CIPA/DICYT La carne de ave es una de las más producidas en Chile, generando más de 712.000 toneladas el año 2017, según datos del INE. En el caso del pollo trozado, una de las formas de comercializarlo es en bandejas de poliestireno expandido, más conocido como plumavit, la que tiene una tasa de reciclaje de apenas un 1% Tal es su daño al medioambiente, que de no reciclarse este material podría permanecer hasta 1.000 años intacto.
Tras una investigación de casi una década, el Centro de Investigación de Polímeros Avanzados, CIPA, junto con el Departamento de Producción Animal de la Universidad de Concepción, han logrado diseñar un material espumado alternativo para la fabricación de estas bandejas, con múltiples beneficios y menor impacto en el medioambiente.
Un problema con toneladas de peso
Las bandejas de poliestireno expandido para el envasado de carne trozada se pueden usar solo una vez y tal es el escoyo contaminante de este envase que fue prohibido en la ciudad de Nueva York. Así, por ejemplo, en las escuelas de dicha ciudad se utilizaban 830 mil de estas bandejas al día, lo que se traducía en 30 mil toneladas de residuos al año acumulados en vertederos y basurales.
“Hoy en día nos encontramos frente a un cambio de paradigma en el desarrollo de la economía, principalmente motivado por la proyección de crecimiento de una clase media que en los próximos 30 años incrementará sus niveles de consumo de forma exponencial, ciertamente con serios impactos en el medioambiente. En consecuencia, es de vital importancia repensar procesos y productos que consideren estas proyecciones futuras, en este contexto generar nuevas alternativas de origen renovable y biodegradables nos entregará herramientas reales para enfrentar esta transición”, señala el director de CIPA, Claudio Toro.
CIPA tomó el desafío de generar un nuevo material que pudiera cubrir la demanda de la industria, pero con la capacidad de volverse un aporte al medioambiente como abono. “Existen materiales compostables en el mercado, pero no están diseñados para ser usados en la fabricación de envases de alimentos con alta actividad de agua, como la carne de pollo”, explica la investigadora líder del proyecto en CIPA, Saddys Rodríguez.
Compostable, absorbente y con propiedades antimicrobianas
La investigación de CIPA en el desarrollo de materiales en base a almidón lleva casi una década. Rodríguez explica que, en el contexto de una tesis de doctorado, comenzaron a estudiar el almidón de fuentes exóticas como el pehuén, las castañas, papas, cereales, entre otras especies producidas en Chile. “Empezamos implementando una metodología de extracción y caracterización. Escogimos el almidón de papa por su disponibilidad y sus propiedades diferenciadoras para elaborar el material espumado”.
A través del financiamiento otorgado por el Fondo para la Innovación Agraria (FIA), y el trabajo de CIPA junto con la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, fue posible desarrollar el material deseado. Primero se fabricaron láminas de 5 cm de ancho hasta llegar a láminas de 20×20 cm, con las que hicieron un prototipo de bandeja.
El material espumado se caracterizó por su capacidad de absorción de agua e hinchamiento, estabilidad térmica y resistencia a la flexión. Además, incorporaron una sustancia antimicrobiana aprobada por la FDA para inhibir bacterias como Listeria o Salmonella.
Los ensayos de las propiedades organolépticas de la carne de pollo envasada se realizaron en la UDEC, es decir su sabor y olor, estuvieron a cargo de la Dra. Pamela Williams y Dra. Valeria Velasco. Se conformó un panel no experto, a quienes se les pidió distinguir entre un pollo envasado en poliestireno expandido y otro en el material espumado desarrollado por CIPA. El resultado: las personas consultadas no pudieron distinguir entre uno y otro, gracias a que la apariencia de la carne de pollo fue considerada idéntica.
Nuevos materiales para un futuro sustentable
“La población ha aumentado y los alimentos ya no se envasan en su totalidad en vidrio ni metal. El plástico juega un papel importante en el envasado de alimentos y probablemente no se va a dejar de utilizar. El reciclaje es una opción que se está utilizando con mucha fuerza. Sin embargo, hay envases que son de difícil reutilización como las bandejas de poliestireno expandido. Para este tipo de aplicación va la propuesta de usar materiales compostables en base a almidón”, explica la investigadora de CIPA.
Actualmente, el material desarrollado por CIPA está en proceso de obtención de patente en el Instituto Nacional de Propiedad Intelectual, INAPI. No obstante, aún se trabaja en potenciar sus características, como la incorporación de compuestos activos que aumenten la vida útil para su uso en importaciones o incluso para realzar las características de la carne que contienen. Un camino viable para generar un menor volumen de residuos, envasando con menos efectos en el medioambiente.