Augusto Ángel Maya, en El retorno de Ícaro (2002), se pregunta si es posible construir una sociedad sobre bases ambientales, o es importante para un manejo ambiental adecuado, la construcción de una sociedad distinta. Y plantea que una primera comprensión es que el ser humano se asoma a la naturaleza a través de la formación social.
En esta perspectiva, el propósito que guía a los autores del libro Retos y oportunidades de la educación ambiental en el siglo XXI es presentar desde diversas mira miradas críticas, la reflexión que realizan profesores y estudiantes de algunas instituciones educativas y de la Universidad Pedagógica Nacional, sobre los procesos de formación orientados a fortalecer una ciudadanía ambiental en las comunidades.
Los proyectos desarrollados por los autores en el campo de la educación ambiental desde hace varios años, les permiten reconocer el campo ambiental como un espacio social de conflicto y disputa, en el cual es posible observar las interacciones entre diferentes paradigmas que aportan explicaciones sobre la realidad social y natural. A partir de este análisis, reconocen la importancia de las representaciones que las personas construyen socialmente y proponen desde la educación la necesidad de resignificar el campo ambiental.
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