La contaminación atmosférica empeora e incrementa las enfermedades mentales graves

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De acuerdo a un estudio publicado en “British Journal of Psychiatry” se demostró que la exposición a la contaminación del aire, puede afectar negativamente al cerebro e incrementar el riesgo de trastornos psiquiátricos, tales como esquizofrenia y depresión.

Es conocido que la contaminación atmosférica daña los órganos y células de los seres humanos, es así como se han registrado daños transversales, que van desde enfermedades cardíacas, respiratorias, sanguíneas como diabetes y demencia, e inclusive afectaciones hepáticas, cánceres de vejiga, huesos y piel.

Aunque se tenía una noción de los daños físicos relacionados a la exposición a la contaminación, una investigación descubrió que las implicaciones de la contaminación atmosférica van más allá de lo que conocemos actualmente. Y es que la salud mental se ve gravemente afectada. El estudio que publicó “British Journal of Psychiatry”, demuestra que la exposición a la contaminación del aire afecta negativamente al cerebro y aumentaría los riesgos de trastornos psiquiátricos, tales como la esquizofrenia y depresión.

¿Cómo los investigadores llegaron a esta conclusión?. El grupo de científicos analizaron la frecuencia con la que 13.000 pacientes del sur de Londres, recurrieron a los servicios de salud mental. Entre las consultas, primaban las presentaciones de trastornos psicóticos y del estado del ánimo.

“Identificamos a personas de 15 años o más que tuvieron el primer contacto con South London y Maudsley NHS Foundation Trust (un centro especializado en salud mental) para trastornos psicóticos y del estado de ánimo entre 2008 y 2012. Evaluamos nuevamente sus casos siete años después”, explican los investigadores del estudio. Por otra parte, consideraron variables como los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), óxido de nitrógeno (NO) y material particulado (MP 2,5 Y MP 10) en el aire del ambiente donde residían los y las pacientes.

Los resultados destacan que un incremento relativamente pequeño de la exposición al dióxido de nitrógeno (NO”), el que emiten en gran medida los vehículos diésel, conllevo a una elevación del 32% en el riesgo de necesitar tratamiento ambulatorio y del 18% en el riesgo de requerir ser internado en el hospital.  “Los niveles promedio trimestrales de NO2 en el área de estudio variaron entre 18 y 96 microgramos por metro cúbico (μg / m³), generando una mayor afectación a la salud y contaminación del aire”, señalan.

La contaminación atmosférica por material particulado, se produce con la quema de combustibles fósiles, también representó un riesgo para la salud mental. En relación al estudio, ““los niveles de partículas pequeñas en esta zona variaron de 9 a 25 μg / m³, por lo que una exposición aumentada de tres unidades generó un incremento del riesgo de ingreso hospitalario en un 11 % y el riesgo de tratamiento ambulatorio en un 7 %”.

Así también, otro hallazgo del estudio, apunta a que el aire sucio o contaminado, generaría un aumento de los suicidios y que además, crecer en lugares con altos índices de contaminación del aire, incrementa el riesgo de padecer o desarrollar trastornos psicológicos. La pregunta es, ¿por qué la contaminación afecta la salud mental?. Los investigadores aclaran que aunque el estudio no se diseñó para probar la relación causal entre ambas premisas, se encontraron con que es biológicamente plausible, ya que se conoce que los contaminantes del aire, tienen potentes propiedades inflamatorias y se cree que “ese es un factor importante en los trastornos psicóticos y del estado de ánimo”.

El grupo de expertos aseguraron, que es altamente probable que los resultados obtenidos de la investigación, no se reduzcan al sur de Londres, sino más bien que se aplican en la mayoría de las ciudades de los países desarrollados que están expuestos a contaminación atmosférica. Es por esto que “reducir la contaminación del aire podría beneficiar a millones de personas. La contaminación es modificable, y a gran escala reduce la exposición a nivel de la población”, comenta Joanne Newbury, profesor de la Universidad de Bristol e integrante del equipo de investigación.

Es por ello que realizan el llamado a identificar los factores de riesgo que sean posibles de modificar, para reducir los niveles de gravedad a las diferentes enfermedades señaladas. Y así de esta forma, tomar medidas serias y concretas, para reducir los niveles de contaminación en las grandes metrópolis o de ciudades que produzcan demasiada contaminación del aire en meses críticos como son invierno.  Este es principalmente un problema que causa anualmente el deceso de siete millones de personas en el mundo, según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), y porque “incluso con niveles bajos de contaminación se puede observar este tipo de efectos nocivos para la salud”, explican los expertos.

 

 

 

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