Volver‌ ‌a‌ ‌conectarse‌ ‌con‌ ‌la‌ ‌naturaleza‌

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El énfasis tradicional de la educación ambiental —la cual consiste en aumentar conocimientos sobre el medio ambiente— puede ser reforzado con la educación basada en conexión con la naturaleza. 

Por Alexander Neaman y Elliot Burnham

Instituto de Ingeniería Agraria y Suelos, Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias, Universidad Austral de Chile 

Delcy Mejía-Aguilar

Centro Transdisciplinario de Estudios Ambientales y Desarrollo Humano Sostenible, Universidad Austral de Chile

Christian Berger

Escuela de Psicología, Pontificia Universidad Católica de Chile

Actualmente, la humanidad enfrenta diversos problemas ambientales globales. Varios especialistas afirman que dichos problemas son derivados del comportamiento humano y, por lo tanto, tiene sentido buscar soluciones a la crisis ambiental en el ámbito educativo. Usted, lectora o lector de este artículo, puede decir que esto no es nuevo. La educación ambiental existe desde hace más de cinco décadas. No obstante, le invitamos a leer este artículo, el cual intenta dar una mirada diferente.

La educación ambiental efectivamente logra aumentar los conocimientos de las personas sobre el medio ambiente. Con eso, uno puede pensar que el propósito está cumplido. Pero lamentablemente, tal aumento en conocimientos ambientales no genera necesariamente un mejor comportamiento frente al medio ambiente. Los estudios científicos demuestran una débil relación entre los conocimientos ambientales de una persona y su comportamiento frente al medio ambiente. Por lo tanto, el problema de fondo de la educación ambiental es su ineficiencia en cambiar el comportamiento humano descuidado, indiferente y a veces egoísta hacia el medio ambiente. Entonces, ¿cómo se puede lograr un cambio?.

La conexión con la naturaleza es la solución

Los autores del presente artículo realizaron una investigación, cuyos resultados han demostrado que existe una importancia del contacto con la naturaleza en el comportamiento frente al medio ambiente. Específicamente, las personas que tienen una mayor conexión con la naturaleza demostraron comportamiento más responsable con el entorno natural. 

Este hallazgo es preocupante, considerando que las niñas, niños y adolescentes de hoy en día tienen cada vez menos interacción con la naturaleza. El rápido avance tecnológico y su integración a nivel social, aumenta aún más la desconexión con el mundo natural. Efectivamente, el aumento del tiempo que pasan las personas mirando una pantalla y el estrés que genera la vida en la ciudad, provocan que la gente no se sienta conectada con la naturaleza. Las personas en las ciudades cada vez pasan menos tiempo al aire libre, no se detienen a observar la naturaleza que las rodea como las estrellas, nubes, el atardecer, etc. 

A raíz de esto, es de suma importancia generar un cambio en el enfoque de la educación ambiental. La investigación realizada por los autores propone que las clases teóricas no son suficientes, requiriendo fomentar una interacción integral con la naturaleza mediante clases en terreno. En programas de educación ambiental, se puede incluir, por ejemplo: excursiones a un bosque, caminatas en la montaña, paseo por un lago o un río, etc. Está claro que tales clases en terreno requieren mayores recursos, pero pueden ser verdaderamente beneficiosas para lograr un cambio en el desarrollo de las niñas, niños y adolescentes. Es notorio que la educación ambiental teórica en la sala de clase es insuficiente, requiriendo volver a conectarse con el entorno natural.

En resumen, los autores del presente artículo proponen fomentar las experiencias de conexión con la naturaleza, especialmente en las etapas de formación educativa. Se espera que tales experiencias permitirán lograr una interacción sinérgica con el medio ambiente, y por consecuencia, puedan promover estilos de vida sustentables.

Este artículo es parte del proyecto Fondecyt 1200259. 

 

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