STRI En un estudio pionero sobre el estado mundial de la pesca en los arrecifes de coral, un equipo de investigadores calcula que cerca de la mitad de los arrecifes del mundo no superan al menos una de las dos pruebas clave de sostenibilidad: o bien sus poblaciones de peces se han agotado hasta niveles peligrosamente bajos, o bien la presión pesquera actual supera la capacidad de recuperación de las poblaciones de peces.
A finales del siglo XX, una crisis pesquera mundial saltó a los titulares al desplomarse las poblaciones comerciales de anchoa peruana, arenque atlántico y bacalao del norte escandinavos. Pero al evitar la sobrepesca, una gestión eficaz y basada en la ciencia mejoró drásticamente las poblaciones. Sin embargo, la pesca de una sola especie es mucho menos común en los arrecifes de coral, donde los pescadores suelen utilizar métodos dirigidos a un gran número de especies cuya biología es muy diferente y a menudo está mal caracterizada. En el caso de estas “pesquerías multiespecíficas”, siempre ha sido difícil determinar si se está produciendo sobrepesca. El nuevo estudio ofrece una forma innovadora de avanzar.
“A pesar del alarmante estado de las pesquerías multiespecíficas de arrecife en su conjunto, creemos que nuestras conclusiones pueden ayudarnos a forjar un futuro más sostenible”, afirma Sean Connolly, coautor del estudio y científico del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) en Panamá. “Además, el enfoque analítico que hemos desarrollado proporciona una base para estrategias de gestión inteligentes que promuevan el rendimiento sostenible de las pesquerías multiespecíficas, incluso en lugares poco estudiados.”
“La pesca en los arrecifes de coral mueve miles de millones de dólares en todo el mundo. En el Sur Global, sostienen los medios de subsistencia y proporcionan nutrientes vitales a decenas de millones de personas”, añade Joshua Cinner, profesor distinguido de la Universidad James Cook y coautor del estudio. “Así que abordar este problema es crucial para la salud y los medios de subsistencia de la población de algunas de las regiones más vulnerables del mundo”.
Un equipo internacional utilizó datos de biomasa de peces de más de 2,000 arrecifes diferentes para calcular lo que denominan puntos de referencia de sostenibilidad “específicos para cada contexto”. “Mientras que evaluar la abundancia de peces en un lugar concreto es sencillo, evaluar la sostenibilidad requiere saber cuántos peces podría albergar ese lugar si no pescáramos, y también lo productivos que son esos conjuntos de peces, es decir, lo rápido que pueden reponer sus poblaciones tras el agotamiento por la pesca”, explica la autora principal, Jessica Zamborain-Mason, de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard. “Para conocer estas cifras, nos preguntamos cómo se recuperan las comunidades de peces cuando están en zonas de veda y cuántos peces hay en lugares remotos, lejos del impacto humano directo. Además, lo que un lugar puede soportar varía de forma natural debido a aspectos como la temperatura, la productividad y la cantidad de coral sano, que también tuvimos en cuenta en el análisis”.
Según Zamborain-Mason, estas estimaciones pueden servir de punto de partida para una gestión sostenible en lugares donde los datos locales son limitados o donde existen lagunas críticas, aprovechando lo que sabemos de lugares similares donde se dispone de más información.
En un comunicado de prensa del Centro Leibniz de Investigaciones Marinas Tropicales, Sebastian Ferse, coautor del estudio, afirma: “No es necesario prohibir la pesca en los arrecifes para salvar un ecosistema. Nuestros modelos demuestran que basta con mejorar la gestión de la pesca reduciéndola al 80% del rendimiento máximo posible para aumentar las poblaciones y la biodiversidad. Este modelo permite desarrollar enfoques de gestión a medida que tengan en cuenta tanto los objetivos pesqueros como los de conservación.”
Los autores de este estudio pertenecen a la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard; la Universidad James Cook; la Universidad Dalhousie; la Universidad de Lancaster; la Universidad de Leeds; la Universidad de Queensland; la Universidad de California en Santa Bárbara; la Universidad Tecnológica de Sidney; la Universidad de Tasmania; MRAG Ltd.; el Centro Leibniz de Investigaciones Tropicales de la Universidad de Queensland. Leibniz Centre for Tropical Marine Research (ZMT); Universidad de Bremen; National Geographic Society, Pristine Seas Program; Hawai’i Institute of Marine Biology, Blue Ventures; King Abdullah University of Science and Technology; Universidad de Montpellier, CNRS; Universidad de Newcastle; Universidad de Nueva Caledonia, NOAA Pacific Islands Fisheries Science Center; Universidad de Australia Occidental, y el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.