- El científico fue uno de los principales expositores en un seminario sobre recuperación de pesquerías nacionales, en donde compartió el exitoso ejemplo de la merluza europea.
- En entrevista con Ecociencias, López comparte sus apreciaciones respecto a cómo trabajar en materia de recuperación, y destaca la importancia de unir esfuerzos entre ciencia, pesca y actores políticos.
El científico marino español, Javier López, visitó Chile para participar como expositor en el seminario “Recuperación de las pesquerías nacionales: A diez años de la ley general de pesca y acuicultura”, evento organizado por Oceana y la Escuela de Ciencias del Mar de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
López, quien cuenta con una larga trayectoria en campañas de recuperación de pesquerías en la Unión Europea, comentó que una de las medidas más efectivas para restablecer las poblaciones de peces es la implementación de programas de recuperación, los cuales en Chile aún no se ponen en marcha.
En esta entrevista para Ecociencias, el científico español manifestó que es posible restablecer las poblaciones de pesquerías en estado de sobreexplotación, como es el caso de la merluza común, pero advirtió que requiere de la acción decidida y la colaboración de todas las partes. 
Para interiorizarnos en la materia, ¿nos puedes contar sobre la pesca en la Unión Europea, ¿cuáles son las pesquerías más importantes y cómo se ha regulado su extracción?
La pesca en Europa es una actividad económica importante que abarca una amplia variedad de especies y áreas geográficas, lo que la hace muy heterogénea. La flota de la Unión Europea (UE) está compuesta por aproximadamente 74 mil buques que desembarcan alrededor de 5 millones de toneladas de pescado al año, situando a la UE como la sexta potencia a nivel mundial en términos de volumen de capturas. Entre las pesquerías más destacadas y conocidas en la región se incluyen el bacalao del Atlántico, el atún rojo, el arenque, la caballa y la merluza.
Para facilitar la sostenibilidad de los recursos marinos y la actividad pesquera, la UE cuenta con una regulación exhaustiva. El marco principal que rige la pesca es la Política Pesquera Común (PPC). Este reglamento incluye los principales objetivos de gestión y las medidas para alcanzarlos. Como la mayoría de las poblaciones pesqueras ocupan también las aguas de países no miembros de la UE, la adopción de algunas medidas de gestión, como los límites de captura, requieren de acuerdos con otros países costeros como Reino Unido o Noruega.
En Chile se está discutiendo acerca de la recuperación de las pesquerías y un caso conocido es lo ocurrido con la merluza europea ¿cómo fue esta experiencia y cuáles fueron las principales medidas que se tomaron?
Un ejemplo destacado de esta tendencia de recuperación se encuentra en las dos poblaciones de merluza en el Nordeste Atlántico, el stock norte y el stock sur. En las décadas de los años 90 y 2000, la abundancia de ambas poblaciones cayó por debajo de los llamados “límites biológicos de seguridad” y las capturas se redujeron a la mitad. Esta situación crítica llevó a la Comisión Europea y a los Estados miembros a implementar en primer lugar medidas de emergencia destinadas a la protección de juveniles, seguidas por la adopción de programas de recuperación.
Estos programas de recuperación establecían objetivos cuantitativos para aumentar la biomasa y reducir la mortalidad por pesca. También incluyeron reglas de explotación y medidas técnicas como tallas mínimas de captura y medidas de tamaño de mallas, entre otras. La recuperación de las poblaciones de merluza no fue inmediata y requirió varios años de esfuerzo continuo. Sin embargo, gracias a estos esfuerzos, las poblaciones de merluza en el Nordeste Atlántico ahora se encuentran en un buen estado de conservación y su explotación actual no trae riesgos para estas poblaciones.
Para el caso de la merluza europea ¿Es la pesca de arrastre un método nocivo que debe evitarse?
La pesca de arrastre de fondo es un método de pesca que genera preocupación debido a su impacto negativo en el medio ambiente marino, especialmente sobre la integridad y conservación de los hábitats marinos, así como las capturas accidentales de especies no deseadas.
En el contexto de la pesca de merluza en el Nordeste Atlántico, se han implementado ciertas medidas de gestión para proteger los hábitats sensibles y la aplicación de medidas técnicas, como incrementos en el tamaño de las mallas de las redes, con el fin de reducir las capturas accidentales de otras especies. A pesar de los esfuerzos de regulación, el arrastre de fondo sigue siendo un método de pesca prevalente en aguas europeas, y su uso está permitido en hábitats que son esenciales para la merluza, incluyendo zonas de reproducción y cría. 
Hay que añadir que las capturas de merluza procedentes de la pesca de arrastre suelen resultar de menor calidad comercial que las obtenidas mediante otros métodos como el enmalle o el anzuelo, ya que las merluzas de arrastre suelen llegar a bordo muy aplastadas por el propio peso de las capturas.
¿Cuál es el apoyo de la ciencia para el desarrollo de políticas de recuperación de pesquerías?
La ciencia desempeña un papel fundamental en el desarrollo de medidas de recuperación de poblaciones pesqueras sobreexplotadas. En las últimas décadas, se ha avanzado significativamente en la comprensión de la dinámica de las poblaciones de peces y los ecosistemas marinos gracias a la investigación científica. Me refiero a la evaluación de las poblaciones de peces para determinar su estado de conservación y su tasa de explotación, así como los modelos para predecir cómo responderán las poblaciones de peces a diferentes niveles de captura. Esta información científica proporciona una base necesaria para la toma de decisiones en la gestión pesquera que proteja los recursos marinos a largo plazo.
Sin embargo, es importante destacar que el éxito de estas políticas de recuperación depende en gran medida de su implementación efectiva. Incluso con el mejor asesoramiento científico, si no hay un compromiso sólido con su implementación, los esfuerzos de recuperación pueden ser insuficientes.
En algunos casos no atender las recomendaciones científicas puede llevar a situaciones de difícil retorno. Por ejemplo, en Europa, existen poblaciones de peces tan severamente sobreexplotadas, como el bacalao del oeste de Escocia o el merlán en el mar de Irlanda, que incluso reduciendo al mínimo su mortalidad por pesca, las poblaciones no muestran indicios de recuperación. Esto subraya la urgencia de actuar y aplicar las recomendaciones científicas antes de que sea demasiado tarde.
¿Qué sabes del trabajo que se está desarrollando en Chile en esta materia y por qué crees que es importante conocer de experiencias internacionales en este mismo ámbito?
Lo que conozco es que la merluza común se encuentra en una situación de grave sobreexplotación y que a pesar de que la legislación chilena exige la implementación de programas de recuperación para las pesquerías con problemas de conservación, hasta el momento éstos no se han adoptado. Este preocupante estado de conservación de la merluza chilena no solo tiene un impacto ambiental, sino que también está afectando gravemente a numerosos pescadores artesanales que dependen de este recurso para su sustento.
Resulta fundamental aprender de las experiencias internacionales en este ámbito de la recuperación de pesquerías, ya que compartir lo que ha funcionado en otras partes del mundo puede proporcionar ideas valiosas y soluciones potenciales para abordar la situación en Chile. No se trata de replicar exactamente lo que se ha realizado en otros lugares, sino de conocer las medidas que han tenido éxito y evaluar si estas soluciones son aplicables y efectivas en el contexto chileno. La recuperación de la merluza chilena puede ser una realidad, pero requiere de la acción decidida y la colaboración de todas las partes.
