Iniciativa de la Universidad de Concepción, contempla 6 hectáreas para implementar la primera conservación ex situ de especies amenazadas chilenas. Esta es una de las líneas de acción del proyecto Campus Naturaleza, que además incluye la conservación in situ de la biodiversidad presente en sectores adyacentes a la Casa de Estudios, así como acciones de restauración ecológica, bienestar humano y salud integral, entre otros.
Evitar la extinción de especies nativas amenazadas es uno de los objetivos de la línea de Conservación Ex Situ, que el proyecto Campus Naturaleza Universidad de Concepción implementará en un área adyacente a la casa de estudios.
Por ese motivo, se comenzará prontamente con la labor de despeje, que incluye la tala de especies exóticas como pinos y eucaliptus. Esta acción, permitirá disponer de 6 hectáreas de terrenos aptos para concretar un futuro jardín botánico con especies amenazadas chilenas, certificado bajo normas y estándares internacionales, entre otros aspectos.
La Universidad de Concepción, a través del proyecto Campus Naturaleza, complementará esas labores, con la conservación in-situ en 25 hectáreas de ecosistemas relictos de Bosque Caducifolio de Concepción y ecosistemas acuáticos. Además, se realizarán tareas de restauración ecológica, bienestar humano y salud integral, entre otras aristas.
El Director del proyecto Campus Naturaleza, Dr. Cristian Echeverría L., sostiene que la tala de especies exóticas en terrenos de la universidad, es una actividad central para la línea de conservación ex –situ del proyecto, “pues posibilitará la disposición de superficies donde se conservarán especies fuertemente amenazadas por el cambio climático y factores antrópicos (relacionados con el accionar humano), entre otros”.
El académico UdeC adelanta que los Nothofagus, son un género muy relevante en el hemisferio sur, con 37 especies. “De ellas, las tres especies del género Nothofagus amenazadas en Sudamérica y que son endémicas de Chile, son Nothofagus alessandrii (ruil), en peligro, N. glauca (hualo) y N. macrocarpa (roble de Santiago), en estado vulnerable, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Estas especies, por su ubicación en el centro y sur del país, son susceptibles a los efectos de las alteraciones climáticas y factores producidos por el ser humano. La idea es que la conservación ex situ que la universidad y el proyecto proponen, se transforme en un seguro a largo plazo, que permita la permanencia de estas especies en el tiempo, en el caso de una intensificación de las amenazas en el terreno”, enfatiza el investigador.
Proyecto Franklinia
Las acciones descritas, son parte de la preocupación de la comunidad científica internacional por revelar la urgente necesidad de conservar las especies de Nothofagus amenazados. Esta preocupación se plasmó en la iniciativa “Conservación y Restauración de las especies amenazadas de Nothofagus en América del Sur”, que cuenta con financiamiento de la Fundación Franklinia de Suiza.
En ella trabajan la Universidad de Chile, Instituto Forestal (Infor), Universidad Católica del Maule, Universidad de Talca, INIA, Club del Árbol de Talca, y el Botanic Gardens Conservations International (BGCI) desde Inglaterra, liderados por la Universidad de Concepción, a través del Laboratorio de Ecología de Paisaje (LEP UdeC). Las investigaciones y conocimiento acumulado, servirán a su vez para la implementación de la línea de conservación ex situ de Nothofagus amenazados en las superficies del proyecto Campus Naturaleza.
En ese aspecto, Rodrigo Fuentes R., Investigador del LEP UdeC y Coordinador del proyecto, sostiene que “los efectos del cambio global están provocando un desplazamiento forzado o una disminución en la distribución de la presencia de algunas especies de flora. Esto se debe a que los hábitats de estas especies están siendo amenazados por el cambio en el régimen de temperaturas y/o precipitaciones, aumentando la frecuencia y severidad de incendios forestales”.
El investigador añade que “el aumento en la intensidad de diversas actividades antrópicas como la deforestación, habilitación de suelo para cultivos o degradación de los bosques, repercuten en casos concretos, como las diversas poblaciones de roble de Santiago, que están siendo afectadas por el aumento de temperatura y la poca o nula disponibilidad de agua. Para el caso de hualo y ruil, las amenazas están mayormente asociada a los procesos de deforestación y degradación en la Cordillera de la Costa, lo que ha ido fragmentando cada vez más sus poblaciones, las cuales se encuentran actualmente inmersas en una matriz de plantaciones forestales”.
A modo de conclusión, el Ingeniero Forestal, sostiene que “conservar, mediante colecciones vivas, la variabilidad genética de los individuos de los Nothofagus amenazados del país, permitirá asegurar material genético que favorecerán a futuro la restauración de ecosistemas degradados o afectados por eventos naturales o antrópicos”.
Plan de manejo
Las faenas de despeje de superficies, necesarios para dar comienzo a los trabajos de conservación ex situ, están amparadas bajo un procedimiento legal y obligatorio, que se realiza ante CONAF.
Cada vez que se requiera intervenir la vegetación arbórea tanto nativa, como exótica, se debe presentar un plan de manejo, que son autorizados y fiscalizados por esa institución, según explica Cristian Pincheira B, Sub Director de la Dirección de Servicios UdeC.
“Existen diversos planes de manejo. En este caso, fue necesario presentar un plan de manejo de plantaciones forestales, que propone el despeje inicial de la cubierta vegetal en una superficie de 6,11 ha, que actualmente alberga plantaciones de Eucalyptus globulus. Además, nuestro plan de manejo abordó importantes acciones preventivas que apuntan a aminorar los riesgos relacionados al fuego, tales como despeje de caminos, eliminación y baja de la carga general de combustible en el predio, entre otros”.
“El plan de manejo, presentado y aprobado por CONAF, incluye todas las medidas ambientales para asegurar la protección al suelo, cursos de agua y vegetación nativa, arbórea y arbustiva. Estas acciones se realizarán para evitar toda posible afectación a los recursos naturales, como también contribuir a los objetivos que la restauración ecológica espera alcanzar”.
Por otra parte, enfatiza que “estas plantaciones implican un riesgo directo de incendio para el bosque nativo que se encuentra ubicado a escasos metros. Este riesgo, en caso de un incendio forestal, se debe tanto a la alta inflamabilidad, como a la gran cantidad de biomasa de los eucaliptus. Por lo tanto, el objetivo de plan de manejo para esta superficie específica apunta tanto a disminuir la carga de combustible, como a frenar o aminorar la continuidad del fuego, ante una emergencia de incendio”.
Luego de las labores de cosecha, se realizará el triturado de los desechos generados, con el fin de cubrir el área despejada y así evitar procesos erosivos de las primeras precipitaciones del año. La plantación de las especies de Nothofagus amenazados, se realizará entre junio y julio del presente año.