Los murciélagos aprenden a comunicarse como los bebés humanos

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Murciélago./Brock Fenton.
El monitoreo a largo plazo de la especie de murciélago Saccopteryx bilineata en su entorno natural, reveló que las crías desarrollan un comportamiento de balbuceo similar al de los bebés humanos

STRI/DICYT Entre la familia de los murciélagos de sacos, el Saccopteryx bilineata es la especie más comunicativa. Su repertorio de cantos y llamados elaborados son parte de su estrategia de cortejo durante el apareamiento. Dada la complejidad de su “lenguaje”, estos murciélagos inician su proceso de aprendizaje vocal a una edad temprana. En su más reciente estudio, la científica visitante del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), Ahana Fernandez, descubrió que, al igual que los bebés humanos, las crías de S. bilineata “balbucean” como parte de su etapa inicial de aprendizaje del idioma.

Su investigación, que abarca varios años, dos países (Panamá y Costa Rica) y numerosas horas sentada en silencio frente a los murciélagos en sus nidos, ha revelado comportamientos que rara vez se asocian con mamíferos no humanos. Por ejemplo, el año pasado en la revista Frontiers in Ecology and Evolution, Fernández describió un fenómeno que podría parecerse al “lenguaje infantil” o maternal cuando las hembras de S. bilineata se dirigen a sus crías.

“Durante mi primera temporada de campo, cuando pasé muchas horas sentada en silencio frente a los animales, observé que las madres y las crías interactuaban durante la práctica de balbuceo de las crías”, comentó Fernández, quien actualmente es becaria postdoctoral en el Laboratorio de Mirjam Knörnschild en Ecología del Comportamiento y Bioacústica del Museo de Historia Natural de Berlín. “Y las madres estaban produciendo un tipo de llamado particular durante el balbuceo de las crías”.

Este comportamiento sugiere que la retroalimentación social es importante durante el desarrollo vocal de esta especie de murciélago, al igual que con los humanos.

En su estudio más reciente, publicado en Science, Fernández revela que el desarrollo del balbuceo en las crías de S. bilineata es sorprendentemente similar al de los bebés humanos. Ambos comparten las mismas características principales, incluida la reduplicación (repetición de sílabas) y la ritmicidad (balbuceos con un ritmo regular). Al igual que los bebés humanos, los bebés murciélagos también pasan gran parte de su día balbuceando, amamantando o descansando junto a sus madres.

“Mientras balbucean, las crías aprenden una parte del repertorio vocal adulto mediante la imitación vocal de tutores adultos”, comentó Fernández. “Esto hace que el balbuceo de la cría sea un comportamiento muy interesante porque nos revela cuándo se está produciendo el aprendizaje y ofrece grandes oportunidades para estudiar si distintos factores, por ejemplo, el entorno social, influyen en el éxito del aprendizaje”.

Aparte de los humanos, S. bilineata es el único mamífero conocido que muestra un comportamiento balbuceante y de imitación vocal. Estos paralelismos entre el desarrollo vocal de S. bilineata y los humanos pueden ofrecer información valiosa para estudios biolingüísticos sobre la evolución del lenguaje humano.

Para llevar a cabo sus investigaciones, Fernández y otros científicos del laboratorio de Knörnschild deben realizar un trabajo de campo muy singular: empiezan por habituar a los murciélagos a la presencia de observadores humanos cerca de sus perchas, obteniendo observaciones de sus comportamientos naturales en un entorno completamente tranquilo durante meses y décadas. Esto es muy inusual para la investigación en murciélagos, ya que la mayoría de los laboratorios trabajan con animales cautivos o animales salvajes que son rastreados automáticamente.

“La permanencia de los sitios de campo que brinda STRI es de vital importancia para nuestra investigación, porque nuestro objetivo es seguir a los murciélagos marcados individualmente durante toda su vida y aprender todo lo que podamos sobre sus interacciones sociales y habilidades comunicativas”, comentó Knörnschild, quien también es investigadora asociada en STRI. “Nuestros hallazgos sobre las características compartidas del balbuceo en las crías de murciélago y los bebés humanos no hubieran sido posibles sin un conocimiento profundo de la historia natural y social de nuestros murciélagos, para lo cual los datos a largo plazo son esenciales”.

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