Manuscritos científicos: la fórmula de una redacción exitosa

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La editora científica y doctora en Ciencias de Recursos Naturales, María Paz Oyarzún, explicó las claves para escribir correctamente un artículo sobre inventos, descubrimientos e ideas originales.

Redactar un manuscrito de manera correcta puede desafiar hasta las mentes más brillantes, que saben que un experimento científico no está completo hasta que sus resultados se han publicado y entendido.

“Si una investigación no se comunica no existe. Si haces una investigación tienes que comunicarla para que pueda impactar, porque así se construye la ciencia, sobre el trabajo que otros han hecho”, señaló la editora científica y doctora en Ciencias de Recursos Naturales, María Paz Oyarzún, durante un taller que ofreció a académicos de la Universidad Católica del Maule (UCM).

“A los investigadores a veces les cuesta porque están acostumbrados a un lenguaje académico, a ciertas prácticas de la academia que deben dejar de lado cuando escriben manuscritos, para hablar en un lenguaje más llano y directo, que sea comprensible para cualquier persona, al menos en el mensaje principal”, afirmó.

Respecto a los vicios que suelen presentarse a la hora de redactar un artículo, la experta destacó la redundancia como el problema más común. “A menudo expresamos en un párrafo lo que podría estar una oración”, precisó. 

El reloj de arena

Para organizar las ideas y ahorrar tiempo y esfuerzo, existe una metodología que se ajusta a criterios de la comunidad científica y revistas especializadas. La fórmula incluye, entre otros componentes, un título claro, un párrafo introductorio, la discusión de resultados y una conclusión.

“El modelo facilita la escritura. En algunos sentidos es muy parecido al estilo periodístico, porque hay secciones donde se debe contestar el qué, cuándo, dónde, cómo y por qué, pero en otros aspectos es distinto. Por ejemplo, acá en la introducción se parte al revés, desde lo más general hasta lo más específico e importante”, aseveró. 

La parte final del manuscrito, según explicó, debe retomar datos específicos, para avanzar hacia ideas generales, en sintonía con el mensaje principal.

“Nosotros decimos que el modelo tiene forma de un reloj de arena. Es muy importante tener muy claro cuál es el mensaje principal, que corresponde a la idea que se plasma desde el título”, puntualizó.

La actividad encabezada por la experta, Master en Comunicación Científica, Médica y Ambiental de la Universidad Pompeu Fabra en España, fue organizada por el Departamento de Investigación en Docencia Universitaria de la UCM.

 

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