AGENCIA FAPESP/DICYT – Un estudio brasileño publicado en la revista Communications Earth & Environment revela de qué manera interfieren los incendios en la formación de las nubes de lluvia en la Amazonia. Según sus autores, las pequeñas partículas sólidas o líquidas que las llamas liberan en la atmósfera –también conocidas como aerosoles– dificultan la congelación de las gotas de las nubes cuando la atmósfera se encuentra humidificada, pero pueden también favorecerla cuando la atmósfera está más seca. Esto altera el funcionamiento natural de las nubes y su altura típica, y tiene posiblemente también efectos en su capacidad de producir lluvias y en la incidencia de los rayos solares sobre el suelo.
Para arribar a esta conclusión, los científicos efectuaron una combinación de una gran base de datos recolectados durante un lapso de 15 años, entre 2000 y 2014. Se utilizaron imágenes satelitales de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), de Estados Unidos, mediciones de la cantidad de aerosoles atmosféricos provenientes de los incendios efectuadas por la red Aerosol Robotic Network (Aeronet), de la National Aeronautics and Space Administration (Nasa), y datos característicos de las propiedades de la atmósfera, los denominados datos de reanálisis, elaborados por el European Centre for Medium-Range Weather Forecasts (ECMWF). Las imágenes satelitales y los datos de reanálisis cubrieron toda la región amazónica, y la información sobre los aerosoles se examinó para cinco localidades del sur de la Amazonia: Alta Floresta y Cuiabá, en el estado de Mato Grosso; Rio Branco, en el estado de Acre, y Ji-Paraná y Ouro Preto do Oeste, en el estado de Rondônia.
El objetivo de la investigación consistía en estudiar de manera observacional la temperatura de congelación de las gotas en las nubes convectivas, un tipo que se forma verticalmente y que se puede desarrollar hasta alturas superiores a los diez kilómetros, en busca de entender cuáles son los factores más importantes que inciden sobre este fenómeno. La presencia de hielo en las nubes es muy importante, pues influye sobre la formación de lluvias y en el tiempo promedio que se hacen presentes en la atmósfera. “Cuanto mayor es la duración media de las nubes, más radiación solar se refleja nuevamente hacia el espacio, lo cual contribuye para el enfriamiento del planeta”, explica Alexandre Correia, docente del Departamento de Física Aplicada del Instituto de Física de la Universidad de São Paulo (IF-USP) y primer autor del artículo.
Esta investigación contó con el apoyo de la FAPESP y participaron en ella Elisa Sena (Universidad Federal de São Paulo), Maria A. F. Silva Dias (Instituto de Astronomía, Geofísica y Ciencias Atmosféricas de la USP) y Ilan Koren (Weizmann Institute of Science).
Los resultados obtenidos demostraron que la congelación, que en este caso no se produce a 0 °C, como en el cotidiano común, sino a partir 10 °C bajo cero aproximadamente, depende de tres elementos principales que actúan en forma asociada: la humidificación de la atmósfera, la radiación solar y las partículas de aerosoles. En la época de la estación lluviosa en el sur de la Amazonia (desde diciembre hasta abril aproximadamente), la atmósfera queda extremadamente limpia y el origen de las partículas que componen estos aerosoles es natural: pueden provenir de la condensación de los gases emitidos por la propia selva o ser provocados por el efecto abrasivo del viento sobre el suelo y la vegetación, y suelen contener polen, microorganismos y sal marina, entre otros componentes. En la época de incendios, que sucede todos los años aproximadamente entre agosto y octubre, las grandes quemas en la región amazónica emiten una cantidad gigantesca de humo que se esparce por toda el área y que también es transportada por el viento hacia otras regiones. “Los incendios producen una polución mucho peor que la del área urbana de la ciudad de São Paulo, por ejemplo”, comenta Correia.
Este trabajo ayuda a entender de qué manera se comportan las nubes de la Amazonia, y podrá enriquecer y servir de base para la realización de otros estudios. “La influencia de las nubes sobre el clima es importantísima, y esto es lo más complejo en los modelos climáticos que se emplean para estudiar qué sucederá con relación a este tema en el futuro”, afirma el profesor del IF-USP. “Por eso mismo, cualquier progreso en el conocimiento acerca de cómo funcionan las nubes constituye un elemento importante para el avance de las investigaciones.”