La Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) en Chile ha generado avances notables en la gestión de residuos. Sin embargo, aunque promete una transición hacia una economía circular, persisten desafíos como la infraestructura insuficiente y la necesidad de concientización pública.
Chile continúa su camino hacia una gestión más sostenible de los residuos con la implementación progresiva de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP). Esta iniciativa, puesta en marcha en 2016, ha ganado impulso en los últimos años, consolidándose como una herramienta clave para abordar el desafío global de la contaminación ambiental.
La Ley REP establece un marco legal que obliga a los fabricantes e importadores a hacerse responsables de los productos que ponen en el mercado hasta el final de su vida útil, promoviendo así la reducción, reutilización y reciclaje de residuos. Este enfoque busca cambiar el paradigma de la economía lineal hacia una economía circular, donde los recursos se utilizan de manera más eficiente y sostenible.
Según datos recientes del Ministerio del Medio Ambiente de Chile, la implementación de la Ley REP ha logrado avances significativos en la gestión de residuos. Desde su entrada en vigor, se han registrado mejoras tanto en la tasa de reciclaje como en la reducción de la generación de residuos no reciclables. En particular, el informe señala que la tasa de reciclaje ha aumentado en un 20% en comparación con los niveles anteriores a la implementación de la ley. Además, se ha observado una disminución del 15% en la cantidad de residuos plásticos de un solo uso, gracias a medidas como la prohibición de bolsas plásticas en supermercados y la promoción de alternativas reutilizables, y a su vez la conciencia pública sobre la importancia del reciclaje y la reducción de residuos ha aumentado, reflejada en encuestas que muestran un mayor compromiso ciudadano con prácticas ambientalmente responsables.
Por otro lado, hasta la fecha, se han establecido sistemas de gestión para 14 productos prioritarios, que incluyen envases y embalajes, neumáticos, aceites lubricantes y productos electrónicos, entre otros. Se espera que en los próximos años se amplíe la cobertura de la Ley REP a nuevos productos y sectores industriales, lo que requerirá una coordinación y planificación cuidadosa por parte de las autoridades y los actores involucrados.
Estos avances, sin embargo, no están exentos de desafíos. A pesar de los logros obtenidos, persisten problemas como la falta de infraestructura adecuada para el reciclaje, la necesidad de fortalecer la fiscalización y el cumplimiento de la ley. Además, se requiere una mayor educación y concientización pública sobre la importancia de la separación de residuos y el consumo responsable. Aunque se han realizado campañas de sensibilización, aún queda un largo camino por recorrer para cambiar hábitos arraigados y promover una cultura de cuidado ambiental en la sociedad chilena.
‘’En estricto rigor la ley reconoce a las municipalidades o asociaciones como responsables de la recolección, transporte y disposición de residuos domiciliarios en cada una de las comunas de Chile. Los objetivos son realizar separación en origen, recolección selectiva y otras funciones que faciliten la implementación de dicha ley. Pero, frente a esto surgen muchas brechas, por ejemplo, el desconocimiento de la ley y de economía circular, falta de sistemas de transferencia y/o formación para productores, municipios, recicladores y población en general… Hay una gran brecha respecto al conocimiento de la ley y sobre el desarrollo circular del reciclaje’’ explicó Carlos Muñoz, coordinador del proyecto FIC-R ‘’Implementación Pilotos de economía circular y Ley REP’’, ejecutado por la Universidad Católica de la Santísima Concepción y financiado por el Gobierno Regional del Biobío.
El camino hacia una gestión de residuos más sostenible es largo y requiere el compromiso continuo de todos los actores involucrados, desde el gobierno y las empresas hasta la ciudadanía en general. La Ley REP representa un paso importante en esta dirección, pero su éxito final dependerá de la voluntad y la colaboración de todos para construir un futuro más limpio y saludable para las generaciones venideras.
En resumen, la implementación de la Ley REP en Chile ha marcado un importante avance en la gestión de residuos y la promoción de una economía circular. Si bien se han logrado importantes progresos, aún quedan desafíos por superar para asegurar su plena efectividad y contribuir de manera significativa a la protección del medio ambiente y la sostenibilidad a largo plazo.