Desalinización y reforestación: simposio internacional  abordó desafíos para la conservación del suelo

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Expertos de Italia y Australia presentaron investigaciones de vanguardia en agricultura sostenible y medio ambiente, durante una conferencia organizada por la Universidad Católica del Maule.

La salinización de los suelos cultivables es un problema que la humanidad pronto tendrá que enfrentar, ante el rápido aumento del contenido de sal en este tipo de superficies, que avanza a un ritmo de un 10% por año. Según expertos, más de la mitad de los suelos productivos se verían gravemente afectados por la presencia de sal en las próximas tres décadas, provocando una reducción en los rendimientos agrícolas.

El profesor de Botánica de la Universidad de Salerno en Italia, Stefano Castiglione, planteó potenciales soluciones a este desafío, durante un simposio internacional organizado por la Universidad Católica del Maule, a través de su Doctorado de Biotecnología Traslacional.

“La salinización del suelo es un problema global y la solución no es fácil. Pero el uso combinado de las plantas y los microorganismos correctos sería una aproximación posible. Por supuesto estamos al principio de la historia y tenemos que mirar juntos hacia el futuro”, señaló.

Diversas investigaciones han reconocido el papel relevante que juegan algunos microorganismos para mantener y mejorar la sanidad vegetal, con tolerancia incluso a elevadas concentraciones de sal. “Hemos probado ciertos microorganismos en tomates, por ejemplo, con buenos resultados, porque las vitaminas de las raíces resultaron mejoradas. Estamos lejos todavía, pero estoy seguro que la comunidad científica logrará importantes resultados”, enfatizó el especialista en biodiversidad. 

Semillas para la conservación

David Boshier, miembro de la Organización de Investigación Científica e Industrial del Commonwealth en Australia (CSIRO, por sus siglas en inglés), también participó en la jornada, con una presentación sobre reforestación y aplicaciones de la genética para mejorar el uso y conservación de los ecosistemas naturales. 

“Una problemática a nivel global y dentro de Chile es que se ha comprometido restaurar grandes áreas de bosque, siendo nativo o plantado, y para eso surge la pregunta de dónde viene la semilla para esos millones de hectáreas, de dónde vienen las plantas y cuál va a ser la calidad de las semillas para que el proceso tenga éxito”, destacó.

“La semilla local no es necesariamente la mejor -puntualizó-. Los árboles tienen su edad y el clima no es el mismo que cuando el árbol regeneró hace 100 ó 200 años. Lo primero es recolectar de una buena cantidad de árboles, para asegurar una buena base genética, porque como mucha gente sabe, la selección es lo más importante para adaptarse al futuro. También se pueden traer semillas de la misma especie de otras zonas y mezclar para dar con esa posibilidad de adaptarlas a climas más secos o suelos más degradados”.

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