Por Claudio Pérez Anabalón, CEO Eduprisma @eduprisma_cl @rakoniano
¿Cuál es el verdadero origen de Santiago de Chile? ¿Es verdad que la historia de la capital de Chile comienza un 12 de febrero de 1.541?
Importantes hallazgos de los últimos años indican que, si bien el nombre “Santiago de Nueva Extremadura” surge a partir del acto celebrado por Pedro de Valdivia a los pies del cerro Santa Lucía, el territorio donde se sitúa la ciudad ya tenía una connotación de especial importancia para los grupos culturales que habitaron ancestralmente el lugar.
Investigaciones en las que han participado importantes arqueólogos e historiadores como Rubén Stehberg, Donald Jackson y María José Lira entre otros, han permitido sacar a la luz –literalmente- un origen ancestral que habla de ocupación y ritualidad por parte de grupos humanos pertenecientes a los períodos Inca y Alfarero, entre 500 a 1.000 años antes de la llegada de los españoles al valle del Mapocho.
Durante largos años se desconocían los motivos de algunas características especiales y únicas del diseño de la planta de la ciudad. Si bien esta fue creada desde el plano damero siempre utilizado por los españoles –un plano cuadrado de entre 8 y 9 cuadras por lado, con la plaza al medio, frente a la cual se ubicaba la iglesia y todo ello alineado con el norte geográfico- en el caso de Santiago lo que tenemos es una ciudad cuyo plano original no es cuadrado, en la cual la plaza de armas no estaba al medio y que, además, siempre estuvo “desviada” del norte geográfico por al menos 6 grados, una diferencia angular no menor para estos efectos.
Las investigaciones realizadas lograron identificar que en lo que hoy es la Plaza de Armas de Santiago se ubicaba un tambo inca. Posteriores excavaciones lo corroboraron y demostraron que bajo los vestigios incas había vestigios de antigüedad aún mayor y dar cuenta de que este uso ancestral del territorio santiaguino, y en especial de la plaza de armas, se debía a que este importante punto de la capital es el lugar donde se intersectan las líneas de la salida del sol por las montañas de la Cordillera de Los Andes frente a Santiago, un conocimiento que los pueblos originarios obtuvieron producto de su estrecha relación con la naturaleza y sus procesos a partir de una historia de al menos 10.000 años de ocupación humana en los valles del Mapocho y del Maipo.
Cada solsticio de invierno, tal cual hoy 21 de junio, cuando amanece el sol aparece en la cordillera tras el cerro El Plomo –donde se ubica un importante sitio de adoración inca- y cada solsticio de verano, es decir, el 21 de diciembre, cuando amanece el sol aparece en la cordillera tras el cerro Punta de Damas, en cuyas cercanías se han identificado recientemente vestigios de otro sitio de adoración incaica.
Por esto, Santiago de Chile, de Nueva Extremadura, del Apu Wechuraba, del Cerro Huetén hijo de Ten-Ten Vilú, hoy honramos tu historia maravillosa que nos cuenta de una magnifica conexión ancestral entre el ser humano y la naturaleza, haciéndonos el llamado, más que nunca, a volver al origen.
