UC/DICYT El maitén, o Maytenus boaria, es un árbol de hojas perennes, de hasta 15 metros de altura, nativo de Chile, Argentina, Perú y Brasil. Posee una gran adaptabilidad a diferentes condiciones ambientales, como niveles de precipitación, humedad, pH del suelo y disponibilidad de agua. En nuestro país, tiene una amplia distribución geográfica, encontrándose desde las regiones de Coquimbo hasta Aysén, y desde la cordillera de la Costa hasta Los Andes.
Hace un par de siglos, según crónicas de Benjamín Vicuña Mackenna, la población de Santiago consumía un aceite producido a partir de las semillas de maitén. El dato llamó la atención de Rosanna Ginocchio, profesora de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal, e investigadora del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad, CAPES UC. Junto a su equipo notaron que al mantener semillas de esta especie en cartuchos de papel, éstas se impregnaban rápidamente con aceite, por lo que intentaron averiguar, en una primera instancia, si era posible establecer este árbol sobre relaves mineros, en una búsqueda por encontrar especies nativas que permitieran rehabilitar estos suelos y, de paso, obtener de ellas productos no tradicionales.
Aunque el maitén resultó no ser el árbol que buscaban, siguieron investigando con la esperanza de obtener aceite de sus semillas y conocer sus propiedades.
“Posteriormente, a través de un fondo interno interdisciplinar de la Universidad Católica, me asocié con César Sáez, colega de Ingeniería UC, con quien comenzamos a explorar la eficacia de extracción de aceite de semillas de maitén por distintos métodos disponibles”, explica la profesora Ginocchio. “Los rendimientos que logramos fueron muy buenos. A través de esta misma iniciativa exploramos las potencialidades de uso del aceite, realizando análisis químicos estandarizados. Para complementar esto, nos asociamos con Ady Giordano, colega de la Facultad de Química, de forma de profundizar en los análisis”.
Los resultados relacionados con el valor nutricional del aceite de semillas de maitén fueron publicados en la revista MDPI Foods bajo el título “Mayten Tree Seed Oil: Nutritional Value Evaluation According to Antioxidant Capacity and Bioactive Properties”.
Estudio para una semilla
Los aceites vegetales se extraen de las semillas y los frutos de las plantas. Entre los aceites vegetales que se producen a partir de las primeras, en la actualidad la mayoría se obtiene de unas pocas especies comercialmente importantes: la soja, los girasoles, la canola, el lino, las nueces de palma aceitera, el ricino, el maní, la semilla de algodón y las nueces de karité.
Sin embargo, se sabe que existen especies de plantas que crecen en condiciones ambientales limitantes, como climas áridos y semiáridos o suelos pobres en nutrientes, que también presentan semillas oleaginosas. Estas semillas serían fuentes potencialmente valiosas a la hora de expandir la producción de aceite vegetal a regiones donde los cultivos tradicionales no son factibles, y para la profesora Ginocchio, las semillas del maitén representaban una posibilidad real.
Para producir el aceite, el equipo de investigación recolectó frutos de árboles de maitén de distintas procedencias. Las semillas se separaron a mano, se dejaron secar al aire y se almacenaron a 5ºC. Posteriormente se molieron y, con la ayuda de solventes, se extrajo su aceite, lográndose un rendimiento del 61,8%, mayor que el de los aceites extraídos de las semillas de girasol, sésamo y calabaza, porcentaje aún mejorable con otros procedimientos de extracción.
En cuanto a su composición química, este aceite mostró ser rico en ácido oleico y linoleico. El ácido oleico es un ácido graso monoinsaturado omega-9, con propiedades anti trombosis y otros componentes bioactivos, que se ha utilizado en aplicaciones cosméticas y farmacológicas. El contenido de ácido oleico presente en el aceite fue mayor que el hallado en el aceite de girasol, similar al contenido del aceite de soja y menor que el del aceite de palma. En cuanto al ácido linoleico, un ácido graso omega-6 y conocido como un precursor de otros mediadores lipídicos antiinflamatorios, su contenido en el aceite de maitén fue más alto que en el aceite de oliva y el aceite de palma.
El aceite extraído posee una coloración rojiza-anaranjada debido a su alto contenido de caroteno. El 70% corresponde a β-caroteno, que es un precursor de la vitamina A y juega un papel importante en la prevención de cataratas y otras enfermedades oculares. También se descubrió que la capacidad antioxidante del aceite de semilla de maitén es tres veces mayor que la del aceite de canola y 15 veces mayor que la de los aceites de girasol, salvado de arroz y oliva.
En palabras de la profesora Ginnochio: “Los hallazgos más importantes son que su contenido de ácido oleico y linoleico es más alto que la mayoría de los aceites comerciales de consumo humano, los que son relevantes para la dieta del ser humano. Además, posee una alta capacidad antioxidante, debido al alto contenido de carotenos y polifenoles, aspecto también relevante para la alimentación humana”.
De árbol ornamental a productor de aceite
El maitén no tiene problemas de conservación. Es un árbol nativo en países del cono sur americano, donde es una especie secundaria de los bosques. Su distribución en nuestro país es amplia (28º a 45º de latitud sur), por lo que su adaptación a distintos ambientes es muy diversa. Aunque la investigadora indica que “su abundancia natural ha ido disminuyendo, es una especie que ha tenido un uso ornamental, no sólo en el país, sino que también en otros lugares como Inglaterra y Nueva Zelanda, debido al carácter pendular de sus ramas”.
¿Es viable el cultivo de este árbol para la extracción comercial de su aceite? La profesora explica que el maitén no es una especie naturalizada que esté siendo cultivada en forma masiva y con este propósito. “Es una especie de uso ornamental, bastante valorada con ese fin. Por ello, se conocen algunos aspectos de su biología y ecología. Estamos trabajando para poder evaluar la factibilidad de establecer cultivos comerciales de esta especie, para la producción de semillas y la obtención de aceite. Eso es el paso que viene”, afirma.
Entre las conclusiones del estudio, se menciona que el aceite de semilla de maitén sería una alternativa interesante a otros aceites vegetales destinados al consumo humano, debido a que podría producirse, con buenos rendimientos, en zonas afectadas por el cambio climático y global. Este aceite podría considerarse como un alimento funcional, un suplemento de carotenoides o un ingrediente aditivo antioxidante para la industria alimentaria. El redescubrimiento de un viejo conocido de los habitantes del siglo XXI.