Se trata de las únicas iniciativas a nivel regional, financiadas por el XXVII Concurso Nacional de Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica Antártica. Dos proyectos de alto nivel, elaborado por investigadores de la Universidad Católica del
Maule, serán financiados por el Instituto Antártico Chileno (INACH), a través del Concurso Nacional de Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica Antártica, en su vigesimoséptima versión. Se trata de la primera vez que la UCM se adjudica fondos de la INACH.
“Esto fue para nosotros muy notable, porque logramos casi la totalidad de los proyectos postulados y porque fuimos los únicos en la región. Sin duda se reconoce la excelencia en la investigación y muestra cómo la universidad está apoyando proyectos de esta índole, más complejos, que contienen una logística bastante grande como es ir a la Antártica”, manifestó el investigador responsable de una de las iniciativas, Hugo Benítez.
El académico, quien forma parte del Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Maule (CIEAM), perteneciente al plantel, explicó que su proyecto busca develar los patrones de invasión de un insecto introducido por el ser humano en el continente blanco. “El estudio es súper inédito, en el sentido de que es muy raro que en ambientes como la Antártica, así de inhóspitos, pueda llegar un invertebrado, sobre todo una mosca, que se adapte a los climas y a los ambientes y avance como invasora”, puntualizó.
La llamada “Trichocera masculipennis” fue descrita por primera vez en 2013 en la base uruguaya de la península Fildes, en un extremo de la isla Rey Jorge. Corresponde a una mosca de origen europeo que no disponía de registros en Latinoamérica y que habría llegado a la Antártica vía avión.
Las larvas se alojaron inicialmente en las alcantarillas, pero desde hace algunos años la especie comenzó a emerger a través de la capa de nieve, en su etapa adulta. Minimizar el riesgo de una mayor dispersión se ha vuelto muy importante.
“Al adaptarse al ambiente natural, lo que hacen las especies invasoras es competir con las nativas, para quitarles territorio y desplazarlas. Las larvas empiezan a generar materia que podría estar afectando además los suelos antárticos. La idea es ver cómo han avanzado en el territorio y proponer herramientas de mejor vigilancia para las especies nativas”, indicó Benítez.
Isla Decepción: “Un ambiente único”
Lo que emerge como una verdadera cicatriz de la corteza terrestre, cubierta por hielos perpetuos y glaciares y escenario de numerosas lagunas termales, será el ambiente de investigación de la científica UCM Aparna Banerjee, quien también obtuvo financiamiento por medio del concurso anual de la INACH.
Banerjee dispone de un notorio trabajo con carbohidratos complejos, conocidos como
polisacáridos, que ahora centrará en la solitaria “Isla Decepción”, un anillo de tierra en torno a una caldera volcánica inundada.
“Se ha trabajado antes allí, pero no en temas de polisacáridos. La Isla Decepción ofrece un ambiente único que tiene mucha similitud con las condiciones extra planetarias, altas temperaturas en sus fumarolas, pH extremo, salinidad y exposición de rayos UV. Es un ambiente extremo, donde los microorganismos deben sobrevivir y para sobrevivir producen diferentes compuestos bioactivos, como polisacáridos”, afirmó.
La también investigadora del CIEAM sostuvo que los polisacáridos gozan de aplicaciones alimentarias, con alto valor industrial, puesto que pueden ser utilizados como aditivos de origen natural.
“Es una investigación que nos lleva a la conservación de este tipo de ambiente que
tenemos en nuestro planeta y a utilizar estos microorganismos para producir algún
compuesto o aditivo para la industria alimenticia. En Chile tenemos falta de aditivos
producidos en nuestro país, que importamos mayormente de Francia, Estados Unidos y China”, acotó.
El proyecto, que implicará el análisis de muestras en laboratorios de la UCM, China,
España y Estados Unidos, será ejecutado por un equipo interdisciplinario de varios puntos de Chile.