protegidas para que tales iniciativas no dependan únicamente de la voluntad del sector privado.  

Ideas de áreas protegidas de alto valor biológico ya han sido propuestas, como el caso de las micro reservas destinadas a la conservación del picaflor de Arica en los valles de Azapa, Camarones y Vitor. Sin duda es una gran iniciativa, y constituye una medida desesperada con el objetivo de evitar la extinción de la especie que está clasificada en peligro crítico por la IUCN 17. Sin embargo, la propuesta de este documento busca incentivar principalmente la conservación de ecosistemas, medida que permitirá disminuir riesgos de extinción de una amplia diversidad de la biota y evitar tener más casos lamentables como el del picaflor de Arica.       

En el mes de junio de este año se dio a conocer la decisión del Consejo Municipal, de la ciudad de Arica y Parinacota, para determinar la protección del humedal del río Lluta sobre los intereses de construcción de inmobiliaria. Afortunadamente, se consiguió llegar a acuerdo para extender la zona de resguardo hasta 806 hectáreas 18. El resultado, si se efectúa correctamente, será beneficioso desde el punto de vista de la conservación de la biodiversidad, pero no suficiente, sobre todo si se entiende el paisaje humedal-valles-precordillera como una interconexión de ecosistemas. 

Finalmente, cabe mencionar que ninguna iniciativa de conservación en el humedal y valles será sustentable si no se asegura un caudal hídrico necesario para la supervivencia de la biota, y que no dependa de la cantidad sobrante de la actividad agrícola. Para esto es necesario evaluar criterios técnicos que permitan proponer caudales ecológicos, y voluntad política para regularizar el uso del agua. Debemos ver esta situación como una oportunidad para contrarrestar la crisis de la biodiversidad, un problema global, y poder actuar a partir de nuestra problemática local.   

 

  1. Erwin, D. H. Lessons from the past: Biotic recoveries from mass extinctions. Proc. Natl. Acad. Sci. U. S. A. 98, 5399–5403 (2001).
  2. Bambach, R. K. Phanerozoic Biodiversity Mass Extinctions. Annu. Rev. Earth Planet. Sci. 34, 127–155 (2006).
  3. Wake, D. B. & Vredenburg, V. T. Are we in the midst of the sixth mass extinction ? A view from the world of amphibians. (2008) doi:10.1073/pnas.0801921105.
  4. Ceballos, G., García, A. & Ehrlich, P. R. The Sixth Extinction Crisis Loss of Animal Populations and Species. J. Cosmol. 8, 1821–1831 (2010).
  5. Matzke, N. et al. Has the Earth ’ s sixth mass extinction already arrived ? Nature 470, 51–57 (2011).
  6. Ceballos, G. et al. Accelerated modern human-induced species losses: Entering the sixth mass extinction. Sci. Adv. 1, (2015).
  7. Young, H. S., Mccauley, D. J., Galetti, M. & Dirzo, R. Patterns , Causes , and Consequences of Anthropocene Defaunation. Annu. Rev. Ecol. Evol. Syst. (2016) doi:10.1146/annurev-ecolsys-112414-054142.
  8. Johnson, C. N. et al. Biodiversity losses and conservation responses in the Anthropocene. Science (80-. ). 275, 270–275 (2017).
  9. Ceballos, G., Ehrlich, P. R. & Dirzo, R. Biological annihilation via the ongoing sixth mass extinction signaled by vertebrate population losses and declines. (2017) doi:10.1073/pnas.1704949114.
  10. Forister, M. L., Pelton, E. M. & Black, S. H. Declines in insect abundance and diversity: We know enough to act now. Conserv. Sci. Pract. 1, 1–8 (2019).
  11. Wagner, D. L. Insect declines in the anthropocene. Annu. Rev. Entomol. 65, 457–480 (2020).
  12. Raven, P. H. & Wagner, D. L. Agricultural intensification and climate change are rapidly decreasing insect biodiversity. Proc. Natl. Acad. Sci. U. S. A. 118, 1–6 (2021).
  13. Cronk, Q. Plant extinctions take time. Science (80-. ). 353, 446–447 (2016).
  14. Brummitt, N. A. et al. Green plants in the red: A baseline global assessment for the IUCN Sampled Red List Index for Plants. PLoS One 10, 1–22 (2015).
  15. WWF. Living Planet Report 2020- Bending the curve of biodiversity loss. (2020).
  16. Frankham, R., Ballou, J. D. & Briscoe, D. A. Introduction to Conservation Genetics. Cambridge University Press (2002). doi:10.1080/15627020.2003.11657212.
  17.       BirdLife International. 2020. Eulidia yarrellii. The IUCN Red List of Threatened Species 2020: e.T22688244A181468935. https://dx.doi.org/10.2305/IUCN.UK.2020- 3.RLTS.T22688244A181468935.en
  18.       https://www.elmorrocotudo.cl/noticia/medioambiente/encuesta-historico-humedal-del-rio-lluta-ampliara-su-zona-de-resguardo

Imagen 1. Distribución espacial de algunos ecosistemas de la zona. Se puede observar que el “humedal + zonas con vegetación nativa” conecta las desembocaduras de los valles Lluta y Azapa.

Imagen 2. Especies de lepidópteros (A, B) presentes en ecosistemas del paisaje “Humedal-valles-precordillera”(C-F). A: Mariposa Pyrgus bocchoris trisignatus (Familia: Hesperiidae); B: Polilla Stenoptilodes juanfernandicus (Familia: Pterophoridae); C: ecosistema del río Lluta (km 20, valle de Lluta); D: ecosistema del río San José (desembocadura); E: ecosistema del río San José (km 7, valle de Azapa); E: ecosistema precordillerano (Socoroma, 3200 msnm).   

 

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